Distintivo de la Asociación de Casetas Tradicionales de Jerez

A falta del balance oficial, los distintos colectivos siguen compartiendo sus impresiones sobre la Feria del Caballo de 2023, caso de la Asociación de Casetas Tradicionales, que se muestra muy crítica con la pérdida de algunas de sus principales señas de identidad.

Pese a la ausencia de incidentes graves, fruto de la buena labor desempeñada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como del Ayuntamiento, los caseteros tradicionales lamentan la dejación del gobierno local frente a los incumplimientos sistemáticos de las ordenanzas municipales de Feria registrados en la edición de este año, en particular aquellos relacionados con el estilo de música y su volumen.

Las casetas discoteca, lo peor de la Feria

En su balance, llaman la atención sobre la "irracional mezcolanza y aleatoria distribución de casetas que no merecen tal denominación", en algunos casos "meras barracas discoteca" que, a su juicio, deterioran la estética y calidad de la Feria del Caballo en perjuicio de la ciudad y la ciudadanía.

Las casetas tradicionales cuestionan tanto el "desacierto de otorgar licencias a ciertos estilos de casetas claramente ajenas al espíritu y tradición de la Feria" como "su desatinada ubicación en paseos principales y lugares señeros del Real", al tiempo que lamentan la falta de control sobre la "obligatoriedad de respetar la música tradicional hasta al menos la medianoche, como recoge la Ordenanza" y su reproducción a "volúmenes que excedían en mucho los índices permitidos".

Como efectos colaterales de la proliferación de las casetas discoteca, la distorsión por el volumen de su música y la masificación de la Feria, los caseteros tradicionales aluden al "declive de las actuaciones en directo de cuadros flamencos", dada "la dificultad para su disfrute".

Si se incumple lo más básico en uno de los pilares de la Feria, el resto cae o se deteriora en cadena", señala la asociación, que llama igualmente la atención sobre la ausencia de "sanciones o medidas cautelares conocidas" sobre "casetas que diariamente han hecho caso omiso y de manera flagrante de la Ordenanza".

Entre las prácticas censurables observadas en muchas casetas, incluso entre las ubicadas en los paseos principales, y que se alejan de las tradiciones y señas de identidad de la Feria del Caballo, los caseteros tradicionales citan "la venta indiscriminada de litros de 'cubatas' sin ser estricto en el control de mayoría de edad de los consumidores, discotecas, salas de fiesta latina, salones de cachimbas, exhibiciones de Dj, restaurantes sin barra ni zona de baile...". 

El paseo de caballos deja mucho que desear

Las casetas tradicionales, que este año se han identificado en el recinto ferial con un distintivo corporativo colgado en lugar visible, cuestionan igualmente los requisitos exigidos para el acceso al paseo de caballos, que "deslucen el esfuerzo material, humano y económico de los caballos y enganches" que cumplen con unos estándares mínimos, "máxime cuando tienen que compartir el Real con un maremágnum de coches de alquiler (un gran porcentaje), desmerecedores de nuestra Feria por su estética, nivel de caballerías y atuendo de cocheros". Por este motivo, señalan, muchos profesionales y aficionados del mundo ecuestre prefieren dejar sus caballos y enganches en cuadras y cocheras. 

La Asociación de Casetas Tradicionales reitera su compromiso de seguir trabajando y colaborando con las instituciones públicas, "si lo permiten", en "la defensa de la señas de identidad de nuestra Feria, que fue modelo entre todas hasta su lamentable declive progresivo en los últimos años por los motivos expuestos".

El colectivo, que integran más de medio centenar de casetas, tiende la mano a entidades, asociaciones, hermandades, grupos y peñas, a los que invita a entablar contacto para aunar esfuerzos a fin de "conservar nuestra Feria del Caballo y mantener su esplendor".