Un centro de la zona Sur nacido 'a la sombra' del albergue
Uno de los principales objetivos del profesorado es dar a los alumnos la oportunidad de compensar el déficit socio-económico de su entorno
El colegio público Juventud, tal y como se le conoce en la actualidad, fue inaugurado en 1989. "Anteriormente -explica su directora, Ana Zorrilla-, se encontraba ubicado en lo que hoy es el albergue de La Juventud, sito en la avenida de Blas Infante, que linda con el campo de La Juventud. Actualmente, cuando alguien tiene que llegar al centro por primera vez, se suelen confundir con el edificio del albergue, porque muchos antiguos vecinos aún los dirigen a este edificio".
Durante la década de los 80 y en pleno movimiento por conseguir una mejora del distrito Sur con la participación conjunta de todos los estamentos implicados, lo que se llamó los encuentros del Chicle, se proclama a la zona del Chicle y a todos los centros que en ella se encuentran como Zona de Compensatoria. "A finales de los 80 -cuenta la directora-, la Asociación de Padres de Alumnos (Ampa) del centro consigue que el Ayuntamiento ceda unos terrenos para uso educativo en los que se construye el actual colegio Juventud y una equipación deportiva que la usa el club de fútbol Liberación.
"A partir de este momento -dice- el centro ha ido cambiando con las diferentes leyes y programas educativos, pero si el centro tiene el carácter que tiene dentro de la zona es debido, en parte, al gran equipo humano, maestros y familias que han trabajado en él y por él desde el principio de su historia, adaptándose con gran profesionalidad a todos los cambios que se han ido produciendo. Poco a poco estas personas se han ido jubilando y otros hemos tomado el relevo de lo que ellos comenzaron".
Uno de sus principales objetivos es "dar a nuestros alumnos la oportunidad de compensar el déficit socio educativo de su entorno y que puedan participar en la mayor parte de las actividades que, de otra manera, no tendrían oportunidad de realizar".
En cuanto a las principales carencias del centro, señala que es necesario "mejorar el patio de recreo asentando el albero, que en la actualidad provoca problemas de salud, como alergias y conjuntivitis, y de limpieza por todo el polvo que hay. También necesitaríamos un sitio más adecuado para que nuestros alumnos de Infantil puedan realizar sus actividades de recreo, que se estudie e intervenga desde el Ayuntamiento sobre uno de los muros del patio, que se está cayendo. Además, hay que pintar el interior del edificio y elevar el vallado principal para evitar actos de vandalismo".
También hay peticiones en el apartado de personal, ya que les gustaría "que nos mantuviesen el personal del Plan de Calidad que nos habían concedido en años anteriores y tener un monitor administrativo a tiempo completo".
Del alumnado del centro dice que "pertenece en su mayoría a familias cuyo sustentador principal pertenece al sector de la construcción, por lo que en los tiempos que corren están en una situación económica bastante precaria". En este sentido, reconoce que "esto influye en la actividad del centro en cuanto que a las familias les cuesta un gran esfuerzo que sus hijos participen en actividades complementarias, adquirir el material básico, e incluso proporcionarles una alimentación adecuada. Se ve la importancia que en muchas familias tienen los abuelos, que ayudan en todos los sentidos, incluso con pensiones mínimas, al sustento diario de las familias". Estas son de un nivel socio educativo "medio bajo con apenas estudios primarios en su gran mayoría". Pese a esto, señala que "los hogares están bien equipados y en su mayoría los alumnos poseen todos los caprichos tecnológicos tipo consolas". En cuanto al profesorado, dice que "el colegio está en pleno período de cambio debido a las jubilaciones producidas en estos últimos años. Por eso la plantilla está comenzando a estabilizarse de nuevo después de varios años de inestabilidad. La edad media está entre los 30 y los 40 años, por lo que es una plantilla joven y con mucha ilusión por continuar y al mismo tiempo innovar, aunque la gran carga de trabajo burocrático y la cantidad de programas y actuaciones que hay que realizar hace que nos veamos desbordados, sobre todo en fechas clave como principio y finales del curso".
Ana llegó al centro en septiembre de 1991, "casi recién estrenado el colegio, así que ya llevo junto con mi compañera Mamen la friolera de 20 años. A hora mismo somos las más antiguas del centro. Ante todo -dice- soy maestra. Elegí esta profesión por vocación y me gusta mucho trabajar con los niños. Muchas veces, cuando subo a clase, le digo a mi compañera que voy a relajarme y es que, aunque es un trabajo que requiere una atención absoluta durante todo el tiempo, se te olvida el despacho y todo lo que hay detrás".
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