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El año en que el crimen de Miriam Tamayo conmocionó a todo Jerez

Resumen del año · Tribunales y sucesos

La muerte de una joven en la flor de la vida a manos de su expareja generó una de las mayores protestas contra la violencia de género. Este último año también será recordado como el año en que el cobre voló de las calles dejándolas a oscuras. Gran trabajo policial por media España en la resolución del crimen de Santo Tomás de Aquino

El año en que el crimen de Miriam Tamayo conmocionó a todo Jerez
El año en que el crimen de Miriam Tamayo conmocionó a todo Jerez
Manuel Moure

Jerez, 07 de enero 2014 - 06:57

Si un acontecimiento luctuoso estremeció Jerez en 2013 de esa forma que sólo el dolor intenso puede hacerlo, ese fue sin duda el crimen de la joven Miriam Tamayo. Apenas contaba 21 años cuando su expareja, un joven de 27 y padre de su pequeño hijo, la asesinó en la avenida de Lebrija. Fue detenido de inmediato en una rápida acción de la Policía Local.

Algo en el corazón de todos los jerezanos de bien murió aquel 12 de junio. La sinrazón de esa plaga llamada violencia de género cortaba en forma de puñaladas una vida que se abría un camino profesional en la Escuela de Hostelería al ser asaltada por su asesino. Está previsto que a primeros de año la instrucción quede cerrada (apenas restan por ser recibidas unas pruebas forenses) después de que decenas de testigos contaran a la autoridad lo que vieron y sintieron en el peor día de sus vidas. Entonces, sólo restará ponerle fecha al juicio. Para el recuerdo quedó el homenaje de su barrio, San Benito, y otros cientos de jerezanos en una gran manifestación.

Otro caso muy sentido en Jerez fue el de una joven pareja que fue arrollada por un vehículo cuando volvían de pasar un día en la piscina de un familiar en las inmediaciones de El Puerto por la carretera de El Portal. La violencia del impacto fue tan brutal que la recuperación completa de los cuerpos se prolongó. El conductor dio positivo en alcohol y drogas. Fue encarcelado.

Otro caso sonado fue el homicidio de un anciano en Santo Tomás de Aquino. Uno de los participantes en el asalto fue localizado de inmediato pero el que fue considerado autor material de las puñaladas se dio a la fuga. Un exhaustivo trabajo policial, con numerosos rastreos de teléfonos móviles, permitió su captura dos meses después de que recorriera media España, especialmente por la Comunidad Valenciana.

Lamentablemente, la crónica de tribunales y sucesos ha sido amplia. Los políticos, con Pedro Pacheco y Pilar Sánchez a la cabeza, coparon (y de hecho copan) buena parte de la actualidad. Será la sección demunicipal de este medio quien les narre esa odisea judicial de las personas que tuvieron en sus manos los destinos de la ciudad.

En lo que se refiere a los tribunales, la ‘Audiencia de Jerez’, tal y como es conocida la Sección Octava de la Audiencia Provincial, tuvo que ver casos difíciles. El que más complicó la paciencia de los magistrados (que a veces es casi eterna) fue el proceso por el crimen del botellódromo, acaecido en julio de 2012 y juzgado en 2013.

Tras un juicio no exento de polémica por la nutrida presencia de familiares en la sala, algunos de los cuales no supieron guardar el respeto debido a la Justicia, los jueces condenaron al acusado de dar muerte a un menor de edad a 5 años de prisión. El otro acusado, del que se dijo que le facilitó el arma (una navaja) al homicida quedó libre. Nadie demostró que hiciera tal cosa. Meses después fue agredido de forma salvaje en la cabeza con una barra de hierro.

Otro caso juzgado fue el del ‘estafador del seguro’. Fue condenado a ocho años de prisión pero apenas cinco meses después fue puesto en libertad a la espera de la resolución de una serie de recursos. Ya llevaba cuatro años encarcelado.

La jurisdicción de lo Penal, por su parte, fue la encargada de desentrañar el ‘caso del petardazo’ en el que una joven vecina de la barriada rural de Los Albarizones perdió un ojo y parte de la cara a consecuencia de un cohete —sí, un cohete— lanzado durante la celebración de una Nochevieja. El juicio, repleto de testigos demasiado olvidadizos, hizo pensar en una preparación previa de testimonios.

A nivel policial cabe destacar que la Policía Local incrementó la efectividad de sus controles de alcoholemia hasta alcanzar cifras sorprendentes. No pocos conductores dados a la fuga fueron alcanzados y detenidos.

Un caso destacado del 092 fue la detención de un ladrón profesional que asaltó un domicilio en la calle Santo Domingo, donde robó objetos muy valiosos por su antigüedad y valor artístico. O.B.V. logró inutilizar la alarma e incluso intentó confundir a los agentes mostrando como propio un pasaporte también robado.

Sobre el Cuerpo Nacional de Policía es reseñable apuntar que la eficiencia ha sido uno de sus principales logros. La rapidez de reacción permitió la detención de personajes tales como el peligroso delincuente que sembró el pánico en un bar del barrio de Santiago al intentar abusar sexualmente de una camarera.

Un especialista en asaltos a hamburgueserías también cayó, así como el ‘hombre araña’, que reventó muchos negocios en el centro e incluso asaltó pisos. Eso hacía cuando fue arrestado en plena plaza Plateros no sin que interpretara su particular ‘canto del cisne’ amenazando con tirarse al vacío, hecho del que este medio fue testigo en primera línea.

En lo que respecta a la Guardia Civil, 2013 fue un año en el que los delitos propios de la crisis salen a relucir. Ha sido el año del robo de cobre y del contrabando de tabaco. Jerez perdió nada menos que 40 kilómetros de cableado que era vendido en las chatarrerías. Todo ello llevó a varias operaciones que depararon 11 detenciones. Por robar se robaron hasta los cables que hacen funcionar los paneles informativos de la autopista.

Otra operación de alcance de la Benemérita fue la localización de dos libros bautismales de Villamartín que fueron entregados en Jerez al obispo, monseñor Mazuelos. No eran libros cualquiera, pues en ellos figuraban los primeros nacidos en la parroquia de Villamartín en el siglo XVI cuando era una zona de repoblación.

2013 también fue el año en que el caso de los ERE y la juez Mercedes Alaya desembarcaron en Jerez, en plena calle Larga, para proceder al registro de la aseguradora Uniter.

De otro lado, destacar que ambos cuerpos, Policía Nacional y Guardia Civil, investigaron un robo de combustible en un oleoducto a su paso por El Portal. Parece ser que quedó resuelto a nivel nacional, aunque la confirmación de que dichos ladrones fueran los de Jerez jamás llegó.

Buena muestra del interés de los ciudadanos por la actividad de los Cuerpos de Seguridad —y el de ellos mismos por dar a conocer su trabajo— fue la puesta en marcha por este medio de una sección pionera a nivel nacional en la que tanto Guardia Civil como Cuerpo Nacional de Policía responden a las dudas de los lectores. La acogida ha sido magnífica a nivel andaluz.

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