Aún cuando en “La Saeta” de Antonio Machado se dice “Cantar de la tierra mía”, he querido pluralizar el término “cantar…” con el fin de referirme a los diversos espectáculos con los que, teniendo como base la poesía, hemos llevado durante años por pueblos y ciudades de Andalucía tales “Viva la poesía viva”, “Oración”, “Entre Víznar y Alfacar”, “Tauro flamencura poética” y, el que ocupa la atención del siguiente texto, titulado precisamente “Cantares”, sobre el que quiero comentarles lo siguiente: Hace apenas unos días, charlando con la popular Macarena de Jerez, cantaora y bailaora, que imparte cursos de esta última especialidad en las instalaciones del Club Nazaret así como en la peña flamenca “Buena Gente”, alternando esta actividad como enseñante con sus recitales de cante –su más reciente actuación ha tenido lugar en la gaditana peña flamenca “La Perla de Cádiz” acompañada a la guitarra por Ismael Heredia-, recordábamos algunos de nuestros encuentros en los más diversos escenarios, remontándonos a la época en que, siendo ella apenas una niña (¿7 años?), alumna del recordado Cristóbal “El Jerezano”, coincidimos en el Teatro Villamarta –ella emulando a Lola Flores, yo en mi papel tantas y tantas veces repetido a lo largo de años como presentador-, en los espectáculos montados por éste entre sus alumnos –Cristóbal, dicho sea de paso, fue el más fiel admirador de “La Faraona”-, con la colaboración entre las patas que hacen calles a ambos lados del escenario del no menos recordado Beni de Cádiz.

A esa primera actuación en el coliseo jerezano le siguieron otros bolos llevados a cabo con el mismo espectáculo lo mismo a Cádiz, Sevilla… y otras poblaciones, felizmente siempre con el beneplácito del público. Pasados los años y, ya Macarena convertida en una espléndida mujer, con especial dedicación al cante –sin olvidar su faceta de bailaora especialmente en los aires de compás- compartió cartel en lo que di en llamar “Espectáculo Poético Flamenco Cantares” a fin de recorrer con éste un buen número de poblaciones gaditanas tales Paterna de Rivera y en la sede de su peña flamenca, en el conocido mesón “El Molino” en organización de Caja San Fernando y la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Prado del Rey –en donde por cierto y como anécdota lo refiero-, regalaron a Macarena una morcilla, producto artesanal del local anfitrión.

Otras actuaciones lo fueron en las instalaciones jerezanas de Montecastillo, en el teatro de Guadalcacín, en San Fernando con ocasión de la Semana Cultural del Colegio La Salle de dicha población, teniendo como guitarristas alternantes a los veteranos Fernando Moreno y Manuel Lozano ”El Carbonero” –quien prosigue con la enseñanza de los toques de guitarra ahora en la Asociación Cultural Flamenca que el bailaor jerezano José Antonio Benítez capitanea en Sanlúcar de Barrameda.

La última puesta en escena de “Cantares” de la que conservo recuerdo aconteció en la caseta de Feria de la localidad serrana de Villamartín, ampliándose para dicho evento el elenco artístico con los nombres de otros dos veteranos artistas jerezanos duchos en el acompañamiento para el baile, Diego Vargas y Lorenzo Gálvez “Ripoll”, ya que en dicha ocasión el protagonismo del baile fue responsabilidad de Macarena de Jerez. “Cantares” consistió en un compendio de poemas de Federico García Lorca, Machado –Manuel-, Manuel Benítez Carrasco, Rafael Alberty y otros autores andaluces en alternancia con los cantes y los toques, a manera de diálogo entre los tres protagonistas. Actor-recitante, cantaora y guitarrista, salvo en la última puesta en escena como he referido en la que el cartel artístico fue ampliado con los cantes de Diego Vargas y Lorenzo Gálvez “Ripoll”.

Después coincidiríamos en numerosos encuentros aún cuando cada uno de nosotros recitó, cantó, bailó y tocó la guitarra en cuantas ocasiones fueron y felizmente continúan siendo posible aquí en Jerez, en Sevilla, Málaga, Madrid e incluso con salida al extranjero cuando la maldita pandemia del Covid lo permite.