De la Feria del Libro de Jerez al Planeta

Lectores sin remedio

'Personaje secundario' de Enrique Murillo.
'Personaje secundario' de Enrique Murillo.
Ramón Clavijo Provencio y José López Romero

31 de octubre 2025 - 06:30

Cuando hace algunas semanas me abría paso en los Claustros de Santo Domingo entre la marea humana que recorría los stands allí instalados por librerías y editoriales con motivo de la Feria del Libro de Jerez, tenía en la cabeza la muy reciente lectura de ‘Personaje Secundario’ (Trama, 2025), las sugestivas memorias de Enrique Murillo, el editor (también escritor y traductor) que durante décadas ha sido referente en este país. Pues bien, esas memorias que repasan medio siglo del universo editorial español, hubiera sido muy recomendable dárselas a leer a todos aquellos y aquellas que ante el paisaje de cientos de personas ojeando libros u ocupando su lugar en los atestados salones habilitados para asistir a la presentación de lo último de tal o cual afamado escritor o escritora, suspiraban emocionados por lo que interpretaban como una prueba del triunfo de la lectura y la literatura. ¿Pero ello es así? Evidentemente no.

Las ferias del libro tienen una sola razón de ser: el comercio y venta de libros, por lo que contribuir a ello consiguiendo la asistencia de escritores afamados (aunque no sean los exponentes de la mejor literatura), me parece legítimo. Sin embargo, más allá del indudable éxito popular de la mencionada Feria y el haber logrado su principal objetivo que no es otro que, y dejémonos de sutilezas, la venta de libros, hay que decir que una cosa es llenar un espacio ferial gracias al atractivo de figuras reconocibles y otra que a toda esa marea humana que en determinados momentos se congregó en los Claustros (muchos solo curiosos y paseantes sin más pretensiones), tengan la lectura como algo importante en sus vidas.

Mientras escribía estas líneas saltaba la polémica tras la concesión del último premio Planeta, un Premio que arrastra una reciente historia llena de despropósitos y que nos hace pensar a muchos que este galardón a día de hoy puede ser calificado de todo menos de literario. Pues bien , y volviendo a ese ‘Personaje secundario’ de Enrique Murillo, sus páginas autobiográficas y que nos sumergen en la parte poco visible del mundo editorial de este país, nos llevan a comprender un poco mejor el oscuro mundo de los premios literarios, o cómo hemos llegado a una situación donde hay pocos lectores y muchos escritores (entre los que abundan rostros famosos, muchos sin el necesario bagaje lector) y gran parte de las novedades literarias no han pasado un mínimo filtro de calidad, colapsando los canales de distribución y en última instancia a las librerías tradicionales. Leyendo a Murillo entenderemos mejor por qué Juan del Val, el último premio Planeta, sin duda será una magnifica carnaza para atraer público en cualquier Feria del Libro venidera, pero también que su premio Planeta es una pésima noticia para la literatura. Ramón Clavijo Provencio

¿Lectoricidio?

En la mañana del 12 de noviembre de 1912, José Canalejas y Méndez, a la sazón, presidente del gobierno de España, era asesinado por el anarquista Manuel Pardiñas Serrano cuando aquel miraba el escaparate de la desaparecida librería San Martín en la madrileña Puerta del Sol. Lo que demuestra bien a las claras que el ejercicio de lector puede llegar a ser una actividad de alto riesgo. Bien conocida es la foto de la recreación del magnicidio. Pero en ella no se aprecia con claridad (al menos la reproducción que he consultado), las novedades literarias que se exhibían en el escaparate. En cualquier caso, al ser una recreación tampoco serían fieles a las que atrajeron la curiosidad de Canalejas. Quizá fuera la última novela de Eduardo Zamacois ‘Las memorias de una cortesana’, de sugerente título, o el no menos atractivo ‘El deseo’ del periodista Alberto Insúa, o incluso ‘La sed de amar’ del por aquel entonces afamado escritor de novelas eróticas Felipe Trigo. Novelas que sin duda, por sus títulos, bien le servirían al presidente para olvidarse de los problemas del país y de sus eternos conflictos políticos, de los que hoy somos herederos por méritos propios. No estuvieron atentos ni editores ni libreros, en especial el de la San Martín, para publicitar las obras expuestas en el escaparate, aún no sabían manejar con destreza los resortes de una buena campaña publicitaria que aumentara las ventas. Porque el morbo del ser humano es insaciable y seguro que se elevarían las ventas de aquella novela cuyo título fue lo último que leyó Canalejas. Quiero pensar que Pardiñas mató a Canalejas por sus irreconciliables ideologías políticas, no por sus gustos literarios. ¡Hasta ahí podríamos llegar! José López Romero

Reseñas

Tuya

Claudia Piñeiro. Alfaguara, 2010

Inés y Ernesto, junto con su hija Lali, forman una familia feliz. Siempre y cuando ninguno de los tres moleste a los otros dos. Disponen de una buena casa; Ernesto tiene un buen trabajo y Lali hace su vida, con el cariño un tanto empalagoso de su padre y el desapego de su madre. Claudia Piñeiro, a la que conocemos sobradamente, va pergeñando una historia más vieja que el sol. Una llamada de teléfono a una hora intempestiva y la excusa de Ernesto de que debe ir a la oficina. Lo demás, todos nos lo podemos suponer. Después vendrá ese “Tuya” escrito en un corazón cruzado con un “te quiero”. Pero ‘Tuya’ esconde algo más. La segunda parte, ‘El tiempo de las moscas’ promete. Ya les contaré. J.L.R.

'Tuya'.
'Tuya'.

El tiempo de las moscas

Claudia Piñeiro. Alfaguara, 2023

Y les cuento. Han pasado quince años del final de ‘Tuya’ al comienzo de su continuación. Inés es propietaria ahora de una empresa de fumigación de insectos, a excepción de moscas (“Yo no mato moscas”). Se ha establecido junto con una íntima amiga, la Manca, que se dedica a labores de investigación privada. La proposición de una de las clientas de Inés, Susana Bonar, para que le venda un poco de un producto venenoso que ella utiliza para acabar con las plagas, es el punto de arranque de esta trama que implicará a la propia Inés y que se lee con el interés de todas las novelas de Piñeiro. Los breves capítulos que intercala la escritora argentina a modo de reflexión del feminismo y la maternidad ralentizan el ritmo narrativo. J.L.R.

'El tiempo de las moscas'.
'El tiempo de las moscas'.

El viaje de mi padre

Julio Llamazares. Alfaguara, 2025

Sigo con creciente interés la obra de este más que interesante escritor desde aquel impactante ‘La lluvia amarilla’, donde denunciaba el abandono de lo rural en este país. ‘El río del olvido’ o ‘Rosas de piedra’ y su continuación ‘Rosas del sur’, libros donde viaja por España, me parecieron excelentes. Ahora en ‘El viaje de mi padre’ cabalga entre esa literatura viajera en la que se desenvuelve con probada solvencia y el relato histórico, logrando momentos de gran altura literaria. En sus páginas se sigue la ruta que un joven combatiente del ejército republicano, el padre del escritor, realizó en condiciones extremas entre Teruel, donde participó en la toma de la ciudad y Castellón. Viaje emocional y donde trata de recomponer aquella dura experiencia paterna, de la que su progenitor poco le habló, confrontándola con el presente. R.C.P.

'El viaje de mi padre'.
'El viaje de mi padre'.

Pueblo

Julio Mariscal. Editorial Impresiones, 2025

Oportuna la recuperación de estos escritos, hasta ahora inéditos, del poeta arcense y que ha sido posible por el empeño de dos personas, el editor Juan Francisco Sánchez y el poeta, también de Arcos, Pedro Sevilla. Un libro editado con primor y donde Mariscal nos deja pasajes de gran altura escritos durante su estancia como maestro en Paterna de Rivera. Julio Mariscal hasta hace relativamente poco era un poeta desconocido para la mayoría, algo que afortunadamente se va paliando a medida que se ha ido recuperando esa poesía de gran calidad que debe llegar al mayor número de lectores. En ‘Pueblo’, en este caso prosa, descubrimos unos textos -Calle de los ahorcados, Otoño, Juan León, Los niños,... entre otros- que atrapan al lector por su belleza y que trascienden más allá de la localidad en la que fueron escritos. R.C.P.

'Pueblo'.
'Pueblo'.
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