Mayo era el mes por excelencia del empleo en Jerez, pero también de los contratos temporales. Los grandes eventos de la primavera jerezana tocaban en mayo su cima anual con la coincidencia, por norma general, del Mundial de Motociclismo y la Feria del Caballo, no así este año, en el que . Raro era el mes de mayo que no se superaban los diez mil contratos en el municipio, hasta que llegó la pandemia, primero, y la reforma laboral, después.

La irrupción de la crisis sanitaria, en plena primavera, hundió la contratación, que en mayo, con la población confinada por la declaración del Estado de alarma y en plena vigencia del cese de toda actividad no esencial, superó a duras penas las 4.000 altas. Superada la fase aguda de la pandemia, con el empleo en vías de recuperar sus niveles de antes de la crisis, el Gobierno central aprobó en enero del año pasado la reforma laboral, estableciéndose un periodo transitorio de tres meses, hasta abril, para la entrada en vigor de todos sus preceptos.

Cumplido el año de de la prórroga aprobada para facilitar la adaptación de las empresas a la nueva norma, las estadísticas oficiales de contratación arrojan un descenso interanual hasta mayo del 9% con un total de 8.354 contratos y 831 menos que los registrados un año antes. Es el peor registro de este mes exceptuando el año de la pandemia.

Desde el principio de su aplicación, el nuevo texto legal logró el principal de sus objetivos: poner cerco a las elevadas tasas de temporalidad, que por entonces rebasaban el 95%, mientras que los contratos indefinidos rara vez llegaban a representar cinco de cada cien.

En mayo de 2019, antes de la pandemia, apenas se registraron 432 altas indefinidas del total de 13.200 contratos suscritos en la ciudad, el 3,27%. En mayo de este año, los contratos sin fecha de caducidad superan los dos mil (2.057) y cerca del 25% del total de 8.354.

El crecimiento de la contratación indefinida contrasta por cuestiones obvias con la caída de la temporal, cuyos 6.300 contratos de mayo de este año vienen a ser la mitad de los que se computaban en 2019. En el último año, la situación de los contratos temporales tiende a estabilizarse, con una bajada de apenas el 1%, no así en los indefinidos, que de desinflan un 27%.

El sector servicios, el que más empleo genera y con diferencia en la ciudad, concentra el mayor número de contratos indefinidos en mayo, en concreto 1.354, pero que sin embargo apenas representan el 20% de su total, que roza los 6.800 en el último mes.

La construcción, por contra, cierra mayo con 496 contratos de los que 382 son indefinidos, que en su caso suponen el 77% de su total. Le sigue la agricultura, con cerca de 200 altas sin fecha de caducidad y el 38,64% de su total, mientras que la industria aporta 121 contrataciones indefinidas y el 21,45% de su total.

El reparto por sexos beneficia a los hombres, que acaparan el 60% del total de indefinidos con 1.251 contratos frente a los 806 firmados por mujeres. Un año antes, el porcentaje de altas indefinidas de los hombres alcanzaba el 64% con cerca de 1.800 contratos frente a las poco más de un millar de las mujeres.

Los hombres monopolizan los contratos indefinidos de la construcción con cerca del 95% del total, mientras que en la industria representan el 80,75%. la agricultura y los servicios están más parejos, aunque ambos con mayoría masculina del 54,3% y el 51%, respectivamente.

Dentro de los temporales, las mujeres únicamente superan a los varones en los servicios con un 50,9% del total de las altas del mes de mayo. En la construcción, los hombres rozan el 96,5% del total, mientras que en la industria superan el 68% y en la agricultura, el 56%.

La reforma laboral, por tanto, ha propiciado un fuerte impulso de los contratos indefinidos frente al freno de los temporales y de la contratación total, si bien conforme avanzan los meses se observa cierta desaceleración de los primeros, no así de los segundos, que tienden a estabilizarse.