"Me encanta el puchero, quita el sentío"

Bira Güeyes, senegalés de nacimiento y conocido en la ciudad como 'El Patera de Jerez', lleva desde los seis años en España. A Jerez llegó un poco más tarde, hace unos diez años, pero como él mismo dice se siente uno más de esta ciudad.

-¿Le gusta esta ciudad?

-(Risas) Es que yo soy de Jerez. Me siento parte de ella como si hubiera nacido aquí. Tengo un sentimiento limpio y puro por esta ciudad.

-Y de comida, ¿cuál es su favorita?

-El puchero. Eso quita el sentío. Así deberían recibirse a los inmigrantes, con un buen plato de puchero. Yo me iría a las Canarias con una olla para recibirlos.

-¿Quién puede decir que es la persona que más le ha ayudado desde que está aquí?

-Curro, el cantante de 'Navajita Plateá'. Él desde el principio me ayudó sin ni siquiera conocerme de nada. Me ha brindado su apoyo en todos los sentidos. Aunque tengo que resaltar también la ayuda recibida de mucha gente de Jerez, como 'el canijo' y su familia o Atilano el dueño de 'La Moderna' y su gente. Creo que he sido muy afortunado.

-¿Qué tal la experiencia en el programa de Jesús Quintero?

-Muy bien. Me ha encantado, además cualquiera no se sienta allí y que un pobre hombre como yo esté donde otros grandes de España se han sentado hace que me sienta orgulloso. Estar ante la talla de un periodista como Quintero es como volar.

-Ahora es popular, mucha gente le conoce.

-Sí, desde que salí en su programa todo el mundo me conoce, pero porque lo que a la gente le ciega es ver a un inmigrante hablando con acento andaluz. La gente me saluda por la calle y me dice 'patera, paterita, pucherito'. Eso llena aunque a veces quiero ser uno más porque yo no lo he hecho para ser famoso, mi sueño no es ser mañana un 'Navajita Plateá', sino seguir con mi labor en mi asociación, que es lo primero, es una necesidad que debo hacer.

-En 2003 estuvo a punto de ser expulsado de España. ¿Cómo vivió aquellos meses?

-Tras veintiséis años en España, esa ha sido la etapa más dura de toda mi vida. Fue un momento en el que en un solo día todos tus derechos te los tiran por el suelo. Cuando llegué a España no había ley de extranjería de tal forma que por aquel entonces la ley no sabía muy bien qué hacer conmigo porque yo era menor. Más tarde obtuve la residencia, pero ésta caducó y al no tener un contrato de trabajo no pude renovarla. Así empezó todo el problema.

-¿Y cómo consiguió salir de aquello?

-Gracias a este periódico que me apoyó desde un principio. Hicieron un reportaje precioso y a raíz de éste se produjo una respuesta de los demás medios de comunicación. Gracias a esta fuerza que me dio el Diario de Jerez pude tener más fuerzas para sobrevivir. Aunque luego, tras este boom televisivo, estuve tragando solo. Me pasé tres años más luchando entre las sombras sin querer gritar pues creía que ya se me había escuchado suficiente. Lo pasé muy mal, han sido casi seis años luchando para que me concedan la residencia.

-Y ya es permanente por fin, ¿no?

-Sí, ya sí. Por suerte ahora tengo un trabajo que me llena, colaboro con 'Accem Jerez', una ong que se dedica a ayudar a los inmigrantes que llegan a Jerez.

-¿Cuál es su labor en esta asociación?

-Desde Accem nos dedicamos a ayudar a los inmigrantes mediante los distintos programas que tenemos. La asociación lleva muchos años trabajando en España. Antiguamente ayudaba a los españoles que emigraban fuera pero ahora ayuda a los que vienen de fuera. Mi experiencia es buena para ellos porque al menos se me escucha. Cuando les cuento los años que llevo aquí se quedan petrificados, pero al menos de mi experiencia se puede sacar algo positivo. Ellos deben saber que el comienzo es duro, pero los españoles deben saber también que hay algunos que llegan y se sienten parte de aquí. No todo el mundo viene para hacer algo malo.

-Le llaman 'El Patera de Jerez', ¿por qué?

-Es una forma de reivindicar lo que sucede en elEestrecho. No hay que confundir el personaje con la persona. Me he puesto ese nombre para que suene, sabía que después de Quintero iba a tener más repercusión. Era una forma de llamar la atención para que la gente se dé cuenta de lo que sucede en su país. Es una manera de sensibilizarnos entre todos para buscar una solución a esta lacra. La gente sólo ve a los que llegan pero no se fijan en los que se quedan detrás. La última vez que fui a Senegal vi a una madre que me decía que su hijo se había ido hacía un año pero que no había recibido respuesta de él, eso es porque está en el mar seguro, porque cuando llegan lo primero que hacen es compartir la victoria.

-Hay desinformación en los inmigrantes que vienen y que se quedan, ¿no?

-Sí, todas las informaciones se quedan aquí, por eso quiero que desde los medios se intente hacer algo para que de alguna forma todo esto llegue allí abajo. Sinceramente la gente que está allí no sabe nada de lo que pasa con los que vienen. Y los que llegan aquí lo hacen engañados, no saben lo que realmente les espera.

-También fusiona música senegalesa con flamenco, ¿no?

-Sí, se mezcla una base de aquí con otra de allí. Utilizamos instrumentos musicales propios de Senegal con el cajón flamenco o la guitarra, así creamos una fusión musical entre mi país de origen y el país que me acogió. Son dos músicas de raíces y Jerez lo es también sin duda alguna. Yo creo que es un momento perfecto para la fusión tanto musical como de costumbres y pensamiento. Esa ha sido siempre mi forma de ser. Es un reclamo para que la gente se dé cuenta de que el color de la piel no existe sólo el de los ojos. Todo lo demás es tontería.