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Decanos bajo los palos

  • José María Roldán y Manuel Bernal se postulan como los costaleros más veteranos de la Semana Santa

José María Roldán y Manuel Bernal ante el azulejo del Cristo de la Lanzada.

José María Roldán y Manuel Bernal ante el azulejo del Cristo de la Lanzada. / Vanesa Lobo

Fue en el año 1981 cuando en la hermandad del Transporte se toma la decisión de cambiar la cuadrilla de profesionales a hermanos costaleros. Fernando Quintana, vecino de la zona de la calle Guadalete que regentaba un antiguo ultramarinos, comandó aquella cuadrilla en la que ya formaban parte José María Roldán y Manolo Bernal. “Fueron años duros. Habían muy pocos hermanos y se iba de mármol a mármol. Sin relevos y sin salirse del paso. Ahora es distinto con tantos costaleros”, comentan mientras lanzan su mirada hacia atrás. Eran también “años cargados de ilusión. Pese al sufrimiento”, sostienen. Y así fue durante años. Costaleros del Señor del Consuelo en una cuadrilla que después comandaría durante un año el recordado Lorenzo Oliva y posteriormente una larga época con otro capataz conocido en la hermandad como es Francisco Letrán ‘Rizo’.

Tras unas copas en una zambomba el pasado mes de diciembre, Jaime Racero, actual capataz de la Reina del Transporte y de la Sagrada Lanzada, les animó a volver a estar bajo los palos. “Mis dos hijos igualaron con Jaime en la Lanzada y me hacía ilusión volver a sacar un paso con ellos. Así que allí mismo nos comprometimos a ir a la igualá”, recuerda Bernal. Igualaron los dos veteranos de guerras ‘púnicas’ y se metieron bajo los palos después de años sin trabajar un paso. “Ahora hay mucho más conocimiento. Estos niños están muy preparados”, señala José María. Y la convivencia con gente mucho más joven que ellos ha sido perfecta. “Algunos podrían ser nuestros nietos, pero las trabajaderas nos igualan a todos. Bajo un paso se viven cosas donde no hay distinciones”, afirman. Y aunque se trata de un paso que da jabón cuando se desliza la carrera y las calles se tornan en senderos pedregosos, ellos estarán bajo los palos. “Ahora es más cómodo sacar un paso con más de una cuadrilla”. Así que por experiencia alcanzada llegarán el Jueves Santo al Carmen enteros aunque no se esconden en señalar que su verdadera ilusión sería volver a sacar a su Señor del Consuelo. “Hay mucha gente todos los años y es complicado igualar. Sería nuestro sueño cortarnos la coleta bajo los palos de nuestro Cristo”, concluyen.

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