La ambigüedad de la asistencia

El trazado vendió 53.274 entradas para el Gran Premio de Motociclismo de 2013 aunque anunció una afluencia de 111.259 personas. Manos Limpias no se cree la cuantía declarada.

E. M. Cañas, Jerez

24 de enero 2016 - 07:14

El Gran Premio de Motociclismo celebrado entre el 3 y el 5 de mayo de 2013 fue un "éxito". Organizadores y responsables políticos no dudaron en pregonarlo basándose en la superación de las cifras de asistencia respecto al año anterior. Momentos antes de que se iniciara la prueba reina, la de Moto GP, se anunciaba oficialmente la cifra de espectadores: 111.259. Cirjesa, que ese año volvía a organizar la prueba -hasta el año anterior había estado en manos de una sociedad vinculada a Dorna, la firma que explota el mundial de las dos ruedas-, ya tenía motivos para presumir y, de paso, mostrar una nueva etapa de gestión tras los números deficitarios de antaño.

Sin embargo, la afluencia apuntada entonces fue, por decirlo benévolamente, engañosa. Un informe de la propia sociedad al que ha tenido acceso a este periódico revela que el número de entradas vendidas para ese Gran Premio distó mucho del número anunciado aquella soleada mañana de domingo. Y lo es porque se juega con la ambigüedad del término 'asistencia'. ¿A qué se refiere? ¿A los que pasaron solo por taquilla o a todos los que estuvieron en el circuito, ya fueran espectadores, trabajadores del trazado y de los equipos, fuerzas de seguridad del Estado y hasta periodistas acreditados?.

Una voz autorizada vinculada al trazado que prefiere quedar en el anonimato reconoce que estos cálculos son estimaciones con más intención "propagandística" que real porque los grandes premios compiten ferozmente por ser el de más audiencia y el de más ambiente para obtener el mayor respaldo publicitario posible. Eso sí, esta misma fuente deja clara una cosa: "Todos los circuitos hacen lo mismo". El pasado noviembre, por ejemplo, se celebró en Cheste la última prueba del Mundial, con el morbo añadido del enfrentamiento entre Valentino Rossi, Marc Márquez y Jorge Lorenzo. La organización señaló que la afluencia había rondado los 110.000 personas en un trazado cuyas gradas tienen capacidad para poco más de 65.000, a lo que se une que carece de 'pelouse' (zona que no tiene asientos), que permita enmascarar en cierta medida un engorde de cifras.

Para el Gran Premio de aquel año, y en base a este informe elaborado por el ex director Juan Baquero y dirigido al edil del PP Antonio Saldaña (hombre fuerte del ejecutivo anterior en el trazado), se pusieron a la venta unas 87.000 entradas, de las que 8.000 correspondían a salas VIP, pases 'premium' y entradas de oficio -estas tres permiten estar en el 'paddock'-. Cirjesa logró vender en torno al 61% del billetaje, lo que supuso unos ingresos de 2,5 millones de euros. Según esas cifras oficiales, hubo graderíos que no llegaron ni al 35% de ocupación, tal y como se refleja en el gráfico que ilustra esta información. De hecho, ninguna de las 14 zonas en las que está dividido el circuito colgó el cartel de no hay billetes durante ese fin de semana. Eso sí, la prueba motociclista sigue siendo, de lejos, la competición que más público atrae a las instalaciones de la carretera de Arcos.

Se dio la circunstancia de que 2013 fue el primer año donde la sociedad pública Cirjesa se hizo con la gestión directa del trazado y, por ende, de la prueba. Por ello, los ingresos obtenidos sirvieron para afrontar la parte del canon que le corresponde al Ayuntamiento de la organización de la prueba. Según este documento, el circuito obtuvo unos ingresos de 2,5 millones de euros que, unidos, a los 330.000 euros que percibió de otras competiciones celebradas a lo largo de ese año, arrojaron los 2,8 millones que registró como ventas en las cuentas de ese año.

Sin embargo, el colectivo Manos Limpias presentó una denuncia en el Juzgado el pasado jueves donde acusa a Cirjesa de ocultar parte del montante de entradas vendidas, un supuesto fraude del que responsabiliza al 'staff' técnico de entonces -curiosamente, no incluye a ningún dirigente político municipal de esos años porque considera que los hechos se produjeron a nivel técnico-. Para argumentarlo, esta entidad realiza una estimación de la afluencia de público mediante imágenes publicadas en los medios de comunicación; así calcula que fueron unos 72.000 espectadores los que pasaron por taquilla aquel año -trabaja con el supuesto de que casi todos los graderíos estaban al 100%, extremo que niega Cirjesa en su informe-. Sobre la base de este cálculo, sostiene que no se habrían declarado unos 3,6 millones de euros puesto que esta práctica se habría extendido a otras pruebas como las Superbikes o los entrenamientos de Fórmula Uno de aquel año.

Para la edición de 2013, la mercantil pública vendió entradas por dos canales (en taquilla y una plataforma 'on line' creada por la empresa municipal Jesytel) aunque también se pudieron adquirir en un gran centro comercial y en dos tiendas vinculadas al mundo del motor. El ex director del trazado afirmó la pasada semana en una entrevista a este periódico que ese año el circuito ya contaba con un sistema informático para el control en los accesos; pero no fue hasta el año siguiente cuando se instalaron los primeros tornos.

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