Dos flamencos centenarios enamorados de Jerez
Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
Manolo Caracol y Antonio Mairena fueron, durante toda su vida, unos apasionados del cante de Jerez, sintiendo predilección por nuestros artistas más destacados y por la propia ciudad1.- Cartel de un espectáculo de Manolo Caracol y Lola Flores, pareja artística, durante muchos años. 2.- Antonio Mairena cantando y bailando con dos veteranas bailaoras jerezanas, La Chicharrona y Tía Juana la del Pipa. ARCHIVO DEL AUTOR


EN el pasado año, Andalucía ha conmemorado el centenario de dos grandes artistas flamencos, considerados como los mejores cantaores de su tiempo por muchos aficionados que les escucharon cantar y fueron sus seguidores. Nos estamos refiriendo a Manolo Caracol y Antonio Mairena, los dos máximos puntales del cante gitano del siglo XX, cuyos centenarios han sido celebrados oficialmente con importantes actos; incluso con sendos congresos, y con participación de los más notables y destacados flamencólogos, durante el pasado año.
A toro pasado, nosotros queremos recordar hoy, aquí, lo que Jerez significó para estos dos famosos artistas, los cuales reconocían la grandeza del cante de Jerez y hasta aquí, desde Sevilla, vinieron a encontrarse con unas fuentes fabulosas, en las cuales bebieron con entusiasmo lo mejor de sus aguas flamencas; aprendiendo muchas formas nuestra de hacer el cante. Caracol por un lado y Mairena, por otro, supieron saborear las viejas y sabias esencias del cante jerezano, las cuales influyeron tanto en su formación artística que hasta su muerte quedarían impregnados de ellas.
Manolo Caracol fue quien más viniera por Jerez, allá en sus años mozos, llegando a conocer y a enamorarse de una gitana, llamada Luisa Gómez Junquera, con la que contraería matrimonio, ante la mismísima imagen de Jesús del Gran Poder, de la parroquia sevillana de San Lorenzo Mártir, el 30 de octubre de 1930. Una boda, cuya celebración es fama que duró toda una semana. Contaba Caracol 21 años de edad. Y de aquella unión nacerían un hijo varón y tres mujeres
Manolo Caracol estuvo viniendo a Jerez, numerosas veces, para ver a su novia, y aquí conocería a muchos aficionados al flamenco que pronto se hicieron amigos suyos y con los cuales pasaría momentos muy agradables, cantando con ellos en sus gratas reuniones. Lazos que se fortalecerían, catorce años más tarde, al formar pareja artística con la jovencita Lolita Flores, con la cual encabezaría seis grandes espectáculos, a partir de Zambra 1944. La pareja se rompería en 1951. Pero el cante de Chacón, de Manuel Torre, del Gloria, de Frijones y de tantos otros jerezanos, jamás los olvidaría el legendario cantaor, nacido en la sevillana calle Lumbreras, núm. 10, el 9 de junio - otros dicen que nació el día 7 - de 1909.
Con Manolo Caracol tuvo el periodista que esto escribe un incidente, allá por los años cincuenta, en los camerinos de Villamarta, que más tarde sería olvidado, llegando a ser periodista y cantaor muy buenos amigo, ampliando esa relación a partir del homenaje que le rindió Málaga, en el año 1965. Al siguiente recibiría, en Jerez, el homenaje de la Fiesta de la Vendimia y, una vez fallecido, la Cátedra de Flamencología le rendiría tributo, dedicándole la Fiesta de la Bulería de 1973. Caracol me pediría de vez en cuando que le buscase cantaores para su tablao madrileño, donde normalmente los cantaores jerezanos encontraban siempre largos contratos de actuación.
Mientras tanto, Antonio Cruz García, "Antonio Mairena", vendría también muchas veces a Jerez, a beber en sus fuentes. Una de ellas, la del gitano Charamusco, cuya soleá quiso recordar y grabar el maestro, en uno de sus últimos discos, dejándola para la historia, ya que Charamusco no fue profesional del cante y, por lo tanto, no llegó jamás a grabar.
Antonio Mairena , después de ganar la Llave de Oro del Cante, en Córdoba, recibió aquí, en Villamarta, el primer homenaje nacional de su vida, con participación de las más grandes figuras flamencas y de poetas como Ricardo Molina, Antonio Murciano y el jerezano Manuel Ríos Ruiz, siendo nombrado director honorario de la Cátedra de Flamencología, a la que ya estuvo siempre muy unido, hasta el fin de sus días. Aquí, vino a cantar, varias veces, a la Fiesta de la Bulería y en otros eventos, como el que se organizó en la plaza de los Cordobeses, teniéndole a él como primera figura; y aún estuvo en Jerez, para presentar sus discos, uno de ellos, dedicado al cante de Jerez, en la Casa del Vino, sede del Consejo Regulador, y en reuniones privadas, en las que derrochó todo su arte, en fiestas entre amigos y seguidores, cantando y aún bailando.
Mairena demostró siempre su gran amor por nuestra ciudad y por sus artistas, especialmente por las dos viejas bailaoras, Tía Juana la del Pipa y Tía Pepa la Chicharrona, con las que más de una vez llegaría a cantar y bailar, totalmente enamorado del arte de estas dos gloriosas figuras del baile gitano de Jerez..
Tanto Manolo Caracol, como Antonio Mairena, mantuvieron con Jerez y sus artistas un apasionado romance, ya que siempre se identificaron con nuestros cantes y bailes, conociéndolos y ejecutándolos con verdadero cariño .Dos legendarios cantaores que fueron en vida grandes enamorados de Jerez, de su arte y de sus artistas flamencos.
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