¿Hay alguna forma de aprovechar los 'desperdicios' de la vinificación? Para los Laboratorios SkinWine sí. Esta empresa de carácter tecnológico (un spin-off de la UCA) nació de la mano de las investigaciones desarrolladas en la Universidad y con la inversión de empresarios que quisieron apostar por la cosmética natural. Como esta misma empresa dice, se creó con la vocación de poner en valor "productos hoy infrautilizados, como los restos de vinificación de nuestra zona de influencia". En el desarrollo del centro antienvejecimiento promovido por el Spa Club Jerez, una de las necesidades planteadas inicialmente fue el desarrollo de una línea dermocosmética para sus instalaciones, y de ahí que se pensara en utilizar la 'vinoterapia' para los tratamientos. De esta forma, este spa temático alberga hoy día la oficina comercial de SkinWine.

Carmelo García Barroso, director del Centro Andaluz de Investigaciones Vitivinícolas (CAIV) y parte del equipo de SkinWine, recuerda que fue gracias a un retraso en un vuelo el que hoy haya sobre la mesa productos hechos con los restos de la vinificación. "Los promotores del spa y yo tuvimos un encuentro gracias a un retraso de Iberia. Estuvimos bastantes horas esperando y nos dio para intercambiar opiniones. Ellos me contaron la iniciativa y, de hecho, ya iban a contactar conmigo". El catedrático de Química Analítica de la Universidad de Cádiz remarca que el grupo de investigación que dirige, "teníamos una línea de investigación que era estudiar las propiedades saludables de los productos vitivinícolas de Jerez. Como consecuencia de este estudio, vimos que había sustancias que daban estas propiedades, fundamentalmente se buscaban polifenoles porque aportan propiedades antioxidantes, son preventivos de riesgos cardiovasculares, entre otras propiedades. Pero fue a más, y nos dimos cuenta que no solo los restos iniciales del mosto eran interesantes, sino que también los que en las distintas fases posteriores se van generando y que desde el punto de vista cosmético interesan mucho. Y así surgió todo".

El director comercial de SkinWine, José Manuel Gavilán, resalta que "nuestra cosmética tiene denominación de origen y carácter exclusivo. Todos los restos utilizados proceden, de forma exclusiva, de uva blanca palomino fino, característica del marco de Jerez, y no de uva tinta como suele ser lo habitual. Hasta donde alcanza nuestro conocimiento, no existe ninguna cosmética desarrollada a partir de este tipo de uva ni de otras variedades de uva blanca".

Tónico facial, exfoliante, hidratante, un serum reparador facial; champú de vinagre (sin olor) para cabello normal, anticaspa y hasta un preventivo de piojos para niños (champú 'Kiyo'). Todo es natural y testado científicamente. "Son productos testados científicamente, que es algo muy importante, porque en el mundo de la cosmética hay mucho fraude", puntualiza García Barroso, quien avanza además que "estamos continuamente sacando nuevas investigaciones. De hecho, hay en marcha un proyecto muy peculiar que es sacar un producto muy específico del jerez, que es a través del velo de flor".

Otra de las líneas de negocio de SkinWine es 'Flor de El Rocío', el perfume de la romería. "Siendo formuladores, la Hermandad matriz nos pidió 'su' perfume, somos el producto oficial de la Virgen. Investigamos, vimos la aldea, buscamos una estética en el tarro y la gran característica de este perfume es que dentro tiene pétalos como los que lleva la Virgen". El 'impacto' de este producto ha sido tal que hasta la hermandad rociera de Los Ángeles, en California. "Siendo la hermandad más lejana, es una de las primeras que está interesada", explica como curiosidad Gavilán.

"Somos una empresa que no crea impacto en la naturaleza y para el futuro queremos seguir expandiéndonos a nivel nacional. Pretendemos antes de final de año estar ya en otras comunidades como Madrid y Castilla, y además, la empresa actualmente ya exporta a Méjico y tenemos contactos para hacerlo con otros países de Latinoamérica. Este producto es único y novedoso", declaró Gavilán.