“Somos un grupo de comuneros, como tú, dispuestos a trabajar por la comunidad de regantes con una gestión con total transparencia y un trato igualitario hacia todos. Queremos que nuestros esfuerzos se vean reflejados en un recibo más bajo y que esto repercuta en un desahogo para el comunero”. Esta es la carta de presentación de la candidatura formada por 15 comuneros independientes que concurren a las elecciones de la comunidad de regantes del Guadalcacín como alternativa a la “continuidad” que, a su juicio, encarna la lista de Coag.

Los regantes del Guadalcacín están llamados a las urnas el próximo 30 de enero para la elección del presidente y demás miembros de la junta de gobierno de una entidad centenaria, pero cuya gestión, según el grupo de comuneros independientes que encabezan José Aguilera y José Luis González, hace aguas por los cuatro costados.

"Tenemos un pura sangre tirando de un carro de estiércol"

Aguilera, candidato a presidente, conoce bien los entresijos de la comunidad del Guadalcacín, para la que trabajaba hasta su reciente despido como responsable de cuentas, labor que compaginaba con su puesto en la junta de gobierno, de la que también fue cesado en dos ocasiones, la segunda tras verse obligada la Consejería de Agricultura a readmitirlo en su cargo por decisión de los tribunales, que hasta ahora le han dado la razón en todos los procesos judiciales que le enfrentan a la comunidad.

“Al final buscaron otra excusa para echarme”, explica el cabeza de la lista independiente, quien tras su salida de la entidad decidió junto a José Luis González poner en marcha la candidatura, para la que cuentan con un equipo de apoyo de medio centenar de personas.

Aguilera y compañía eran conscientes de la dificultad del reto, pero no imaginaban que encontrarían tantos obstáculos en el camino, hasta el punto de que estudian impugnar un proceso electoral que consideran “más propio de Venezuela que de una sociedad avanzada del siglo XXI”, tanto por el modelo heredado de tiempos remotos como por las “muchas irregularidades” detectadas y contra las que solicitaron sin éxito a la Consejería que dispusiera observadores que garanticen la legalidad.

"El proceso electoral de los regantes es más propio de Venezuela que de una sociedad avanzada del siglo XXI"

Precisamente, la actualización de los “obsoletos” estatutos de la comunidad es uno de los principales compromisos de la candidatura independiente, toda vez que las reglas del juego por las que se rige la zona regable del Guadalcacín datan del año 57, salvo por una modificación mínima realizada en 2001.

Los comuneros, cuya representatividad se establece en función de la superficie de riego –un voto de 1 a 4,99 hectáreas, dos votos de 5 a 9,99 hectáreas...–, pueden votar presencialmente en la asamblea del día 30 o pueden delegar su voto, para lo que se requiere el visto bueno del secretario de la comunidad y de su junta de gobierno, que por tanto, “es juez y parte en un proceso en el que tiene intereses”, señala un miembro de la candidatura de Aguilera, quien critica la “falta de transparencia y democracia” de unas elecciones, en las que “el voto tampoco es secreto”.

Los estatutos de la comunidad aún recogen las sanciones en pesetas

Los mismos estatutos aún recogen las sanciones en pesetas y tampoco contempla retribuciones para los miembros de la junta de gobierno, ni siquiera el presidente, que por cuestiones obvias de la evolución de la sociedad es uno de los puestos remunerados en la comunidad de regantes.

Tras casi un año de duro trabajar y de continuos obstáculos para acceder a la información sobre la situación de la comunidad, el candidato a presidente asegura que “la cosa está fatal”, y no sólo en términos económicos, pues los comuneros del Guadalcacín arrastran una deuda considerable que no deja de crecer, porque “no llegamos de un recibo a otro sin tener que tirar de la póliza de crédito para hacer frente a los pagos”.

La bajada del recibo del canon del agua es otro de los compromisos de este grupo de comuneros, que denuncia una subida este año del 40%, que supone un desembolso anual de 300 euros por hectárea, a los que se suman otros 30 euros de adelanto con cargo a los presupuestos del próximo año, se entiende que para aliviar los problemas de tesorería de la comunidad, aunque como en muchas otras cosas, la medida “carece de justificación por parte de la junta de gobierno”.

Huelga decir que estos comuneros están en completo desacuerdo con la gestión actual de la comunidad, a cuyos responsables critican también el trato que dispensan a los regantes, motivo por el que, aseguran, de 2.500 comuneros en total, apenas 25 o 30 acuden a las asambleas.

Sobre la “deficiente gestión” del ente, los miembros de la candidatura independientes aluden al último recorte el pasado mes de diciembre de la dotación de agua de la comunidad, que en la actualidad dispone de 5.000 metros cúbicos por hectárea y año frente a los 10.000 de sus inicios, “cantidad insuficiente” para hacer frente a situaciones excepcionales de sequía a para sacar mayor aprovechamiento a las tierras con la incorporación de otros cultivos. Lo peor, señalan, es que ni siquiera se ha expuesto una queja por este recorte.

“Tenemos un pura sangre tirando de un carro de estiércol”, apostillan los candidatos independientes, que en las últimas semanas han recorrido la zona regable para recabar el apoyo de los comuneros y presentarles su programa, que contempla numerosas mejoras técnicas y medidas de ahorro de costes.