La asociación 'Por la Igualdad y el Progreso', de nuevo en la calle

El 12 de noviembre de 2013 a las 12 horas, las mujeres de la asociación Por la Igualdad y el Progreso, de Torresoto, tuvieron que abandonar la que hasta ese momento había sido su casa, el centro de barrio. La decisión de un juez dejó al colectivo sin local, empezando una nueva 'vida' en un garaje que paga un "buen vecino". Hasta ahora. A principios de julio tienen que dejar la actual sede por no poder hacer frente al pago del alquiler, y de nuevo, "nos vemos en la calle".

"La situación es caótica. Estamos haciendo gestiones con la Junta de Andalucía para la cesión de un local porque así lo prometieron. El pasado mes de marzo nos dijeron que todo estaba pendiente de adjudicación", relata Antonio Brenes, portavoz del colectivo. Hace dos días, la asociación presentó un escrito en Fomento y Vivienda alertando del "desalojo inminente" y de la necesidad de que la Administración andaluza tome una decisión "urgente". La petición ha tenido resultado, ya que según le trasladaron ayer, "alguien de la Junta vendrá la semana que viene a ofrecernos un local, ya que el primero que nos iban a dar tiene termitas".

Las más de 50 mujeres que conforman la asociación no se creen nada, "hasta que lo veamos". Dicen haberse llevado "muchos palos" desde que hace dos años "nos desahuciaran y el Ayuntamiento no hiciera nada". "La palabra más bajita que puedo decir en este momento sobre la actuación del Ayuntamiento es indignación. Es muy fuerte lo que estamos viviendo las mujeres de Torresoto, una traición muy grande", asegura Manoli López. Esta usuaria del colectivo lamenta el "abandono" que sufren, porque para ellas "esto es más que coser". "Sí, aquí cosemos y hacemos manualidades, pero también hablamos de nuestras cosas, es una terapia. Llegamos con problemas, como todo el mundo, y nos desahogamos", reconoce López.

Antonia Vega añade que "en lugar de asociación Por la Igualdad y el Progreso nos deberíamos llamar 'asociación de indignadas'. Me veo cambiándole el nombre". Esta jerezana denuncia que "no nos dejan avanzar. Somos mujeres normales que intentamos ayudar a nuestros vecinos, ¡y no nos dejan!". Desde la asociación inciden en que también hacen las veces de banco de alimentos para unas 60 familias, "y si nos dejan en la calle, ¿qué van a hacer estas personas?".

"Somos mujeres cercanas, luchadoras, que hacemos las cosas sin ningún interés político. Aquí están nuestras manos para cualquiera", remarca Vega. La asociación denuncia que el centro de barrio, del que tuvieron que salir en 2013, "está siendo utilizado por unos vecinos sólo para jugar al dominó y beber vino". "Que sí, que está bien, todo el mundo tiene derecho a utilizarlo, pero ¿por qué nosotras no podemos estar ahí? Mira, si fuera porque es muy chico y no cabemos todos, vale, lo entendemos. Pero el centro de barrio tiene 400 metros cuadrados y creemos que todo el mundo tiene derecho a estar ahí. Pero ya ves, para nosotras no están las puertas abiertas", lamenta Vega.

Cabe recordar que cuando a finales de 2013 tuvieron que dejar las instalaciones en Torresoto, el Ayuntamiento informó que se le había cedido un local provisional, pero según el colectivo dicho inmueble no reunía las condiciones necesarias para el acceso de todas las usuarias.