seguridad ciudadana

Un ‘chutadero’ trae de cabeza a la calle de la Merced

  • Vecinos de la zona denuncian que los drogadictos se meten ya en sus casapuertas a drogarse

  • Los Mercedarios denuncian que su camarera ha sido asaltada dos veces en las calle en los últimos meses

Un motorista pasa ante el inmueble número 28 de la calle Merced, utilizado por los drogadictos para ‘meterse’ la droga que compran en la calle Nueva.

Un motorista pasa ante el inmueble número 28 de la calle Merced, utilizado por los drogadictos para ‘meterse’ la droga que compran en la calle Nueva. / Miguel Angel González

La calle de la Merced no vive sus mejores momentos. La droga que se vende en la calle Nueva la ha llenado de drogadictos que aprovechan tanto una casa abandonada como las casapuertas de la otrora coqueta calle para consumir la heroína que adquieren a unos centros de metros.

Vecinos de la calle refieren a este medio la crónica de un abandono que afecta de forma muy clara a la tanto a la seguridad como a la salud pública. Una vecina, visiblemente temerosa y que prefiere no identificarse, destaca que en el inmueble número 28 de la calle “el trasiego de drogadictos es constante”. “Ese inmueble era una casa de vecinos y la abandonaron hará ya algo así como hace más de diez años. Cerraron el portón, pero los consumidores de droga le dieron una patada. Así, los que van a comprar droga a la calle Nueva campan allí a sus anchas”.

El problema se ve agravado porque, además, el inmueble número 28 está siendo utilizado como una especie de vertedero urbano de basuras. “Allí hay hasta muebles amontonados, con riesgo el consiguiente riesgo de que se declare un incendio, algo que ya sucedió el pasado 8 de agosto. Tuvieron que ir los bomberos a sofocar el fuego para que no se corriese a los inmuebles cercanos”.

Vista de la calle Merced con el 'chutadero' a la izquierda. Vista de la calle Merced con el 'chutadero' a la izquierda.

Vista de la calle Merced con el 'chutadero' a la izquierda. / Miguel Angel González

El rastro de los ‘yonkis’ se deja sentir en una calle donde, cada dos por tres, unos tiznones en la pared dejan bien a las claras que se han limpiado el ‘carboncillo’ que se les queda en las manos tras fumarse la heroína en papel de plata.

Pero no sólo utilizan la casa abandonada del número 28. Estos consumidores de droga también se meten en casas particulares, concretamente en las casapuertas donde ya han dado algún que otro susto. La vecina denunciante destaca que “se echan unas sábanas por encima en las casapuertas (como si fueran un fantasma) para que de esta forma no se les escape el humo” de que genera la heroína al quemarla. A todo ello se unen los orines por las esquinas y lo que esta vecina considera una escasa limpieza pública de la zona. “Se lo hemos dicho por carta a la alcaldesa y ésta ha pasado el problema a la delegación de Urbanismo”. Como es habitual, el tapiado de la casa abandonada es una de las principales demandas de los vecinos, la cual choca de forma frontal con el hecho de que se trata de una propiedad privada que no puede ser tapiada hasta que culmine un complejo proceso legal y administrativo.

Este problema, que viene de lejos, se ha visto agravado “en los últimos tres meses, por lo que son habituales las llamadas a los cuerpos policiales para que intervengan. “La calle Nueva es una influencia nefasta. Allí lo que hacen vender. Se ha degradado de una forma brutal, ya no queda nadie de los antiguos, han venido traficantes de otras ciudades a la ciudad. Se han metido en unos pisos y venden, los drogadictos se meten allí comprar y luego consumen la heroína en la calle”.

El comendador de La Merced, Felipe Ortuno, es un buen conocedor de la situación porque desempeña su misión a escasos metros de donde nace y se propaga el problema. “Hay un foco de inseguridad en la confluencia de la calle Santa María de la Merced y la calle Nueva”, señala el sacerdote en clara referencia a ese bloque ocupado de la otrora flamenca calle “por donde ya no pueden pasar ni quienes son del barrio de toda la vida”.

Cabe destacar que la inseguridad en la zona de La Merced, donde tiene su trono la patrona de Jerez, es un hecho. Fray Felipe señala a este respecto que “nuestra camarera ha sufrido dos robos en los últimos meses en la calle de la Merced y en uno de ellos hasta la tiraron al suelo”.

La solución pasa por las fuerzas del orden. Hará unos seis meses la Policía llevó a cabo una intervención exitosa en la zona pero los vecinos señalan que “al poco de intervenir la zona volvió a llenarse”.

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