EL REBUSCO

El arte de la venencia

'Tirlon' representando a la casa Domecq.

'Tirlon' representando a la casa Domecq.

A Ganímedes, copero de los dioses en el Olimpo griego, lo vemos a menudo representado en antiguos mosaicos que han llegado hasta nuestros días. En algunos de ellos se le representa portando en su mano un objeto que asemeja una venencia.

Y si visitamos el British Museum, en Londres, es posible que entre los miles de objetos expuestos se nos pase por alto una sencilla pieza de bronce que hay en una de las vitrinas correspondiente a la sección de la Grecia Antigua.

Pieza de metal del siglo V antes de nuestra era utilizado para escanciar el vino. Pieza de metal del siglo V antes de nuestra era utilizado para escanciar el vino.

Pieza de metal del siglo V antes de nuestra era utilizado para escanciar el vino.

En la foto que reproducimos podemos ver un utensilio usado en el siglo V antes de nuestra era para escanciar los vinos, muy parecido al usado en las bodegas del Marco (en Sanlúcar la usan de caña).Una venencia es un pequeño recipiente cilíndrico unido a una larga varilla utilizado para extraer cantidades pequeñas de vino de un barril. El origen etimológico del término es la palabra avenencia, es decir, convenio, conformidad, ya que el utensilio se usaba tradicionalmente para catar el vino de Jerez antes de cerrar el acuerdo de compraventa.

La venencia, hasta bien entrado el siglo XX, estaba formada por una varilla de barba de ballena de unos 66 cm. de longitud, que por un extremo tenía adaptado un gancho metálico y por el otro un recipiente cilíndrico, normalmente de plata, de unos 3 cm de diámetro por 8´75 de altura y con fondo abovedado.Con ello se extraía el vino de la bota, y trasegarlo al catavino. La forma del recipiente cilíndrico permite atravesar el velo de flor (capa de levadura que reposa sobre el vino), evitando que dicho velo se mezcle con el líquido extraído.

A la persona que lo maneja con habilidad profesional y oficio se le conoce como venenciador.Según José María Torquemada, una persona vinculada con las bodegas desde muy joven, y que las ha fabricado hasta fecha reciente: 'el primero que empezó a elaborar estos utensilios en Jerez fue Juan Barranco, que trabajaba en González Byass y las hacía en acero'.

'En una entrevista a este mismo periódico declaraba que 'durante mucho tiempo se fabricaron con bigote de ballena. Esto les daba una apariencia distinta, la varilla era cuadrada y marrón que era el color natural de este componente, pero la producción con este material acabó desapareciendo hace más de 70 años. Los motivos fueron la prohibición de la caza de ballenas y la poca resistencia del producto que hacía que se partiera muy a menudo. Posteriormente se usará para hacer la vara gusanillos de muelle de acero cubiertos por hule negro y finalmente se empleará el PVC, que es el material que actualmente se utiliza en la elaboración'.

Oficio bodeguero

Al parecer no hay certeza clara sobre el origen de su uso habitual en las bodegas de la zona.

En diversos grabados de mediados del XIX es habitual su representación, bien en el que reproduce Manuel María González-Gordon en su imprescindible Jerez-Xérès-Scherish, propiedad de Federico de la Calle; o como en los fechados en 1862 y 1877 en los que el bodeguero Manuel María González Ángel la maneja hábilmente ante la mirada atenta de un grupo de amigos, o como cuando fue el anfitrión del rey Alfonso XII.

El mismo Henry Vizetelly, en 1876, ilustrará la portada de su libro, Facts about Sherry, con un apuesto trabajador de bodega de abundantes patillas vertiendo el vino de la venencia a una copa.

Llama la atención que, también en 1862, el escritor francés Jean Charle Davillier describa esta escena en su libro Voyage en Espagne: 'El capataz que nos acompañaba nos hizo andar cerca de una hora por verdaderas avenidas de toneles. De vez en cuando se paraba para hacernos probar algún vino precioso del que extraía una pequeña cantidad hundiendo en el tonel una bomba aspirante que vaciaba enseguida en las cañas, vasos largos y estrechos que se parecen bastante a un tubo de quinqué que se hubiera cortado por la mitad'.

Visita que tuvo lugar en las bodegas de Domecq, acompañado por el artista, y compañero de viaje Gustave Doré.

El libro de los vinos de Jerez, cuyo autor es César Saldaña, actual presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Jerez, dedica un capítulo a los oficios del vino, con especial atención al arte de la venencia.

Repartiendo alegría

Durante varias décadas estuvo abierto en la céntrica calle Larga un pequeño bar-cafetería conocido como La venencia. El dintel de la puerta estaba decorado con una llamativa venencia.Más antiguo que el local jerezano es la taberna del mismo nombre, en la madrileña calle Echegaray. El pasado año fue su centenario. Lugar de encuentro de los jerezanos residentes y transeúntes.

De ahí tomó su nombre el sherry bar de Tokio conocido como Venencia, regentado por Takeshiro Naito, venenciador oficial por el Consejo Regulador.

Tanto en la cartelería como en el etiquetado, las bodegas de la comarca han dejado constancia en sus creaciones de este humilde objeto que adquiere una simbología reconocida mundialmente.Veamos, si no, el poster de Solero para González Byass, o el de las bodegas Palomino&Vergara, diseñado por Teodoro Miciano, donde uno de los elegantes catadores ingleses sostiene una venencia, la misma que sostiene en la versión moderna que creó Juan Lara para el Tío Mateo.

Otra firma destacada en este sentido es la del también andaluz Martínez de León, plasmada en la serie de postales dibujadas para Williams&Humbert.

Venenciador en una publicidad de Williams&Humbert. Venenciador en una publicidad de Williams&Humbert.

Venenciador en una publicidad de Williams&Humbert.

En las décadas de los 60 y 70 fueron populares las fotos a todo color en soporte postal. Las bodegas con más presupuesto para publicidad lanzaron las suyas mostrando diferentes faenas. Traemos la de Bobadilla, con el venenciador Juan Quintanilla, y la de Sandeman con Juan Galindo.

Juan Galindo venenciando en Sandeman. Juan Galindo venenciando en Sandeman.

Juan Galindo venenciando en Sandeman.

En la edición del 2014, la Fiesta Vendimia organizó un homenaje a los venenciadores. Así lo plasmó el pintor jerezano. Luis Gonzalo, en el cartel anunciador.

Representada en el un cartel de González Byass. Representada en el un cartel de González Byass.

Representada en el un cartel de González Byass.

La ciudad, en los años 90, se unió al tributo con el monumento de una gigantesca venencia, además de la tanda existente en la fuente del Mamelón.

Monumento a la venencia en Jerez. Monumento a la venencia en Jerez.

Monumento a la venencia en Jerez.

El escritor jerezano Manuel Ríos Ruiz, y el Grupo Atalaya de poetas, bautizaron su revista La Venencia. Corría el año 1963.

Hasta en el emblema del club de fútbol Jerez Industrial la distinguimos acompañada con un catavino; y la emisora local de la COPE la une a un micrófono en su logo institucional.

Muchos famosos que pasaron por las bodegas intentaron hacer sus pinitos con ese singular objeto. Recordemos a Félix Rodríguez de la Fuente, en González Byass, junto a un desconcertado Pepe Ortega, o a Charlton Heston, que un lluvioso día de primavera de 1975 recorrió las bodegas Domecq junto a su mujer, Manuel Domecq Zurita y el periodista Manolo Liaño.

El actor Charlton Heston se atreve con la venencia en Domecq, 1975. El actor Charlton Heston se atreve con la venencia en Domecq, 1975.

El actor Charlton Heston se atreve con la venencia en Domecq, 1975.

De Jerez a Japón

Las grandes bodegas jerezanas han sido escuela de maestros de la venencia. Con ellas han viajado por todo el mundo, ante el asombro de grandes personalidades y del público que se agolpaba para disfrutar de tales habilidades.

'Tirlon' representando a la casa Domecq. 'Tirlon' representando a la casa Domecq.

'Tirlon' representando a la casa Domecq.

De Domecq mencionar a Julio Delgado, Alfonso Orbello Toribio, José Alpresa ‘Tirlón’ y Pepe Fernández.Por parte de González Byass los más mediáticos fueron Pepe Ortega, Genaro Benítez Gil, que recibió la 'alternativa" de manos del mismo Pepe Ortega, y Paco Gandón Soto, este último jubilado en el 2020.

Sin olvidarnos de otros que ejercieron dichas funciones en esa misma compañía: Manuel Romero Postigo, Domingo Alba Pedrosa, Manuel Piñero Aguilar, Juan Labrador Picaso, Francisco Herrera ‘Paquetin’.

En la tríada de los históricos está el nombre de 'Niño' López Alberti. Tanto su hijo, Manuel López Forte, como Francisco Salas, Sandro Salas Nieto, Antonio Rey, y Pedro Galisteo, trabajaron en  Williams&Humbert.

Y en Sandeman Juan Galindo, y Vicente Sánchez García.

Cartel de la Fiesta de la Vendimia de 2014. Cartel de la Fiesta de la Vendimia de 2014.

Cartel de la Fiesta de la Vendimia de 2014.

Otros nombres que han hecho historia por sus habilidades con la venencia son: Juan Arboleda (Díez Mérito y Rumasa), Manuel Montes de Oca (Rumasa), Juan López Ruiz-Herrera, ‘El quija’ (bodegas Varela), Rafael España (Zoilo), Sebastián Rivero (BISA), Manuel Aguilar (Bodegas Soto), Agustín Coro y Ángel Sánchez Martínez (Sánchez Romate), Joaquín Eslava Lara ‘Barringola’, Manuel Alpresa (Croft), y Juan Quintanilla (Bobadilla).

Juan Quintanilla, de Bobadilla, en una postal promocional. Juan Quintanilla, de Bobadilla, en una postal promocional.

Juan Quintanilla, de Bobadilla, en una postal promocional.

A partir de los años 90, con la crisis del sector bodeguero, algunos de las nuevas generaciones de venenciadores crearán sus propias empresas, como la de Jesús Delgado Rey, hijo de Julio Delgado, la de Jesús Rubiales López (Venenciadores de Jerez), o la de Arsenio Estévez Cuéllar.

Detalle de un grabado de mitad del XIX. Detalle de un grabado de mitad del XIX.

Detalle de un grabado de mitad del XIX.

La única representante femenina, que destaca en esta labor es Mónica González.

Curiosa etiqueta con la imagen de un venenciador. Curiosa etiqueta con la imagen de un venenciador.

Curiosa etiqueta con la imagen de un venenciador.

En el otro extremo del mundo, en Japón, ha surgido en las últimas décadas una promoción de venenciadores que, con cariño y respeto a la tradición, difunden la cultura de nuestros vinos. Entre ellos hay que mencionar a Momoko Izumi, que residió en Jerez durante varios años, a Katsuya Masuko, venenciador de mérito, y a Mana Sato. Los tres han sido colegas en el prestigioso Sherry Club de Tokio, el más veterano de estos locales que se han abierto en Japón, a cuya fundadora y propietaria, Michiko Takahashi le debe tanto el vino de Jerez.

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