Jerez

El plan especial de Mesas de Santa Rosa será aprobado este mes

  • El delegado de Urbanismo subraya la necesidad de una "mayor implicación" de la Junta de Andalucía para los asentamientos rurales afectados por cañadas

El Ayuntamiento tiene previsto aprobar este mes de abril el plan especial del hábitat rural diseminado de Mesas de Santa Rosa, que supone el cuarto documento de estas características elaborado desde el Área de Planeamiento de la delegación de Urbanismo, según informaron ayer. La junta de gobierno local ya aprobó en estas últimas semanas los planes de los hábitat rurales diseminados de La Inmaculada, Añina y El Polila. Estos planes especiales, que son pioneros en Andalucía, posibilitan que se reconozca por primera vez la existencia de estos núcleos ubicados en suelo no urbanizable, y, una vez entren en vigor, permitirán establecer una ordenación de esos asentamientos así como la realización de mejoras urbanísticas tanto en viviendas como en las zonas comunitarias.

El delegado de Urbanismo, Antonio Saldaña, ha señalado que  la elaboración de estos planes se enmarca dentro de compromiso del gobierno local del PP “de no prometer legalizaciones rápidas y sin coste, tal y como hasta ahora se había prometido, pero sí de ir dando los pasos adecuados para que las familias afectadas puedan tener tranquilidad desde el punto de vista urbanístico y que puedan tener los papeles de sus viviendas”.

Los hábitats rurales diseminados son agrupaciones de viviendas en suelo no urbanizable generalmente vinculadas en su origen a la actividad agraria. Este tipo de núcleos presenta unas características diferenciadas, según recoge el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), entre las que figuran las de ser agrupaciones de cinco o más viviendas, con distancias entre viviendas igual o menor a cien metros; debe de haber un número de habitantes censado igual o superior a 20 personas, cuya vivienda sea primera residencia y por tanto domicilio habitual.

Asimismo, el asentamiento debe tener acceso a abastecimiento de agua y suministro eléctrico de modo autosuficiente, y que su posible reconocimiento no interfiera gravemente en previsiones del plan general o esté en suelo inundable.

“Lo realmente novedoso de este proceso es que desarrolla un concepto distinto al asentamiento poblacional –asegura Antonio Saldaña–. Los planes que hemos puesto en marcha reconocen por vez primera el fenómeno histórico y tradicional del asentamiento rural como forma de vida diferenciada de las ciudades; es por ello que queremos limitar su crecimiento al objeto de preservar el carácter rural de su identidad”.

El delegado de Urbanismo ha explicado también que la redacción de estos planes especiales están contemplados en el Plan General y vienen recogidos en el decreto que regula el régimen de las edificaciones y asentamientos existentes en suelo no urbanizable, “por eso ya dijimos en su día que esta normativa no aportaba nada nuevo”. “Es más –añade-, este decreto establece que hay que hacer planes especiales para estos asentamientos y nosotros ya llevamos varios redactados, así que tenemos una gran ventaja respecto a otros municipios”.

Antonio Saldaña entiende que la colaboración entre las administraciones para la regularización de estos asentamientos es “fundamental”, y será “más necesaria” aún en el caso de los planes especiales de hábitats rurales diseminados afectados por cañadas. “A partir de ahora la implicación de la Junta de Andalucía va a ser muy importante, pues muchos de estos núcleos están afectados por cañadas, y por mucho que intentamos que se llegue a una solución lógica y razonable a la desafectación de cañadas nos encontramos con un muro”, ha señalado Antonio Saldaña en referencia a “la sensibilidad que muestra la Administración andaluza hacia estas realidades que tenemos en el término municipal de Jerez”.  

En el caso de los asentamientos en cañadas, Antonio Saldaña reconoce que su tramitación será más elaborada, por lo que habrá que establecer algún tipo de acuerdo con la Junta de Andalucía, que es la propietaria de los suelos. “En el caso de las cañadas, el problema no es de planeamiento, sino de titularidad del suelo, por lo que habrá que negociar con la administración competente, en este caso, la Junta de Andalucía, las posibles soluciones”.

Respecto a los hábitats rurales diseminados ya aprobados, desde el gobierno local recuerdan que el asentamiento de La Inmaculada tiene una superficie de 15.000 metros cuadrados y consta de 36 edificaciones, casi todas viviendas, siendo todas de primera residencia. Cuenta con todos los servicios básicos, pero sería necesario realizar ligeras obras de mejora de la urbanización (calles, zona libre comunitaria, etc).

En cuanto a Añina, está situado en el kilómetro 1 de la CA 3100, cerca de Las Tablas, y tiene una superficie de 9.138 metros cuadrados. En este caso, la zona consta de 12 parcelas catastrales en las que existen 10 viviendas; tiene los servicios básicos prácticamente completos y únicamente precisaría de una serie de mejoras en un par de viales.

Por último, el Plan Especial de El Polila (kilómetro 6 de la autovía A-480 Jerez-Sanlúcar) actuaría sobre una superficie de 14.808 metros cuadrados, en la que existen 37 parcelas con 32 viviendas. El Polila cuenta actualmente con todos los servicios básicos.

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