Miguel Pérez Carrillo. Belenista

"Para hacer un nacimiento hay que saber de todo, incluso de electrónica"

  • Miguel Pérez Carrillo pertenece a la Asociación de Belenistas desde su fundación, en 1976 · Cuenta su experiencia tras exponer 33 años en la muestra de dioramas que este año acoge Pescadería Vieja

-¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con un belén?

-No te voy a engañar, en mi amor por los belenes ha tenido mucho que ver el colegio en el que estuve de pequeño, el San José Obrero. Como todo jerezano sabe, es una institución que siempre ha cuidado mucho esta tradición, convirtiéndose en una cita de obligada asistencia en Navidad. Desde que tengo uso de razón me recuerdo ayudando a poner el nacimiento del colegio todos los años. De allí salí cofrade y belenista.

 

-¿Qué pesa más, el sentimiento cofrade o el belenista?

-Como se suele decir, de pequeño tonto, y de mayor tonto del capirote. Antes fui cofrade, aunque no podría elegir. En la hermandad de La Borriquita he hecho de todo: he sido hermano mayor, cargador, diseñé las caídas del palio de la Estrella e hice la talla de la palmera del misterio. Aunque sigo perteneciendo a la junta de hermandad, también he recorrido mucho con la Asociación de Belenistas  desde que se fundó, allá por el 1976. Allí he sido, además de fiel colaborador, relaciones públicas y tesorero.

 

-¿Dónde han podido verse sus dioramas?

-En mi casa nunca ha faltado un buen belén (risas). Para el público he expuesto 33 años en la exposición de dioramas que organiza la asociación, además de cinco años en la antigua Caja Jerez - hoy Cajasol -, tres en la sede de la Asociación de Belenistas, en Doña Blanca... Un año incluso llevé junto a mis compañeros Manuel Salgado y Esteban Benítez una serie de nacimientos a Ronda, Málaga y Almería.

 

-¿Se tarda mucho en diseñar un nacimiento de este tamaño?

-Siempre depende de la escena que hayas decidido representar previamente, ahí ya tienes que hacer recuento de todo lo que va a rodear al misterio, ya que hay hasta escenas que no necesitan figuras. En ocasiones, un proyecto puede suponer hasta seis meses de trabajo, como el que vamos a inaugurar próximamente en el Museo de Belenes. Echando la vista atrás, creo que he hecho todas las escenas posibles.

 

-Habrá que saber un poco de todo para dedicarse a esto. 

-¡Hasta de electrónica! Primero tienes que documentarte muy bien histórica y geográficamente de la ropa de la época, las viviendas, las tradiciones, el clima, las plantas... El público es muy exigente, se fija en muchos detalles, y debemos responderle. A nivel técnico debemos tener conocimientos de bricolaje como mínimo. Utilizamos porespán, cartón, madera, cartulina... Y un poco de electrónica no viene mal, como te decía, al menos para representar los cuatro tiempos tradicionales con las luces. Ya hay ordenadores que hacen la función, pero soy un negado para las tecnologías, soy más artesanal.

 

-¿Le tiene cariño a alguna figura en particular?.

-A mi primera figurita del niño Jesús. Un día, tendría yo 10 o 12 años, mi padre me vio jugando en casa una Navidad, haciendo una cueva con papeles de periódico para representar un misterio. Enseguida me llevó a la calle Algarve y allí me compró mi primer niño Jesús de plástico. Aún lo conservo en un diorama que tengo en casa.

 

-¿Ha durado la tradición otra generación de Pérez Carrillo?

-La verdad es que sí. Hasta mi yerno ha hecho este año su primer nacimiento, que también puede verse aquí, en la exposición de Pescadería Vieja. Mis dos hijos hacen los suyos propios y además también les he inculcado el espíritu cofrade. Ellos son los que se encargan del mantenimiento de la palmera y ponen las hojas naturales horas antes de la procesión del Domingo de Ramos.

 

-¿Tiene alguna manía a la hora de exponer?

-Me gusta siempre empezar mi proyecto el día dos de noviembre. Así me da el tiempo necesario para que esté preparado en el puente de la Inmaculada Concepción, como marca la tradición general.

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