Coronavirus en Jerez

"Para nosotros es muy reconfortante"

  • Estefanía Landi, enfermera y cabeza de grupo en Ifeca: "Vienen todos con mucha ilusión y salen tranquilos y contentos"

Estefanía Rey, Carlos Zambrano, Cristina Ávila, Estefanía Landi, Marta Corral, Mónica Soto y Noelia Rubiales, enfermeras, enfermero y auxiliares en Ifeca.

Estefanía Rey, Carlos Zambrano, Cristina Ávila, Estefanía Landi, Marta Corral, Mónica Soto y Noelia Rubiales, enfermeras, enfermero y auxiliares en Ifeca. / Miguel Ángel González

Estefanía Landi Vélez, enfermera, es una de las cabezas de grupo -responsable de cada carril- que hay en Ifeca, donde el trabajo es incesante por el ritmo constante de coches, y aunque a veces llega a ser agotador, lo que "depende del día", los sanitarios desearían que hubiera más trabajo porque así se vacunarían más personas: "Personalmente creo que todo va saliendo muy bien, la gente es muy agradecida y la mayoría vienen muy contentos. Algunos vienen nerviosos, sobre todo por las últimas noticias que han salido y todo lo que han oído, pero todo el que se va lo hace mucho más tranquilo después de hablar con nosotros", y es que además de poner la vacuna, los sanitarios tiran de psicología: "Nosotros les decimos lo bueno, lo malo, lo que puede, lo que no puede... Lo que sea pero que lo hablen con nosotros, que no se dejen influir por otros comentarios. Que nos pregunten a nosotros, que les vamos a ayudar y a calmar, que es lo que ellos quieren".

Ver las caras con las que salen los vacunados, sobre todo de las personas mayores, "es lo mejor. Además, vienen casi todos como si fuera el día de Reyes... Es lo mejor. Algunos vienen más serios, otros más contentos, pero todos con muchísima ilusión, sobre todo porque luego te dicen que 'por fin voy a poder abrazar a no sé quién', o 'voy a poder conocer a mi nieta', o incluso hijos a sus padres, que se vacunan. Todo el mundo hace el esfuerzo; el pinchazo es lo que más les preocupa pero es insignificante y tan rápido que luego no se creen que sea menos de lo que esperaban, y salen muy contentos y para nosotros es muy reconfortante".

El protocolo diario en Ifeca comienza con la recepción fuera del Palacio, preguntando al que llega si está en el listado, la edad y pidiéndole que vaya preparando el brazo; a la entrada al edificio, un seguridad indica el carril en el que debe colocarse el coche, aunque también hay quien acude andando. Cuando llegan a la mesa de vacunación se les vuelve a preguntar el nombre y la edad -si por cualquier circunstancia no aparece el nombre, dan su DNI-, si les han puesto alguna vacuna en los últimos días, si son alérgicos a algún medicamento y todo se coteja con el ordenador, donde en el historial médico aparece si padecen alguna patología o alergia importante.

Una vez comprobado que todo está en orden, la persona queda registrada en el ordenador y se le explica que va a ser vacunada para que dé su consentimiento verbal, se le da la cita para la segunda dosis -en el mismo sitio y a la misma hora el día que le toque según la vacuna administrada- y cuando está todo listo y en orden es cuando se administra la vacuna. Luego unas indicaciones por si hay dolor y se les pide que esperen fuera -media hora si son alérgicos y un cuarto de hora los demás- por si surgiese alguna reacción, para lo que hay fuera un servicio de ambulancia permanente.

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