Del esplendoral olvido
Un recorrido por bodegas y bodegueros que alcanzaron un éxito fulgurante y poco duradero
Para iniciar esta serie sobre bodegas jerezanas que alcanzaron un éxito fulgurante, como poco duradero, entre mediados del XIX y primera mitad del XX, lo haremos primero de estas tres: Simó, Aladro y Suter.
Como nota preliminar quiero traer aquí la historia de una nave industrial que algunos investigadores asocian como bodega y de la que no se tenía información, incluido el nombre de su propietario. Nos referimos al viejo edificio sito en Ronda de los Alunados, junto a las dependencias de la Junta de Andalucía. En su fachada, tal como se observa en la fotografía, hay un rosetón con las iniciales P.CH.G., y el año de 1871. Estas hacen referencia al empresario, y agricultor malagueño, instalado en Jerez, Pedro Chacón García. El local tuvo, entre otras funciones, las de almacén, fábrica de almidón, cochera (Chacón hacía servicio de viajeros y mercancías en la cercana estación de trenes), así como taller de reparaciones de aviones militares, pero sin constancia que llegara a albergar botas de vino en algún momento.
Los miembros más destacados de la familia Simó fueron importantes vitivinicultores. Para ello nos remontamos hasta Manuel Simó de la Riva, nacido en Jerez en 1827. Era hijo de Pedro Simó Pérez de Checa, de Granada, y de María Josefa de la Riva Hontoria, de Jerez. Sería nombrado Caballero de la Real Orden Americana de Isabel La Católica, falleciendo en Jerez en 1878.
De su matrimonio con Elisa Oneto Ribero, de Cádiz, nacería, en 1857, el que sucedería, Pedro Simó Oneto. Éste llegaría a ser doctor en Ciencias Exactas y licenciado en Derecho. Estuvo casado con María Sánchez Romate y Sánchez. Entre otras actividades, fue primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Jerez y que la Compañía Jerezana de Electricidad le nombró director gerente. Fallecería en su ciudad natal en 1923.
Un hijo de éste, Juan Pedro Simó y Sánchez Romate, casó a su vez con Aurora Fernández de Bobadilla y Ragel y uno de sus hijos, Juan Pedro Simó Fernández de Bobadilla y Sánchez Romate, ejercería cargos directivos en las bodegas Bobadilla. Fue uno de los responsables de traer a Jerez a Roger Moore, El santo, para hacer publicidad del Brandy 103. Las bodegas estaban ubicada en el callejón de Paúl, hasta que el 1900 se trasladaron a la calle Murillo. Más tarde fijaron sus instalaciones en la plaza del Cubo y en 1928 en calle Muro hasta su desaparición en los años 30. Una de sus viñas fue la de La torre de la Concepción en la zona de Balbaina, además de las del Cerro del Pelado y Corchuelo. Esta familia tuvo casas de residencia en calle Bizcocheros 3 y Francos 22.
El empresario Agapito Aladro Gutiérrez nació en una población cercana a Oviedo el 1 de mayo de 1870. Residía en Jerez desde 1884. Inició su aventura empresarial adquiriendo las bodegas de García Terán, que habían sido fundadas en 1900. Ya en 1907, aparece como nuevo propietario con el nombre de la Praviana, en recuerdo de sus orígenes asturianos. Igualmente, sus viñas eran conocidas como La Praviana y La Pasiega. Sus productos fueron premiados en certámenes nacionales e internacionales comprendidos entre 1906 y 1924, como el anís y el jerez-quina La Praviana, Amontillado Príncipe de Asturias, fino San Felipe (marca de la anterior compañía), manzanilla La Pasiega, coñac Emperador, los ponches jerezano e Imperial.
Su mujer, Manuela de la Posa Ruiz natural de Sevilla, sirvió de modelo como imagen publicitaria de la Praviana. También se interesó por el negocio de la exhibición cinematográfica, siendo el gerente de los cines de verano de la Alameda Vieja y el de la Caridad. Tenia una afamada tienda en el número 4 de la calle Francos.
Continuaría con la empresa su sobrino Agapito Aladro Fernández, nacido en Jerez en 1901, y que llegó a ser concejal del Ayuntamiento. Este era hijo Celestino Aladro Gutiérrez y de Carmen Fernández, que también tenían una tienda de ultramarinos en el número 45 de la calle Bizcocheros. Un miembro de esta familia es el arquitecto José Manuel Aladro Prieto.
George W. Suter Stevens, también conocido como Jorge Guillermo Suter, nació en Malta el 19 de octubre de 1809 y se casó con la gaditana Candelaria Miramon Asencio. Fue un activo comerciante de vinos inglés, afincado en Jerez en la segunda mitad del siglo XIX, que creó la compañía Cramp Suter.
Fue vicecónsul británico en Jerez entre 1869 y 1887, así como cónsul de Turquía. Residía en la plaza del Mercado 10. En 1834 Suter dejó escrito este comentario sobre la ciudad: "El pueblo es grande y destartalado… ninguna calle tiene alcantarillado ni alumbrado. De noche no es fácil trasladarse de un sitio a otro debido a la falta de alumbrado y se hace preciso, en estas ocasiones, que un criado se adelante alumbrado el camino con una antorcha en la mano y en la otra, un garrote para protegerse de posibles atracos".
A él se debe, en 1857, la elaboración de un preciso mapa de viñas de la zona, contando con la colaboración de Miguel Palacios. Falleció en Jerez el 16 de diciembre 1887. Fue enterrado en la zona no católica del cementerio.
Fachada de la nave de
Pedro Chacón García.
2.-Retrato de George
William Suter.
3.-Grabado de la viña Torre
de la Concepción.
4..Publicidad de Agapito
Aladro.
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