XXXI Exaltación de la Saeta de la Peña Buena Gente

Y ahora te toca a ti, mujer

  • Patricia Moreno conquista San Mateo, en la XXXI Exaltación de la Saeta, con un discurso directo y dinámico y un acompañamiento musical exquisito

Patricia Moreno, en un momento de la XXXI Exaltación de la Saeta.

Patricia Moreno, en un momento de la XXXI Exaltación de la Saeta. / Paco Barroso

Con la iglesia parroquial de San Mateo a rebosar, la Peña Flamenca Buena Gente, en colaboración con la Hermandad del Desconsuelo, programaron un año más la Exaltación de la Saeta, un evento que este año celebró su XXXI edición, una edición marcada por un hecho histórico, la designación, por primera vez en más de tres décadas de vida, de una mujer como exaltadora en solitario. La encargada, la filóloga jerezana Patricia Moreno, una persona vinculada a la cultura.

Pasadas las nueve y cuarto de la noche, y tras sonar la marcha ‘Corazón de San Juan’ por parte de la Agrupación Musical San Juan, Juan Antonio F. Galindo abrió el acto. Tras dar la bienvenida, dio paso a la presentadora de la exaltación, Dolores Barroso, quien antes de ensalzar la figura de la protagonista de la noche, recalcó por encima de todo “el orgullo de estar aquí, porque me trae el cariño de una amiga”. Barroso incidió en el hecho de ser por primera vez una mujer la exaltadora de este acto, “un dato que no debe ser anecdótico”, dijo, para continuar destacando de Patricia Moreno, “su humildad, su pundonor y sobre todo su constancia”.

Fue entonces el momento de la exaltadora. De negro y dorado, y visiblemente nerviosa al principio, fue poco pausando sus emociones para acometer con brío una exaltación, en la que la prosa y el verso (sonetos, cuartetas y poemas de pie quebrado) se alternaron continuamente.

En su particular recorrido se detuvo en sus orígenes, haciendo hincapié en el mestizaje de culturas existentes en nuestra Andalucía. Tuvo palabras para los grandes creadores, Chacón y Manuel Torre, y también para la Serrana, la primera mujer en grabar saetas, a la que dedicó unos versos. En su deambular histórico se acercó a la toná del Cristo, y a las plegarias, dos detalles que fueron ilustrados de manera brillante por Melchora Ortega, quien de mantilla, obsequió al público que llenaba la iglesia con la primera pincelada musical. Tras desgranar la toná del Cristo, Melchora se marcó una bonita plegaria, con los coros de su marido David Lagos y Javier Peña, y la deslumbrante guitarra de Santiago Lara.

Melchora Ortega y Santiago Lara, durante la plegaria. Melchora Ortega y Santiago Lara, durante la plegaria.

Melchora Ortega y Santiago Lara, durante la plegaria. / Paco Barroso

Patricia Moreno centró su discurso en la fe y nuestra Semana Mayor, desde las hermandades a los saeteros, acordándose de Curro de la Morena o El Guapo, recordando algunas de sus vivencias personales y citando a figuras emblemáticas de nuestra tierra como Antonio Gallardo. También elogió el papel de las peñas, siempre fundamental.

Jerez emana flamenco/es el saber popular/sentadito está el elenco. Ya están las peñas abiertas/ Jerez emana flamenco/es el saber popular. Saetas por martinetes/saetas por seguiriyas/en la calle está la gente/las mujeres, con mantilla. Son las peñas hervideros/de pura flamenquería/que disfruta el pueblo entero. ¡Es jondura y alegría!/Son las peñas hervideros/de pura flamenquería”.

La voz de Elu de Jerez rompió nuevamente el protocolo literario. Con esa fuerza descomunal, la jerezana ejecutó dos saetas maravillosas, esas con el sello de los ‘Jiménez’, y que están al alcance de pocos.

Elu de Jerez, durante una de sus dos colosales saetas. Elu de Jerez, durante una de sus dos colosales saetas.

Elu de Jerez, durante una de sus dos colosales saetas. / Paco Barroso

Su camino exaltador le llevó a aquellos momentos personales de nostalgia, de la infancia, vivencias de una vida, rematando su paseo con una oda a la mantilla, un alegato a las tradiciones.

“Mantilla eres tradición/donaire y delicadeza. ¡Viva Jerez y su Pasión!/¡Vivan todas sus riquezas!”.

También elogió el papel de las hermandades, a las que dedicó varias estrofas, justo antes de que la guitarra de Santiago Lara y el contrabajo de Antonio Corrales interpretaran, de manera original, la marcha ‘Medea’, parte de la obra sinfónica de Manolo Sanlúcar que ha pasado a formar parte del acervo semanasantero.

Tras pasar por La Plata, Santiago y el casco histórico, Patricia arribó a San Miguel. Allí escribió versos a La Paquera, Manuel Moneo, Salmonete, la Sentencia y El Cristo, y versos que culminaron con otra enorme saeta de Elu de Jerez.

Antes de finalizar, Melchora también lo bordó con una saeta por seguiriyas. Cortita y quebrada, como se hace en Jerez; y en el último arreón, tras la marcha saeta interpretada por San Juan, la exaltadora homenajeó a la mujer. Como ejemplo tomó a Ana María ‘La Jerezana’, sin olvidar a otras grandes voces femeninas que han hecho grande a la saeta: La Serrana, Isabelita de Jerez, Eva Rubichi, Macarena de Jerez, Rocío Tornero, Ana de los Reyes o Laura Millán...

Una rosa cantaora/rogaba cantar saetas./Días tras días implora/¡Déjame cantar saetas/que ya viene mi Señora!  Soy mujer y saetera/¡Deja sentirme poeta/orando al Cristo que llora/que ya suenan las cornetas!  Soy mujer y saetera./Espera mi voz sonora/mientras mi garganta aprieta/porque yo soy cantaora. Soy mujer y saetera.

Ana María 'La Jerezana', recibiendo de Nicolás Sosa el reconocimiento. Ana María 'La Jerezana', recibiendo de Nicolás Sosa el reconocimiento.

Ana María 'La Jerezana', recibiendo de Nicolás Sosa el reconocimiento. / Paco Barroso

Los aplausos fueron la antesala al reconocimiento a Ana María La Jerezana’, que en un alarde de artista, se sacó del corazón, a sus cerca de 90 años, una saeta a la que puso al público en pie, encandilado ante tanto entusiasmo y facultades.

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