Un jerezano en el Louvre
Siendo un niño ya destacaba por su pasión y trabajo, y los años sólo han hecho confirmar el gran futuro del estudiante jerezano, que recientemente ha participado en un ciclo en París
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El jerezano Bruno Escobar Fernández, estudiante de Doctorado en Historia del Arte, ha participado en un seminario celebrado en el Museo del Louvre de París. Pero no fue sólo una invitación, sino que lo seleccionaron entre todos los candidatos que se presentaron para participar en estas jornadas. La propuesta del jerezano fue una de las tres que se expusieron en el Louvre.
Las conferencias del ciclo versaban sobre la belleza “en la pintura producida en los territorios de la Corona de España (actual España, Sicilia, Nápoles, Milán, Países Bajos del Sur, Artois, Franco Condado, territorios americanos y filipinos) desde el siglo XVI hasta principios del XIX”.
“He trabajado mucho sobre Jerez y sobre la pintura española en el siglo XVI. Participar en el Louvre ha sido fruto de trabajar mucho, pero es una exposición de las muchas que debemos hacer los investigadores. A lo largo del año siempre participo en congresos, conferencias... De hecho en marzo estaré en Roma por un tema relacionado con mi tesis”, declara Escobar.
El jerezano estudió Historia del Arte en Sevilla, pero se trasladó a Madrid para continuar con su formación en la Universidad Autónoma. “He trabajado siempre en torno al Renacimiento y al arte de la Edad Moderna. Comencé en Sevilla pero quise venirme a Madrid porque hay más oportunidades, quería dar cierto cambio a mi camino”, subraya.
Escobar, de 23 años, ya ha participado en una importante lista de congresos, además de publicar artículos. “El Louvre ha sido como una confirmación, un nuevo paso para seguir trabajando”, añade.
Reconoce que el trabajo del investigador es una labor callada y no siempre tiene resultados, y mucho menos a corto plazo. Por ello los profesionales saben que deben trabajar paso a paso. “Es un trabajo silencioso, pero también en mi caso es una cuestión de mucha reflexión y lectura. Soy historiador del arte y hay que leer mucho y ver mucho, es muy importante el ojo”, destaca.
Frente a los que consideran que su rama es una carrera con pocas salidas profesionales, el jerezano lo desmiente: “Sí que tiene salidas, pero uno tiene que trabajar por la excelencia. Por supuesto que no es un camino de rosas, pero es importante salir de la zona de confort para encontrar oportunidades. Un doctor en Historia del Arte puede dar clase, estar en un museo, archivos, fundaciones... Requiere mucho nivel porque es una parcela muy competitiva”.
Escobar está trabajando alrededor de un autor muy importante de la pintura española, y es consciente de que el doctorado es un camino largo. “Mi intención es acabar mi tesis en tres o cuatro años”, señala.
Alumno revelación
Bruno Escobar ya se convirtió a sus 18 años en todo un especialista de la Historia del Arte, como así lo corroboraban los artículos publicados en diferentes revistas especializadas siendo un niño. Entre ellos destacaban dos en la revista de la Universidad Pontificia de Salamanca, ‘El monasterio de la Merced de Jerez de la Frontera. Historia y Arte’; y ‘La recepción de la muerte de un príncipe cristiano: Carlos V y Jerez’. Además, ganó el primer premio del concurso europeo Eustory.
Desde muy joven ahondó en la figura del conquistador jerezano Cristóbal de la Cueva y Villavicencio, al que dedicó siendo alumno de 2º de Bachillerato un amplio artículo de investigación en el número 22 de la Revista de Historia que publica el Centro de Estudios Jerezanos.
Su currículo tiene una larga lista de títulos de publicaciones e incluso ha dado una conferencia en la Real Academia de San Dionisio. Fue una joven promesa y ahora trabaja para ser un historiador que no tiene fronteras.
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