Diario de las artes

Ese lenguaje único que consolida el arte total

  • GUILLERMO BERMUDO

  • Sala ArteaDiario

  • JEREZ

El trilero

El trilero

Que el lenguaje personal debería ser una de las máximas exigencias en lo artístico es algo que ustedes, amables lectores, me lo han leído en muchísimas ocasiones. El arte adocenado, lleno de argumentos parecidos, realizaciones igualatorias sin mínimas aportaciones, es algo que va en contra del desarrollo natural de lo artístico. Sabemos que existen demasiadas acciones en las que casi todo es igual a casi todo. Hoy, el Arte Contemporáneo patrocina infinitas actuaciones para que no haya que caer en lo mismo de todos y expresarlo de igual manera. Considero que el artista, el que de verdad lo es, debe buscar un desarrollo personal y huir de esos postulados casi siempre expresados de la misma manera.

Guillermo Bermudo es un artista que todo lo que lleva a cabo lo realiza desde unos postulados plásticos y estéticos personales, únicos e intransferibles. Eso es lo que el espectador observa nada más contemplar su obra. Su pintura no se parece a nada ni a la de nadie y aunque esto pueda parecer una arriesgada afirmación -siempre existe una mínima referencia a tenerse en cuenta-, su patrimonio plástico goza de un estamento creativo que no tiene parangón. Además, la producción artística del autor nacido en Frankfurt am Main, pero de padres de Alcalá de Guadaíra, donde se instala con doce años, tiene planteamientos emparentados con la forma de ser él mismo. Todo en su obra rezuma su propia personalidad, cada una de sus pinceladas deja entrever su impronta como curioso observante de lo que le rodea. Es un pintor que deja su propia manera de ser en todo lo que hace. Él es un entusiasta de todo, un crítico de todo -de la gente de la sociedad, del arte, de los artistas…- y ve lo que le rodea con una fuerte dosis de humor e ironía; de ahí, esa cáustica interpretación de esa sociedad tan cuestionable que encontramos en muchas de sus obras.

Pero Guillermo Bermudo no sólo es un feliz intérprete de una pintura que narra, sin subterfugios, lo que la mirada encuentra y a la que impone un sello único; es un pintor que sabe desarrollar los infinitos postulados técnicos de la pintura; esos que hoy demasiadas veces aparecen diluidos en estamentos poco razonables artísticamente. Es un artista de oficio muy bien asimilado, con argumentos plásticos bien estructurados. En ese sentido, sus obras se acondicionan formalmente desde diversos desarrollos y desenlaces formales, utilizando en una misma obra tintas, aguadas, óleos, líneas gráficas que generan un entramado compositivo de contundente conformación plástica. Al mismo tiempo, concede máxima importancia a los fondos de las obras donde se desarrolla su argumentario conceptual, desplegando sobre ellos una infinidad de pequeños elementos dibujados que complementan la realidad del conjunto y compactan el desenlace último del concepto planteado.

Guillermo Bermudo llega a la sala ArteaDiario, después de que se quedara en puertas de exponer cuando la aparición de la Pandemia nos sumió en ese descorazonador ambiente de inquietudes y sombrías posiciones. Ahora, con la sala del DIARIO DE JEREZ en plena continuidad expositiva, llega la expectante pintura de un artista que da un sentido especial a la nueva pintura figurativa. La muestra nos introduce en la escena de un artista que es conocedor absoluto del amplio entramado de la creación plástica de ahora y de la de siempre. Por sus obras transita un arte total; una compilación acertadísima de lo bueno que ha ocurrido en el arte y que Guillermo Bermudo acondiciona a su manera para dar una nueva y diferente dimensión. Sus obras se plantean dentro de una estructura formal muy bien desarrollada desde esa técnica imponente que marca diferencias y abre perspectivas para acceder a un universo donde la ironía, la denuncia; hasta la provocación, o el relato de lo que acontece en una sociedad con muchos encuadres, son el espíritu de una obra que llega a todos desde la genialidad creativa de un jocoso mago influenciador con infinitos alcances; son la visiones mediatas o inmediatas de una realidad que Guillermo Bermudo lleva a un nuevo sentido para llenarla de lúcidos argumentos.

La vindicación de la cabra. La vindicación de la cabra.

La vindicación de la cabra.

En la exposición “Crónicas y Chanzas”, Guillermo Bermudo nos conduce por su especialísimo ideario artístico, el plástico y el conceptual. Una afortunada conjunción de elementos formales, yuxtaponen sus posiciones para alcanzar esa obra personal e intransferible donde todo queda sujeto a un dominio expectante de la técnica –aunque él muchas veces quiera huir de su estricta potestad– que hace eclosionar ese especial sentido artístico que subyace en todas sus obras. Pinturas y grabados – Bermudo es un extraordinario dominador de todos los difíciles argumentos de la estampación – que magnifican la moderna pintura figurativa y acentúa el carácter de una representación que, dentro de su personal apuesta plástica, nos la hace sentir cercana, sin excesivos dispendios intelectualoides y claras argumentaciones convincentes para una inmensa mayoría.

Guillermo Bermudo es un artista de gran lucidez. Conoce el arte por dentro y por fuera y sabe cómo hacerlo llegar. Por eso, su obra interesa, no deja indiferente y descubre a un artista total, sin complejo alguno. Todo cuanto el arte debe exigir.

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