El arreglo del cuartel de la Guardia Civil provoca quejas de los vecinos

Vecinos del bloque del Paseo de Las Delicias colindante con el cuartel de la Guardia Civil mostraron ayer sus quejas por las molestias que están ocasionando las obras que se realizan en dicho cuartel. Aunque el ruido es lógicamente uno de los inconvenientes que están teniendo que soportar los vecinos, no es, sin embargo, lo que más preocupa a los afectados, sino la cantidad de polvo que llega hasta sus viviendas, apenas a 30 metros del cuartel, lo que les impide abrir las ventanas o poder utilizar las terrazas desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde, cuando los trabajadores finalizan su jornada laboral. Rita Albertos e Isabel Romero, dos de las vecinas afectadas, explican que vienen sufriendo estos problemas desde hace un mes y medio, cuando comenzó la reforma del cuartel, en la que se incluye la mejora de las fachadas. La situación ha llegado a un punto que se han recogido una veintena de firmas entre los afectados, que fueron entregadas al administrador de fincas del bloque con el fin de que expusiese sus quejas a la empresa que está ejecutando la obra.

Según manifestaron estas afectadas, "hemos pedido que instalen una malla para que el polvo no se esparza hacia nuestras viviendas, pero nos dicen que no es posible, que no lo permite la ley de prevención de riesgos laborales, porque el polvo se concentraría y sería perjudicial para los trabajadores". De hecho, aseguran que los obreros trabajan con máscaras especiales, mientras los vecinos se ven obligados a soportar la polvareda. Según estas vecinas, la obra consiste en un tratamiento que se está haciendo a la fachada del cuartel con arena de sílice y aire. "Nos dijeron que la semana pasada se iba a terminar la fachada que da a nuestras viviendas y que se iba a utilizar también agua para no provocar tantas molestias, pero no ha sido así", aseguran indignadas y especialmente molestas desde que han conocido que a familias que viven en el cuartel les han ofrecido trasladarse a otras viviendas hasta que duren las obras. "Quiere decir que aquello es insoportable, pero nosotros lo estamos sufriendo", critican, cansadas ya de que no les den una solución.

Algunos vecinos han presentado una denuncia a la delegación de Medio Ambiente que envió a un técnico y comprobó que las obras cuentan con sus correspondientes permisos. "Eso es algo que dábamos por hecho, tratándose de un organismo oficial, pero el problema no es ese, sino la forma en que se está haciendo la obra".