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Jerez

Los 80 abriles del 'bombero gitano'

  • La intensa vida de 51 años de trabajo de Pepe Suárez Peña, contada en media hora

"Don Álvaro, que me ha contado El Guapo que coge usted la avioneta en 'Espartinas' y, mientras trabajan, hace usted unas pasadas muy bajas que acaba con todos los gitanos en el suelo... ¡Y no vea usted la boquita de los gitanos! ¿Puedo, don Álvaro, mencionarlo en mis artículos?

Álvaro Domecq padre asintió y, sin darle respiro, le preguntó:

-¿Qué dicen, Pepe?

- Cosas como 'me cago en el gachó este', 'que nos va a matar' y otras maldiciones. Cosas de gitanos, don Álvaro.

Entonces se oyó una estruendosa carcajada que agradó a Pepe. "Don Álvaro quería mucho a los gitanos. Se reunía con ellos, les hablaban, se reían..."

Sesenta años antes a esta anécdota encontramos al joven 'gazpachero' del cortijo 'El Rosario', arrendado por don Francisco Perea, que llevaba en mulo la comida y las teleras para los gañanes. Ese 'gazpachero' era José Suárez Peña, hijo de Juan Suárez Jiménez, 'manijero' de 'El Rosario', y Josefa Peña Fernández, cocinera del cortijo. Tuvo cuatro hermanos. Todos ellos gitanos hasta la médula. Dicen que Juan se cansó del campo, que quería volver a la ciudad, que sus hijos se educasen en una escuela. Volvieron. Juan metió cabeza en el Ayuntamiento a través de José Reimóndez Cortina, padre del recordado 'Lete', quien desde su cargo de jefe de vías y obras encomienda al analfabeto el pago a los operarios.

Pasión de bombero

Pese a todo, Juan era hombre avezado y sagaz. En 1953, abandona el Ayuntamiento e ingresa en el Cuerpo de Bomberos de Jerez. "Había muerto nuestra madre. Yo tenía 13 años. Y le dije: 'Papá, sin lo que ganaba madre, no llegamos a fin de mes'. Fue entonces cuando dejé los estudios y me coloqué en el Ayuntamiento de peón albañil y aprendí mucho de ese gran oficial que fue José Luis Valle". Pero este hombre de alma inquieta se quedó prendado del trabajo del padre, que le contaba los servicios, la entrega del bombero a los demás, él curioseaba y fue tal el apasionamiento que mandó al garete el puesto de albañil tras nueve años, opositó y logró una plaza y casa en el antiguo parque de Bomberos.

-"¿Pero tú no querías ser torero?", le preguntó su padre. "Sí, pero me he dado cuenta de que lo que más deseo es ayudar a los demás". Pepe recuerda sus tiempos de torero, el 'Vendaval Gitano' como le bautizaron en el cartel cuando le llamó Pepe Belmonte para torear en la plaza de Jerez.

El 11 de agosto de 1958 es un día importante en la vida de Pepe. Se casará, según rito gitano como Dios manda, con Pepi, la hija de l cuchillero de la calle Arcos, Rafael. A la pedida fueron los gitanos Ramón, Juan y 'Er Cola', manijero de 'Espartinas'.

Un bodorrio de dos días

Allí se presentaron y le dijeron al cuchillero: "Rafael, venimos a pedirte que cortes una rosa de ese jardín que tienes, porque los ángeles del cielo la han visto y la quieren para este clavel que traigo, lleno de perfume y amor para esa rosa que éste quiere".

Y Rafael contestó a Ramón: "Si ese clavel que tú traes la quiere, ya se lo doy para que se junten en el jardín de los amores y florezcan los capullos y los claveles". Hubo a continuación besos, cantes y alegrías, los gitanos se rasgaban sus camisas... una juerga donde no faltó de nada. El bodorrio duró dos días con sus dos noches.

Cuarenta y dos años trabajó como bombero Pepe, hasta que se jubiló. ¿Su peor momento? "Lo más impresionante que vi fue el choque de trenes en El Cuervo. El propio Vicente Otero, jefe de los municipales de Jerez, me dijo: 'Yo he estado en una guerra y no he visto lo que he visto aquí'. Y los 25 lloramos. Añoro esos tiempos en los que los bomberos éramos como una familia, tantas horas juntos... A la hora del servicio, uno se olvidaba de las discusiones. Y trabajabas para ayudar a los demás. Cuando un bombero ve a alguien en apuros, parece quitársele todo tipo de miedos. Y eso da muchas satisfacciones".

Por sus más de 51 años de trabajo y demás virtudes, el entonces ministro Miguel Arias Cañete le impuso la Medalla de plata al Trabajo. "Fui el primer gitano no artista al que se la concedieron".

Pepe y su mujer cumplieron hace pocos años las bodas de oro; disfruta de una tranquila jubilación y sus cuatro hijos están perfectamente instalados y con empleo. ¿Qué más se puede pedir?

-¿Y de flamenco?

-¿Vivir del flamenco?, ¿yo? Me hubiera muerto de hambre...

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