La avenida de Lola Flores es la zona más ruidosa de toda la ciudad

Jerez es una de las localidades con una mayor exigencia en insonorización

Ismael Pérez y José Ignacio Casares realizando una medición hace unos días.
Ismael Pérez y José Ignacio Casares realizando una medición hace unos días.
Ainhoa Rosado / Jerez

16 de agosto 2008 - 01:00

En 2003 la Junta de Andalucía presentó un nuevo reglamento referido al ruido. Antes no había ninguna ley específica y por ese motivo los bares antiguos no contaban con aislamientos. A partir de esta nueva ley los locales nuevos, sobre todo los que se encuentran colindantes con las viviendas, se ven obligados a llevar a cabo un estudio del ruido. La empresa 'EPA (Estudios, Proyectos y Acústica) ingenieros', está llevando en Jerez y en toda Andalucía los controles del ruido.

"No sólo se realizan estudios en locales de fiesta como piensa la gente. Una pescadería de cuarenta metros cuadrados, puede tener una cámara frigorífica o un aire acondicionado que genere ruido", declara Ismael Pérez, técnico acreditado de este área.

En primer lugar, cuando se lleva a cabo la adquisición de un local, se realiza un estudio acústico previo para informar al cliente de la insonorización que debe tener. Más tarde se realiza una medición in situ para comprobar que los niveles de ruido son los correctos. El Ayuntamiento obliga a todos los locales de la ciudad a que realicen este estudio, ya sea una panadería o un bar de copas. En Jerez la zona más ruidosa es la avenida Lola Flores. "En este lugar existe una saturación acústica, por lo que ya no se pueden abrir más locales", informa Jose Ignacio Casares, técnico socio de la empresa. "Nosotros trabajamos en toda Andalucía, incluso en otras comunidades, y no podemos decir si Jerez es una ciudad ruidosa o no. Es verdad que es uno de los ayuntamientos más exigentes de Andalucía", afirma Casares.

Los decibelios permitidos en cada local dependerá de la actividad que éste realice. "Por ejemplo a los restaurantes o bares sin música se les permite un máximo de 60 decibelios hacia el colindante, en este caso me refiero a viviendas. Para los locales con música los decibelios permitidos son 70", sentencia Pérez. "Como nosotros llegamos los últimos nos hemos encontrado casos en los que han tenido que desmontar todo el local para modificar el aislamiento", afirma Casares. "Lo más restrictivo, con respecto al ruido se presenta cuando se ve afectada una vivienda donde habitan personas", asegura Pérez.

Las mediciones se suelen realizar de madrugada para evitar los ruidos ajenos que son captados por el medidor. "Un coche, una moto, un perro o incluso una llamada al móvil puede fastidiar toda una medición", indica Pérez.

Estos socios han realizado mediciones en lugares de todo tipo. "La medición más rara que hicimos fue en medio del campo en una nave que tenía una máquina de partir aceitunas", comenta Casares. Hay personas que realmente no pueden dormir. "Llegamos para hacer una medición y la señora se puso a llorar. Decía que los fines de semana se iba a dormir a casa de su hija porque no podía dormir con el ruido de una discoteca que tenía bajo su casa", comenta Casares.

Otro de las actividades que llevan a cabo estos dos técnicos del ruido es la de comprobar si las viviendas cumplen un cierto aislamiento. "Nos han llegado denuncias de vecinos muy molestos por los ruidos de la vivienda colindante", informa Pérez.

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