La azucarera afronta su tercer día de campaña con la maquinaria a pleno rendimiento después de que ayer se completara el rodaje de las primeras 48 horas en las que se termina de ajustar el proceso de recepción y molturación de la remolacha para garantizar su normal funcionamiento. A partir de hoy, en la planta del Guadalete se recibirán cada día del orden de 9.500 toneladas de remolacha -ayer se alcanzaron las 7.000 toneladas- para su molienda. La presente campaña tendrá una duración aproximada de setenta días, por lo que, según las estimaciones de la compañía, se prolongará hasta mediados de agosto.

La superficie sembrada en la Zona Sur esta campaña asciende a 6.800 hectáreas, en las que se espera un rendimiento de entre 89 y 90 toneladas de remolacha por hectárea, lo que arrojará una producción final de unas 680.000 toneladas, cifra similar a la registrada en la campaña anterior.

La Zona Sur, en la que la mayoría de las siembras se reparten entre las provincias de Sevilla y Cádiz, marcó la última campaña su nuevo récord histórico de rendimiento, tendencia que se mantiene desde hace tres años, por lo que el jefe de Cultivo de la fábrica del Guadalete, Miguel Sanromán, entiende que ante la previsión de un año similar al anterior, esta será una "buena campaña" para el sector remolachero andaluz.

Pero el sector espera con gran incertidumbre la liberalización de las cuotas de azúcar a partir de la campaña 2016/17. Mientras que la empresa cree garantizada la continuidad del cultivo gracias al "marco estable" que ofrece el Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), los remolacheros ven serias dificultades para poder competir en costes con los productores franceses, por lo que tienen serias dudas sobre el futuro del cultivo después de la liberalización.

Tras los estragos de las sucesivas reformas de la Política Agrícola Común (PAC) y de la Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar, que en Andalucía provocaron el cierre de tres azucareras -Jédula y Guadalcacín en la provincia, y San José de la Rinconada en Sevilla- y la reducción de la superficie de siembra desde las 30.000 hectáreas de antaño a las algo menos de 7.000 hectáreas actuales, los cultivadores temen que la relación costes/rendimiento de la Zona Sur, pese a su mejora en los últimos años, no sea suficiente.

El jefe de Cultivos de la planta jerezana, la única que sigue en funcionamiento en Andalucía, defiende que "aquí hay que intentar que la liberalización sea una oportunidad", para lo que esgrime que la mejora del rendimiento y la reducción de costes experimentada en los últimos tiempos juegan en favor de la Zona Sur, en la que además destaca que se mantienen las inversiones en innovación para mejorar la relación entre ambos parámetros.

Pero ahora, la principal ocupación es la campaña, que ofrece empleo directo en la fábrica jerezana a 450 trabajadores, más del doble de la plantilla habitual. El trabajo se desarrolla a tres turnos durante las 24 horas del día para agilizar las entregas y evitar mermas en la calidad.

Un millar de cultivadores han contratado este año sus entregas con la planta del Guadalete, en la que la seguridad es una religión que profesa el personal de la fábrica y los transportistas, a los que este año se recuerda a través de un letrero visible desde el exterior que este año llevan "0 accidentes".