Religión

Asidonia prosigue a la espera de su obispo

  • Tras tomarse como cierta la inminente llegada del nuevo prelado, la Iglesia prosigue con calma la mejor elección para Jerez

Monseñor Juan José Asenjo con el palio colocado alrededor de su cuello.

Monseñor Juan José Asenjo con el palio colocado alrededor de su cuello.

La Iglesia local de Asidonia-Jerez prosigue a la espera del nombramiento de su nuevo obispo para ocupar la sede episcopal. Si tras el anuncio de monseñor José Ángel Saiz Meneses como nuevo arzobispo de Sevilla muchos esperaban la pronta noticia para la Diócesis de Jerez, queda patente, nuevamente, que los ritmos de la Iglesia no son los del mundo. Los fieles siguen pensando y haciendo quinielas mientras que la Nunciatura Apostólica de España prosigue deshojando la margarita de la persona más adecuada para ocupar la responsabilidad de ser el pastor para esta grey que tiene su demarcación geográfica en el sur de España.

Prosiguen dándose nuevos nombres pero el mutismo de las personas responsables de tomar las últimas decisiones —será el Papa Francisco quien rubrique y dé por concluida la sede vacante— sigue siendo más que patente.

Sevilla volvió a ser una demostración de cómo se llevan estos asuntos en las grandes esferas de la curia. Se dieron nombres y apuestas y, finalmente, fue el obispo de Tarrasa la persona elegida para llevar los designios de la Iglesia Hispalense.

Pero mientras la espera se hace más o menos larga, muchos fieles se preguntan sobre la dignidad y las responsabilidades de un obispo y un arzobispo. El pueblo cristiano, en ocasiones, no identifica las distintas ordenaciones contempladas por la Iglesia Universal. Ni tan siquiera muchos podrían afirmar si el Santo Padre tiene un orden superior al de cualquier obispo.

Tres ordenaciones

Dentro del clero, y dejando a un lado el sacerdocio por el bautismo al que todos los cristianos acceden al haber recibido el sacramento, las tres órdenes son las de diácono, presbítero —sacerdote— y obispo. Por tanto, a partir de esta premisa, se forma todo el armazón de las distintas responsabilidades jerárquicas de la Iglesia.

El Papa es elegido por el cónclave de los cardenales como el obispo de Roma. Tiene como principal función ser el nexo que une a todos los obispos repartidos por el mundo. Además, ejerce como sumo pontífice, es decir, el mayor de entre los iguales. Y por tanto es el máximo mandatario de la Iglesia Universal. Sin embargo, llegar al papado no significa recibir una nueva orden al ser un obispo el que asume el ministerio petrino.

Por otro lado, los cardenales son nombrados y no ordenados. Se nombran por expresa voluntad del Papa y son sus más estrechos colaboradores. Los cardenales son obispos aunque esta premisa no es totalmente necesaria. El pasado 28 de noviembre, Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia y religioso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, fue nombrado cardenal sin pasar por la ordenación de obispo. Su Eminencia es mayor de ochenta años y no entraría en un futuro cónclave. Así que el Papa Francisco le otorgó esta voluntad expresa del capuchino de no abandonar su hábito de fraile franciscano. Suele vestir con el sayal capuchino, la cruz pectoral y el solideo color escarlata por su rango de cardenal. 

Obispos y arzobispos

Por otro lado, la diferencia esencial entre un obispo y un arzobispo es la extensión y el valor histórico de una determinada demarcación eclesiástica. La archidiócesis se contempla dentro de una amplitud importante. Generalmente dividida en distintas diócesis formando una provincia eclesiástica. Este carácter de haber sido primera y madre de las diócesis de su alrededor le da esta rango de archidiócesis. La sede de esta demarcación la toma un arzobispo, que en definitiva tiene el mismo rango que el obispo. Es decir, no es ordenado como arzobispo sino como obispo. El arzobispo, vela especialmente por la comunión entre los obispos que pertenecen a su provincia eclesiástica, aunque sin entrar en valoraciones o formas de proceder de otro obispo. Se diferencian de los obispos al otorgársele el palio para las celebraciones litúrgicas. Esta prenda solo lo visten los arzobispos y el Sumo Pontífice. Se trata de una tela de lana virgen de oveja cosida que se lleva al cuello y hace referencia al Buen Pastor. Está estampada por cinco cruces que son atravesadas por un clavo cada una. Es Papa el que entrega el palio a cada nuevo arzobispo y lo hace en la festividad de San Pedro y San Pablo.

Por tanto, recordar finalmente que son tres las órdenes que contempla la Iglesia. Diáconos —que están al servicio del obispo de la sede episcopal y son servidores de ellos—, presbíteros —que ejercen las funciones del ministerio sacerdotal y representan al obispo en las parroquias donde estén destinados— y el obispo como pastor de la grey cristiana.

Asidonia-Jerez prosigue esperando a su obispo. Si como muchos comentan se trata de un sacerdote la persona designada a ser el pastor de la Diócesis, tendrá que ser ordenado obispo como ocurrió con don Juan del Río y don José Mazuelos. Si fuese un obispo auxiliar u obispo de otras diócesis, tendrá lugar una toma de posesión sin tener que ordenarse en la seo jerezana, lugar donde ocupa la sede el ordinario del lugar.

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