Pepe Alconchel. Cantaor

"Hay gente que te desprestigia sólo por el hecho de presentarte a un concurso"

  • Con casi 30 años de experiencia en certámenes, este arcense de nacimiento pero jerezano de adopción repasa sus vivencias en un mundo en el que se alternan emociones con decepciones.

Desde que en 1988 obtuviera un primer premio en el concurso de saetas de Radio Jerez, Pepe Alconchel no ha parado de conseguir reconocimientos. Su dedicación al cante ha pasado casi exclusivamente por los concursos, algo que se inició como una afición y que ha terminado por ser una profesión. En total y tras casi treinta años recorriendo España entera, este arcense de nacimiento pero afincado en Jerez desde que tenía 20 años está a punto de sumar el centenar de primeros premios, una cifra al alcance de pocos.

-Cien primeros premios y la lista continúa...

-Sí, en lo que llevo de 2015 ya he conseguido algunos, en Puerta Blanca, en Málaga ahora en febrero y en Los Barrios. También conseguí el segundo premio en el de Saetas de la Buena Gente, y el tercero en la Trinitaria de Málaga, que es uno de los más prestigiosos en Andalucía.

-Pero usted lleva cantando desde antes del 88 cuando ganó ese primer concurso...

-Sí, yo canto desde que era jovencillo, pero siempre como afición. Ya cuando me vine a Jerez, cuando me casé, coincidí mucho con gente como Diego Rubichi, Terremoto en los tabancos y ahí aprendí mucho.

-Eso de tener una peña con su nombre, ¿es bueno o malo?

-Según como se mire. Lo de la peña fue algo que decidieron un día unos amigos y bueno, de eso hace ya 30 años. Yo estoy muy orgulloso de tener una peña con mi nombre, echamos ratos muy buenos, pero todo no es bonito porque a veces supone una responsabilidad más porque como no cantes bien te dicen 'y éste tiene una peña con su nombre..'.

-Cuando echa la vista atrás y ve este currículo, ¿pensó alguna vez que lograría tantos premios?

-Mira, en la vida, el que quiere algo, algo le cuesta. Me he tenido que preparar mucho, estudiar y hacer muchos kilómetros por toda España. Porque eso no lo ve la gente, la gente ve que te han dado el premio y ya está, pero no que te vas un viernes, duermes en el coche, como me ha pasado, y al día siguiente cantas y te tienes que volver a Jerez para trabajar porque yo ha trabajado siempre en la construcción. Eso cuesta, como cuesta tomar decisiones difíciles como dejar de fumar. Yo era un fumador empedernido, de esos que se fuman paquetes y paquetes, pero una vez en una peña vi que no podía cantar como quería y decidí dejarlo, y hasta hoy y ya han pasdo 20 años. Son cosas que no se ven, por eso digo que todo cuesta.

-¿Qué hace falta para dar la cara en un concurso?

-Primero hay que tener madera, y luego dedicarle horas. Yo me he encontrado a artistas que me han dicho 'yo no voy a los concursos'. Tú no vas porque no estás preparado y para ir a un concurso tienes que saber de todo.

-Pero se sigue pensando así, o sea, todavía hay gente que dice yo soy artista y tú un cantaor de concurso...

-Hombre, delante mía no me lo dicen, pero me he enterado después. Hay gente que te desprestigia, y no entiendo por qué. Normalmente lo hacen los que no tienen madera, los cantaores frustrados, pasa igual que con los guitarristas. A mí me han ido bien los concursos, y he ganado más dinero con ellos que con los festivales, y eso es igual de respetable.

-De todos los premios que tiene, ¿cuál guarda con mayor orgullo?

-Tengo muchos, porque el mero hecho de ganar un primer premio supone mucho. De todas formas hay algunos como el que gané en Cartagena a la Mejor Cartagenera, la Volaera de Plata de Loja, la Petenera, que la he ganado tres veces, Premio Nacional Uva de Oro, en fin, hay muchos.

-¿Y hay ahora más competencia que antes?

-No es que haya más competencia, lo que pasa es que ahora hay sitios en los que los primeros premios se los están dando a los jóvenes. Pasa en La Unión y pasa en Lo Ferro, por ejemplo. Eso ya lo he dicho, y en algunos sitios, como en Vejer, ya han puesto hasta los 55 años. Prefiero que sea así porque cuando llegas a algunos sitios, todos se los dan a los jóvenes cuando a veces no lo merecen.

-Quizás sea eso lo peor de los concursos, la decisión del jurado que no siempre es como uno considera...

-Sí, es lo que tienen los concursos porque tú sabes cómo has cantado cuando te bajas del escenario, pero tú y los que están contigo en la final, por ejemplo. Eso se lleva mal, pero no te queda más remedio que aceptarlo, ponerte mal es contraproducente.

-¿Y lo mejor?

-Lo mejor es que te preparas, te obligas a hacer cantes distintos porque normalmente en las bases te ponen varias categorías y luego, si pasas a la final no puedes repetir los que has hecho. Para eso hay que estar preparado.

-Por lo general se presenta a muchos concursos durante el año, ¿se puede vivir de ello?

-Sí, se puede vivir. Actualmente los premios, con esto de la crisis, han bajado mucho las cantidades, porque a lo mejor en algunos sitios te daban 2.000 ó 3.000 euros y ahora te dan 600. Yo he llegado a ganar en Jumilla, cuando hicieron el Nacional de la Uva de Oro, donde iban todos los ganadores de muchas ediciones, un millón de pesetas. Eso ya ha pasado a la historia, aunque sí te digo que se puede vivir. Está claro que mi caso es distinto porque yo siempre he trabajado y era autónomo, pero sí se gana dinero. Yo he llegado a ganar un año cinco millones de pesetas, o cuatro millones y medio. Eso era antes, ya se gana menos, pero se puede vivir.

-¿Qué es lo que más valora en un cantaor?

-Sobre todo que transmita, aunque no tenga voz. Lo importante es que el público sienta algo. El libro del gusto está en blanco y a veces un cantaor no te gusta, por su voz o por su forma de cantar, pero no hay que dejar de reconocer que si está cantando bien, está cantando bien. Eso es así.

-Antes ha dicho que ha estudiado mucho, pero ¿a quién le ha gustado escuchar más?

-Yo he escuchado de todo, a Terremoto en un mosto que había ahí cerca de la Asunción en los setenta, y a Sordera, que a mí me gustaba muchísimo. También me encanta Mairena. Lo importante es darle tu forma a los estilos. Yo hice la primera antología del fandango, ahora estoy con la segunda, y bueno, he escuchado de todo, y hoy día con internet se aprende muy fácil, desde Macandé al Niño de Camas o al Rubio de Algeciras.

-Usted maneja una baraja amplia de cantes y estilos, pero ¿con cuál se queda?

-A mí me encanta cantar por soleá y por seguiriya. También por malagueñas que sé un montón de estilos. Yo me siento en el ordenador en mi casa y allí me lío buscando cosas (risas).

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