El consumo doméstico no es el único que tiene problemas con las compañías eléctricas por el disparatado incremento del recibo de la luz. Desde la supresión de la tarifa de riego, a mediados del año pasado, muchos agricultores vienen soportando subidas paulatinas, tanto en la tarifa por potencia como en la que se emite por kilowatio. Según denuncia la comunidad de regantes del Guadalcacín, el recibo se ha visto incrementado entre un 100 y un 300 por ciento.

El sindicato de riegos baraja la posibilidad de fomentar los riegos nocturnos, alternándolos con los diurnos, para abaratar los costes de la electricidad, si bien otras comunidades de regantes del país denuncian que las compañías no están aplicando tarifas valles o llanas, sino que están haciendo tabla rasa para cobrarlo todo igual.

Cuando los comuneros del Guadalcacín se embarcaron en la modernización de la zona regable, los estudios de costes que se realizaron indicaban que la factura de electricidad por hectárea y año -incluyendo potencia y kilowatio- rondaría los 270 euros. De cara al inminente inicio de la campaña de riegos, sin embargo, el precio estimado tras la subida rebasará los 300 euros, para situarse en el entorno de los 307 o 308 euros/hectárea. Es la consecuencia de la progresiva equiparación de la antigua tarifa de riego a la industrial.

En oras zonas regables, en las que la situación empieza a ser crítica, muchas explotaciones se están planteando autoabastecerse de electricidad con generadores de gasóleo, que a fecha de hoy serían competitivos con los precios que pagan a las compañías eléctricas. En el Guadalcacín, de momento, la principal opción es la energía solar, si bien el proyecto en el que viene trabajando desde hace algún tiempo la comunidad de regantes se ha quedado aparcado por los problemas para encontrar financiación derivados de la crisis económica.

Entre tanto, los regantes confían en que den resultados las gestiones que están realizando tanto las federaciones andaluza y española en las que se integran como las organizaciones agrarias, que según el presidente de los comuneros del Guadalcacín, Pablo Ruiz Carmona, "van a tener que pelear duro para frenar este abuso, que en nuestro caso, puede tirar por tierra los esfuerzos que venimos realizando, en función de unas cuentas, para modernizar la zona regable".

Los representantes de los regantes y de los agricultores han mantenido diversas reuniones ya con las compañías eléctricas, que hasta ahora "han escurrido el bulto" para echarle las culpas al Gobierno. En este sentido, señala Ruiz Carmona, "las compañías dicen estar dispuestas a bajar la tarifa por potencia, pero aseguran que el Gobierno no se los permite, porque es la forma que tiene de pagar la importante deuda que mantiene con las eléctricas".

Ruiz Carmona explica que el hecho de que el regadío de última generación esté aún en periodo de pruebas ha permitido que la luz contratada en la zona, hasta ahora, sea la mínima, pero la situación cambiará cuando empiece la campaña de riegos, que ya tienen encima.

307