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Consecuencias del coronavirus en el sistema educativo

La educación del coronavirus

  • Los centros educativos han adaptado en estas dos últimas semanas su modelo de aprendizaje

  • Redes sociales, el correo electrónico o programas como google classroom o google zoom, sus herramientas

Una pequeña estudiante, realizando trabajos en casa.

Una pequeña estudiante, realizando trabajos en casa. / Manuel Aranda

Desde que comenzó el pasado día 16 de marzo, una vez decretado el estado de alerta y suspendido el curso escolar, miles de estudiantes intentan afrontar las clases diarias en sus respectivas casas sin alterar su proceso enseñanza-aprendizaje, una tarea nada fácil. Tras dos semanas de confinamiento, el trío que conforman profesorado, alumnos y padres y madres de alumnos, se han convertido, en casi todos los centros, en auténticos protagonistas de la educación tratando así que esta situación no sea una rémora para el desarrollo curricular del presente curso.

A este difícil reto se unen también los departamentos de orientación, que a través de los distintos canales de información, intentan que este confinamiento, que va camino de prolongarse a más de un mes, no acabe por desesperar al alumnado.

En este sentido, la principal recomendación es mantener una rutina diaria de trabajo, es decir, con horarios y quehaceres habituales en el día a día de cada estudiante, aunque siempre teniendo en cuenta que se trata de una situación excepcional para muchos de ellos. Bajo esta premisa están funcionando muchas familias, alimentados y coordinados por los claustros de profesores de muchos centros, en la mayoría de los casos implicados y trabajando al máximo (incluso muchas más horas de su horario habitual) en favor de su alumnado, generando así una auténtica revolución.

Pero para llevar a cabo todo esto debemos hacernos varias preguntas. ¿Están preparados los centros para una situación así? ¿Tienen las familias capacidad y los medios necesiarios para desarrollar esta labor? Evidentemente, la sociedad en la que vivimos ha hecho que la tecnología haya entrado de lleno en muchos centros, ya sean institutos o colegios, desde hace años, de ahí que en muchos aspectos, tanto al alumnado como al docente, e incluso a las mismas familias, no les está resultando difícil adaptarse a la situación.

Programas como Ipasen o Moodle, avalados por la Consejería de Educación, o las posibilidades que otorga google, con Gsuite, Edmondo y Google Classroom, están siendo las plataformas más utilizadas por el profesorado, todo acompañado por las redes sociales, en especial Facebook, Twitter e incluso Instagram.

De cualquier forma, esta situación también apunta un dato negativo, la brecha escolar creada en función de determinadas zonas. Y es que en algunas partes de la ciudad menos favorecidas, los centros educativos están encontrando un verdadero problema para que su alumnado pueda desarrollar la actividad diaria.

“Estamos haciendo mucho hincapié en que las actividades que se mandan, se hagan en la medida de que la situación familiar lo permita, porque hay realidades especialmente desesperanzadoras”, apunta la dirección de un centro de la ciudad ubicado en una de estas zonas.

En muchos casos, las familias de este alumnado no tiene recursos ni dispositivos con los que los niños/as puedan acceder al material facilitado por el profesorado, un hecho que les supone un handicap en su proceso de aprendizaje.

La falta de recursos en muchas zonas de la ciudad está abriendo una brecha escolar

Raúl Pizarro, director del CEIP San Juan de Dios, lo tiene claro en este sentido. “La administración educativa no nos ha preparado para esto, no ha preparado ni a los colegios ni a las familias, porque no todas las familias tienen dispositivos, conexión a internet ni recursos para acceder a internet. Ni los colegios, ni las familias ni los maestros estamos preparados para esto, no tenemos recursos pero aún así, lo importante ahora es quedarnos en casa para solucionar esta crisis”.

De hecho, en este centro, que en los últimos años ha destacado su extraordinaria labor docente, han optado por acceder al alumnado a través de los móviles. “Sabemos que móviles hoy en día tienen casi todas las familias, y por ahí, a través de canales de Telegram, estamos llevando el día a día”.

Así, mediante esta aplicación han conseguido tener un contacto mayor con los estudiantes e incluso ofrecer tutorías con sus padres para tratar de ayudarles en todo lo que pueden.

De lo que se trata es de que las familias nos sientan cerca, y poder ayudarles e informarles en todo, desde las tareas diarias a cómo pueden gestionar ahora ayudas q necesiten de servicio sociales, medicas...”, asegura María del Mar Rodríguez.

Un alumno, haciendo trabajos en su casa. Un alumno, haciendo trabajos en su casa.

Un alumno, haciendo trabajos en su casa.

Cada centro busca así el mejor medio para acercarse a los suyos, algo que se individualiza más en función de cada profesor. Así, son muchos docentes los que han apostado por comunicarse con los suyos por un canal de Instagram, por whatsapp y por supuesto, a través del correo, si bien algunos entienden que esta fórmula “es mucho menos efectiva”.

Otros, porque a lo largo del curso así lo llevan a cabo, optan por la vía IPasen, un programa que facilita la Junta para todos los centros educativos y que permite a los padres y madres acceder a trabajos, notas e incluso convocar tutorías.

Sin ir más lejos, durante los primeros días de confinamiento, esta plataforma sufrió verdaderos colapsos por una sobresaturación del sistema, de ahí que los centros hayan optado, buscando mayor eficiencia, otros recursos. Consecuencia de ello resulta también que muchos centros, sobre todo institutos, hayan preferido trabajar a través de su propia página web (los que la tienen) donde mediante google drive van mandando directrices a los estudiantes.

La inventiva y la capacidad de trabajo de los docentes, la mejor arma contra la situación

Dentro de este universo de creatividad y amor por la profesión, muchos centros han optado también por crear sus propios blogs para la ocasión, blogs, que están divididos por curso y donde el claustro va subiendo recomendaciones y distintas tareas a su alumnado. Uno de ellos es el CEIP Alfonso X, muy activo en este tipo de recursos.

No obstante, la mayor cantidad de información, al menos cuando no es personalizada, fluye a través de las distintas páginas de Facebook de los centros, que en estos días se han convertido en un vivero de propuestas para combatir el aburrimiento, recursos educativos de toda índole, talleres y hasta en el escenario perfecto para que la comunidad de cada centro anime el día a día con vídeos y originales propuestas. Como dato significativo sobresalen los retos que los propios padres y madres proponen al alumnado para llevarlos a cabo desde casa, ya sea mediante manualidades y hasta de carácter físico, fomentando así la actividad deportiva dentro de los límites que otorga el confinamiento.

Los más atrevidos se apuntan incluso a realizar exámenes a través de la plataforma moodle, como el caso del Caballero Bonald, y a trabajar vía programas google meet o google zoom con su comunidad educativa, ya que este tipo de aplicaciones permiten conectar simultáneamente a cien personas, de ahí que muchos centros las estén utilizando paulatinamente, en especial para el alumnado de Secundaria.

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