Nano de Jerez | Cantaor

"Voy a cumplir 72, pero estoy como un muchacho de 40”

  • El jerezano, que ha recibido recientemente un nuevo reconocimiento en Alcalá de Guadaira, relata cómo está viviendo “este virus que nos tiene asustaos”

Nano de Jerez posa en el Bar Taquilla de la calle Adriano, en Sevilla.

Nano de Jerez posa en el Bar Taquilla de la calle Adriano, en Sevilla. / José Ángel García

Cayetano Fernández ‘Nano de Jerez’ (Jerez, 1948) es hoy por hoy uno de los artistas jerezanos con mayor experiencia. A punto de cumplir 72 años sigue al pie del cañón, aunque reconoce que cada vez cuesta más encontrar un sitio en un mundo, el del flamenco actual, en el que se apuesta más por la excentricidad que por lo tradicional. Tras recibir hace unos días el reconocimiento en el Festival Manolito de María de Alcalá de Guadaira, charlamos con él.

–Da gusto que a uno le reconozcan su trayectoria...

–Sí, la verdad es que a estas alturas, todo lo que sea reconocer tu labor, porque llevo más de cincuenta años en esto, significa mucho. Me llamaron de Alcalá y me ha hecho mucha ilusión. Date cuenta que yo solía ir mucho allí con Antonio Mairena y siempre me ha encantado el cante por soleá de Alcalá.

–Veo que no ha sido el único recientemente porque ha sido usted reconocido en Montilla y hace un poco más en Utrera...

–Hombre, para mí es un honor, no es fácil seguir ahí con la edad que tengo, y todas estas cosas te dan vida para seguir.

–¿Y qué pasa con su tierra?

–Eso mismo me pregunto muchas veces. Llevo sin ir a la Fiesta de la Bulería muchísimos años, igual que a los Viernes Flamencos, porque la última vez todavía se hacían en la calle Francos, por no hablar de las peñas. Hay peñas de Jerez a las que nunca he ido, y hablo por ejemplo de La Bulería, y eso que me he criado en La Plazuela, o Tío José de Paula, y esas cosas duelen. A otras he ido, pero hace ya muchísimos años. Por muchas vueltas que le doy, no lo entiendo. Gracias a Dios no me quejo porque el trabajo no me falta, pero uno también tiene esa ilusión de cantar en su tierra.

–Y eso que usted lleva a gala el nombre de Jerez...

–Siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo, porque soy Nano de Jerez. He recorrido el mundo entero llevando a mi tierra por bandera, pero bueno, los reconocimientos me lo siguen haciendo en otros sitios. Menos mal (risas).

El cantaor jerezano, antes de la entrevista. El cantaor jerezano, antes de la entrevista.

El cantaor jerezano, antes de la entrevista. / José Ángel García

–Según mis datos usted no canta en la Fiesta de la Bulería desde 1990, y eso que este año estaba dedicada a San Miguel....

–Puede ser, yo es que no me acuerdo, pero sí, pueden haber pasado perfectamente treinta años. Recuerdo que en las primeras ediciones sí esuve varias veces, e incluso en 1980 la Cátedra me concedió la Copa Jerez, algo que guardo con orgullo. Pero últimamente, ni flores y creo que al menos, aunque sea por mi trayectoria, cantar un par de veces al año en Jerez debería hacerlo.

–Por desgracia eso ha pasado siempre...

–Es posible, pero siempre hay tiempo de cambiarlo, ¿o no se puede cambiar?Es igual que Romerito, otro cantaor de Jerez que vive en Sevilla y nadie se acuerda de él. Sólo Rafael Infante le organizó hace tres años un homenaje en Sevilla, pero aquí en Jerez, nada. Cuando nos vayamos al otro mundo será cuando quieran homenajearnos, eso hay que hacerlo en vida.

–Cambiemos de tema. ¿Cómo está llevando esta situación que tenemos de pandemia?

–La llevamos mal, porque unas de las cuerdas más endebles de la cultura somos los cantaores, los guitarristas, los bailaores, las bailaoras, los palmeros...Los tablaos están cerrados, muchas actuaciones se han caído por el virus, y hay muchas criaturas que lo están pasando mal. Yo gracias a Dios me preocupé en su día por pagarme mi autónomo para que ahora, con una edad, no pasara fatigas. Pero hay compañeros que están pasando dificultades. Esto es un palo muy fuerte para todo el mundo, ya no sólo para el flamenco, sino para toda la sociedad, porque ha dejado todo congelado.

–Supongo que también todo el trabajo que usted tiene en fiestas privadas se ha ido al traste...

–Claro, porque date cuenta que se suspendió la Feria, donde en Sevilla hago mis cosas, y también El Rocío, y en verano ha habido muy pocas cosas. Donde hemos ido, ha sido con muy poca gente.

"Yo soy de otra época, pero hay cosas que no comparto. Para cantar por soleá no necesito un piano o un violín"

–¿Y cómo llevó el confinamiento?

–Tú sabes, porque yo soy un hombre de mucha calle, entonces, el hecho de no salir, me costó. Lo que hacía era ponerme a escuchar cante en casa y así lo hemos pasado. Date cuenta que ya tenemos una edad y hay que tener cuidado.

–Cuando un artista lleva tanto tiempo, ¿es más difícil mantenerse en la brecha?

–Cada vez es más difícil porque va saliendo gente nueva. Eso es como la mili, llega gente nueva que desplaza a los otros. Tampoco la situación es la de antes. Es más, creo que hemos ido para atrás, antes se pagaba mejor a los artistas que ahora, y debería ser lo contrario. De todos modos, yo me encuentro bien, voy a cumplir 72 años pero estoy como un muchacho de cuarenta. Mi alma siempre ha sido joven.

Una imagen del jerezano tras recibir un nuevo reconocimiento en Alcalá hace unos días. Una imagen del jerezano tras recibir un nuevo reconocimiento en Alcalá hace unos días.

Una imagen del jerezano tras recibir un nuevo reconocimiento en Alcalá hace unos días.

–Escuchándole hablar denoto que echa de menos aquella época anterior...

–Bueno, yo gracias a Dios he vivido mucho, y he cantado con muy buenos artistas. Recuerdo aquellas Fiestas de la Bulería con Terremoto, La Paquera, Diamante Negro, Romerito, El Sordera...Y también aquellos años sesenta y setenta cuando trabajé en tablaos como Las Brujas o Los Cabales con todos los cantaores de Jerez. Entonces se cerraban los festivales con una ronda de tonás o por bulerías y la gente se quedaba hasta el final para ver el fin de fiesta, donde había mucho arte.

–También aquella época en la que las bodegas de Jerez daban mucho trabajo...

–Fíjate, me acuerdo que íbamos a la bodega Williams con Beltrán Domecq y Luis Bretón con Terremoto, El Berza, Juanata, El Capullo, Diego de la Margara y Eduardo ‘El Carbonero’ y sacábamos nuestro dinerito. También cuando canté por primera vez en los Jueves Flamencos que hacía Morao con Mateo Soleá, El Torta, El Gasolina, Diego Rubichi...Recuerdo que gané cuatro pesetas por cantar aquel día.

"No sé por qué no canto en Jerez, hay peñas en las que no he cantado en mi vida"

–Qué buenos ratos habrá pasado usted....

–Imagínate. Yo he escuchado cantar muy bien, y me he emborrachado con Terremoto y El Sordera, que me encantaba, y he tenido la suerte de grabar con Mairena, al que le hice los jaleos en su último disco Era otra época, como yo digo, íbamos a los bautizos en Santiago, en San Miguel y se cantaba muy bien.

–¿Antes se cantaba mejor?

–No es que se cantara mejor o peor, pero era distinto a lo que hay ahora. La gente de mi edad tiene otra forma, y es la que yo llevo haciendo toda la vida. Ahora llevan otras músicas que no comparto, las respeto, pero no las comparto. Yo para cantar por soleá no necesito un piano ni un bajo o un violín. Ni siquiera una percusión. Considero que un cante por bulería o por soleá no necesita nada de eso, pero claro, eso es lo que yo pienso, los demás pueden hacer lo quieran. Ahora hay buenos artistas, pero yo he vivido otra época. Es como cuando salen a cantar con dos guitarristas ¿Tú has visto a Terremoto o Agujetas cantar con dos guitarristas? Yo no. Y con el baile pasa igual, que las bailaoras llevan cuatro cantaores y seis palmeros.

–O sea que usted con una guitarra va donde sea...

–(Risas)Con una guitarra y unos palmeros. Mientras tenga el aire de nosotros, voy donde sea. Entiendo que todo debe evolucionar, pero como digo, yo soy de otra época.

–En apenas un mes se cumplirán 10 años de la denominación del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ¿ha servido de algo?

–Sinceramente no. Porque los políticos no creen en el flamenco, no se le respeta, y los artistas flamencos van llevando el nombre de esta tierra y este país por todo el mundo. Es como en la televisión autonómica que ponen el programa de flamenco a la una de la mañana. ¿Quién ve eso? Y que no haya un coloquio con lo que es el cante por seguiriyas de Manuel Torre, de Frijones, de Chacón, de Paco la Luz, del Gloria, de Terremoto, de Chocolate, de El Sordera....O llamar a Pedro Peña, que le ha tocado a la Niña de los Peines o al Morao viejo, gente capacitada. Eso no interesa y es una lástima.

–Igual que el programa que hizo la televisión nacional a Paco de Lucía....

–Igual. Yo cuando vi los que había, apagué la tele. Porque de los que estaban allí, la mayoría ni conocía a Paco ni sabía la vida de Paco. Fíjate como están las televisiones. Yo hace unos años iba a televisión y me pagaban por cantar, ahora hay cola para ir de balde. La televisión está igual que la política en España.

–¿Qué opina usted sobre la Bienal de Sevilla que acaba de finalizar?

–Pues mira, no he visto ni los carteles y vivo en Sevilla, yo no vivo en Almendralejo ni vivo en Burgos. Y si te digo la verdad, cuando escucho algunas cosas, me da verguenza. Yo viví la primera Bienal porque hicimos la fragua de mi pare en la Plaza del Lucero y venía María Soleá, la tía Anica la Piriñaca, la tía Juana del Pipa, venía mi pare, venía Moraíto Chico, que Dios lo tenga en su gloria... Fíjate la que formamos. Yo estuve hace dos años y me mandaron cantar a la Iglesia de San Luis como si fuera un cura o un monaguillo y otros cantaores van al Lope de Vega. Y eso que tengo una trayectoria. Ni esto es Bienal ni esto es ná.

"Los políticos no creen en el flamenco, sólo hay que ver que en la televisión autonómica el programa lo emiten a la una de la madrugada"

–A veces parece que se ha perdido el respeto a la figura del maestro...

–Imagínate porque todavía hay gente como Aurora Vargas, Pansequito, Juanito Villar, Rancapino viejo, Romerito, Calixto Sánchez o yo que tenemos, como mínimo, cincuenta años de artistas, y no nos dan ni una noche en el Lope de Vega o el Maestranza. Esto es una mafia, y es una pena.

–Es triste que se desaproveche toda esa solera....

–Somos como los vinos viejos, y si tú has conocido a Mairena, a Caracol, a Juan Talega, a mi pare, al Borrico... todo eso lo tienes que expresary legar a los jóvenes. Que no digo que se olviden de los jóvenes, claro que no, son el futuro, pero ponlos con los maestros y todos saldremos beneficiados. Si no se cuida eso, mal vamos.

–¿Y la fragua del Tío Juane, se ha apagado definitivamente?

–Claro que no, cuando quieran la llevamos a los escenarios. Es un espectáculo que los jóvenes, los que no lo han vivido, lo deberían conocer, pero parece que no interesa a la hora de programar.

–¿Usted cree que la pureza interesa hoy día?

–Yo creo que sí, pero a veces lo pongo en duda. En mi caso es lo que llevo haciendo toda mi vida y me ha ido bien. Mira, yo hay veces que escucho a la Piriñaca en el ordenador y me pongo a llorar, y con Tío Borrico, igual. Todo eso no se debe perder y esa manera de cantar tiene que seguir es como una forma de vida. Voy a seguir defendiéndolo porque me duele, y no hablo de ningún sitio concreto, creo que hay que defender las músicas y la pureza de cada pueblo de Andalucía, sea Córdoba, Granada, Jerez o Sevilla.

–Vamos a cambiar de tercio. Y el bombero, ¿se ha jubilado?

–(Risas) No, ahí sigue. Aquello fue una cosa que se la cogí a un gitano de Cádiz y resultó un pelotazo. Con decirte que llegó un momento en que la gente me pedía más el bombero que cantar por bulerías. A veces incluso me lo pedían para cerrar, algo que no me gustaba, pero como lo pedía el público....

–Es algo que ha quedado para la historia...

–Sí, es curioso. Es una parodia que tiene ya sus años, porque lo hice la primera vez en una Nochevieja en TVE con Lola Flores, y en una revista me pusieron como los trapos, por eso no quería hacerlo más. Al tiempo, Carlos Herrera me pidió hacerlo en Canal Sur y salió que no veas. Con decirte que la gente todavía lo recuerda.

–¿Qué le pide al futuro?

–Que pase el virus este, que nos tiene a todos asustaos, y podamos volver a la vida de antes, más que nada porque hay muchas criaturas pasándolo muy mal.

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