Alejandra Guerra Castellano. bioquímica

"Trabajo con energía para no caer en el pesimismo de la falta de financiación"

  • La Real Sociedad Española de Química premia la excelencia curricular de la jerezana

  • "He tenido suerte de quedarme en Andalucía y dedicarme a la ciencia"

Guerra posa en el laboratorio donde trabaja con su equipo, en el Instituto de Investigaciones Químicas en Sevilla.

Guerra posa en el laboratorio donde trabaja con su equipo, en el Instituto de Investigaciones Químicas en Sevilla.

Si hay algo que se respira en cada esquina de la casa de Alejandra Guerra es arte. Ha crecido rodeada de pinceles, esculturas, dibujos... Nada extraño teniendo en cuenta que su madre es Nuria Guerra y su abuelo era nada menos que José Guerra. Sin embargo, Alejandra es hoy científica y ha sido premiada recientemente por la Real Sociedad Española de Química por su excelencia. "Aunque vengo de una cuna de artista, con apenas 9 años descubrí que lo mío no era el arte sino la ciencia", reconoce la joven de 29 años.

La jerezana recuerda que hubo dos momentos que fueron "puntos de inflexión" en su toma de decisión, y con los que "sobre todo hicieron que mi madre supiera que no iba a seguir la estela del arte". "Estando en tercero de Primaria le pregunté el motivo de porqué una puerta rebotaba y me explicó la tercera Ley de Newton. Otro día estando en casa le pregunté por qué por la noche no podía ver los colores, y me explicó que ciertamente el color que vemos es aquel que no es absorbido por el objeto. Fueron señales claras de que lo mío era entender y dar explicación a todo lo que me rodeaba", apunta.

El doble galardón que le concedieron en el XIII Simposio de Investigadores Jóvenes de la Real Sociedad Española de Química -celebrado en Logroño el pasado mes de noviembre- fue "diríamos coloquialmente 'un chute de energía' en la recta final de mi tesis. Siempre es un honor recibir el reconocimiento a tu trabajo por parte de la comunidad científica, ya que da aún más sentido a las múltiples horas de trabajo de laboratorio", reconoce.

Cabe subrayar que Alejandra recibió la Beca Jóvenes Investigadores Químicos, más concretamente de la sección 'Investigadores Pre Doctorales' a la excelencia curricular; y el premio a Mejor Comunicación Oral: conferencia titulada Mimicking Tyrosine Phosphorylation in Human Cytochrome c by the Evolved tRNA Synthetase Technique.

Actualmente, Alejandra está investigando en la Universidad de Sevilla las modificaciones de una proteína, el citocromo c: "Mi investigación se centra en el estudio del efecto de las modificaciones que sufre esta proteína, que desempeña un doble papel en la célula. Por un lado, está implicada en la respiración celular, que es un proceso que permite a las células obtener la energía necesaria para desempeñar todas sus funciones. Y a su vez, el citocromo c es un inductor de la muerte celular programada, un mecanismo que usan las células para 'suicidarse' cuando poseen una gran cantidad de errores que comprometen su viabilidad. Esta muerte se realiza de forma controlada y mediada por una serie de señales celulares, entre ellas el citocromo c. En el caso de las células cancerosas, éstas son capaces de evadir las señales que le indican que deben suicidarse para evitar su proliferación".

Por ello, el estudio del citocromo c, así como las modificaciones que sufre en su secuencia proteica, y que alteran sus funciones, "son fundamentales para profundizar en el estudio de los mecanismos que regulan la muerte celular programada, y así entender cómo las células cancerosas son capaces de evitar dichos controles".

Joven, científica y además dedicada a la investigación, tres aspectos que a veces no tienen el mejor de los resultados en Andalucía. Sin embargo, la jerezana vive su momento profesional "con ilusión, esperanza y mucha energía para no caer en el pesimismo que la cruda realidad a nivel de financiación para la ciencia vivimos". "He tenido mucha suerte de poder quedarme en España, más concretamente en Andalucía pudiendo dedicarme a la profesión por la que estudié. Por ello, lucho cada día con mi trabajo para demostrar a la sociedad la importancia de la ciencia, porque la ciencia está presente en todas las tareas cotidianas de la vida, ha mejorado nuestra calidad de vida y además nos permite evolucionar como sociedad", declara Alejandra.

La investigadora jerezana reconoce además que ha sufrido la falta de financiación "y es duro". "Parece que la sociedad, o una parte de ella, piensa que el trabajo del científico es más una pasión que una profesión en sí, y es muy común ver a becarios trabajando sin ningún tipo de financiación, mientras esperan la resolución de una beca o mientras están en su periodo de formación, pero cumpliendo con un horario laboral como el de cualquier otro trabajador. Por ello, al final convertimos a la ciencia en una especie de amante caprichoso, del que te enamoras pero a veces no te reporta ningún beneficio, pero que como buen amante no puedes dejar", declara Guerra.

A pocas semanas de presentar su tesis, Alejandra se siente "feliz", porque llega el día "por el que llevo trabajando 5 años". "No hay que olvidar que es un examen, pero he de agradecer a mis directores de tesis la formación que me han brindado todos estos años para afrontar la defensa de la tesis doctoral. He tenido suerte, y tras la lectura de mi tesis seguiré trabajando en el mismo grupo de investigación, pero con nuevos proyectos. Y a decir verdad, ya no me planteo metas sino caminos que me permitan descubrir y desentrañar los mecanismos que se esconden tras el cáncer y otras enfermedades relacionadas con disfunciones de la mitocondria", declara la jerezana.

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