Cuestionado por el informe técnico del Ayuntamiento al que ha tenido acceso este medio en el que se expone el "deplorable" estado que presenta actualmente el cementerio jerezano, el delegado municipal de Vivienda e Infraestructura, Antonio Fernández Ortega, no ocultó la gravedad de la situación y aseguró que su objetivo es que la licitación de la concesión culmine "lo antes posible" para poder comenzar las obras "en el primer trimestre de 2011". "Es cierto que hay un estudio tanto técnico como económico y estamos pendientes de una reunión lo más urgente posible para sacar a licitación la gestión del cementerio y acometer la reforma integral; es verdad que los datos son alarmantes y hay que actuar con prontitud para desatascar este asunto, que lleva coleando varios años". "Esto no resiste más, cada vez que llueve temo que se venga abajo un bloque de nichos", reconoce abiertamente el delegado municipal socialista, que recuerda que el camposanto tiene más de 65 años y "nunca se ha invertido nada en remodelarlo y reformarlo". A vueltas con la polémica gestión indirecta del recinto de Nuestra Señora de La Merced, Fernández Ortega reitera que "no habrá subida de las tasas actuales más que al IPC, todo el mundo puede estar tranquilo". Tampoco habrá problemas con el personal actual de las instalaciones que, como ya se dijo en su momento, "volverá a Infraestructura".

Eso sí, advierte que "sólo se crearán nuevas tasas en función de los nuevos servicios que se creen". Del mismo modo, el concejal también tranquiliza a la opinión pública a la hora de asegurar que de momento "queda aparcado la construcción del nuevo tanatorio aledaño, que irá en una segunda fase aún en estudio". Además, sobre la polémica vecinal en la zona por la posibilidad de que se construya en el tanatorio un nuevo crematorio a menos de 500 metros de las viviendas, el delegado descartó totalmente esta posibilidad y dijo que si finalmente se edifica el tanatorio, el crematorio se emplazará en el interior del cementerio y en la zona más alejada del recinto respecto de las viviendas existentes en la zona.

Para que la empresa pública o privada que se haga con la gestión y acometa las reformas encuentre rentable y viable el proyecto, Fernández Ortega cree que habrá que ampliar finalmente el plazo de concesión a un margen que llegue hasta los 50 años, pese a que en un primer momento se habló de unos 30 a 40 años de periodo de explotación del servicio. "La inversión finalmente es mucho más importante de lo que se pensaba, por lo que el periodo de concesión también deberá ser mayor para que la empresa que se haga cargo de la gestión entienda viable". De hecho, el propio informe sobre la situación del cementerio expone que "dado que se pretende adjudicar la gestión indirecta del servicio del cementerio y su remodelación, dichas actuaciones han de ser suficientes y reales, de modo que el adjudicatario final sea consciente de las obligaciones y deberes que asume para poder optar a ello". Con esto, explica, "se evita el peligro tan extendido hoy en día de que concurran a las subastas empresas que realizan ofertas que a la postre no pueden o no quieren cumplir".

La empresa que se haga cargo del servicio también deberá contemplar una renovación del mobiliario urbano, medios auxiliares, maquinarias, la rehabilitación de la capilla que actualmente existe y la restauración del degradado cementerio musulmán, que debería ser adaptado a otras confesiones religiosas en cumplimiento de la legislación vigente.