Cuando el alumnado...

Educación noviembre 2025

Noviembre 2025. Nos encontramos en uno de los momentos más significativos del curso y se trata de emplearse a fondo

Aula.
Aula. / DMG
Domingo Martínez González

11 de noviembre 2025 - 04:23

Dicen repetidamente que un viejo proverbio Zen afirma que “cuando el alumno está preparado aparece el maestro”.

Es verdad que a lo largo de la carrera docente encontramos ejemplos de adolescentes (y no tanto) que se empeñan en discutir o no asumir los planteamientos que se hacen en clase o en los centros. La vocación o la “devoción” no siempre están claras.

Cuando un alumno te envía un correo, años después de haberle dado clase, pidiéndote disculpas por no haber llegado a entender lo que pretendías comunicar en una inquieta etapa determinada de su vida y dándote las gracias porque ahora que cursa estudios de mayor nivel está notando enormemente aquella base teórica y práctica que asumió a regañadientes…

Cuando una antigua alumna te envía una foto exultantemente emocionada en la sede de la Bauhaus de Dessau, la innovadora Escuela de Diseño alemana de la que le hablabas en clase…

Cuando descubres entusiasmado que el protagonista de una “novela gráfica” de acuciante y deslumbrante actualidad se llama Egon y te dice su autor, tu admirado antiguo alumno Fran Mariscal, que le puso el nombre por Egon Schiele, aquel artista austríaco discípulo de Gustav Klimt que indicaste como referencia creativa a su primer maestro y también alumno tuyo Alberto Belmonte…sientes como que tus “nietos” te agradecen los incomprendidos empujones iniciales para hacerles soltar su mano y que aflorase toda su expresividad dibujística.

Siempre me pareció esencial la predisposición inicial a dar clase con una mirada observadoramente crítica y constructiva.

El diálogo se torna indispensable. Solamente hay que echar un vistazo a los noticiarios y a los medios de comunicación en general para detectar su imperiosa necesidad. No se trata de estar de acuerdo ni de discutir por sistema sino de cuestionar con argumentos nuestros posicionamientos vitales.

Se trata, sin duda, de escuchar, razonar y opinar para poder actuar en consecuencia y crecer como personas.

Cualquier opinión no tiene una validez contundente por sí misma sin analizar las circunstancias que la producen pero hay que saber rebatirla sosegadamente con ideas consensuadas y la fuerza que aporta el conocimiento y la madurez.

Por todo esto merece la pena vivir intensamente la profesión docente y esperar que lo que se pueda comunicar en algún momento pueda tener validez o trascendencia a lo largo de la vida de quien te haya prestado atención.

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