El teniente de alcaldesa de Urbanismo, José Antonio Díaz, ha formalizado, mediante acta de ocupación y pago, el contrato de venta forzosa de la finca situada en la calle Rayón 1, que estaba incluida en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas.

El inmueble ha sido adquirido por la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, por el precio ofertado de 66.500 euros.

Durante el acto de la firma, el teniente de alcaldesa ha felicitado al Ecónomo Provincial de los Salesianos, Antonio Echeto Zubiri, que ha asistido a la firma del acta de ocupación, junto al responsable de Economía, Rafael Escamilla, además de técnicos del Departamento de Disciplina Urbanística que han llevado a cabo la tramitación del expediente de venta forzosa.

Tal y como han explicado los representantes de los Salesianos, la adquisición de esta finca tendrá un fin social, ya que será destinada a ampliar las instalaciones del Oratorio Festivo Padre Torres Silva para acoger actividades educativas, formativas y deportivas.

Para Díaz, "es un día muy satisfactorio porque facilitamos la puesta a disposición de la comunidad educativa de un edificio que les va a permitir ampliar su oferta formativa; además, esta venta va a propiciar la rehabilitación y conservación de otro edificio más, una labor que estamos impulsando desde el Gobierno al objeto de promover la revitalización del centro histórico".

En este sentido, ha destacado que “desde el Gobierno de Mamen Sánchez, y conforme a la estrategia de nuestro Plan Integral del Centro Histórico, nuevamente, seguimos impulsando la recuperación de espacios degradados, cumpliendo así nuestro objetivo de poner en uso el mayor número de edificios vacíos existentes”.

Cumplimiento de deberes urbanísticos

Una vez formalizado el contrato, la propiedad tiene a partir de ahora un plazo de cuatro meses para cumplir con sus deberes urbanísticos de edificación, rehabilitación y conservación y deberá presentar la solicitud de licencia para ejecutar las obras correspondientes.

Cabe recordar que, y tal y como consta en el informe técnico correspondiente, la finca está compuesta por dos partes diferenciadas "tanto por su tipología como por su grado de protección"; siendo la primera un casco de bodega de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con una superficie de 212 metros cuadrados; la segunda cuenta con 484 metros cuadrados y presenta un estado ruinoso con una cubierta muy deteriorada