Reivindicando la identidad, una apuesta por Jerez
Nueve historias unidas por no querer estar lejos de casa, por mantener su acento, sacar proyectos y querer ‘sembrar’ en una ciudad que muchos decían que era un boquete
Un jerezano en el Louvre
Jerez. Jeré. Aquí no se engaña a nadie. Da igual en la casa en la que hayan nacido, que todos tienen en común su pasión por la ciudad. Reivindicando el habla, el arte, la literatura, el humor, la gastronomía, el vino, la arquitectura… Reivindicando la esencia de Jerez sin titubear, sin esconderse. Y es que al final, no todo el mundo tiene la suerte de nacer aquí…
Lucía Franco, Claudia GR Moneo, Aurora Muñoz, Jaime Soto, Daniel Gareta, Ángel Soler, Sandra Morales, Amaro de la Calle y Álvaro Rodríguez. Nueve voces que ponen en valor la identidad.
“No recuerdo el momento en el que me expresé como soy, cuando comencé a no esconderme. Pero sí sé que fue mirando a mi abuela, a las mayores, admirándolas, queriendo ser como ellas. Hubo un momento en mis dibujos en el que empecé a escribir como hablo. Mi amiga Paz Bononato me preguntó que por qué lo hacía y le dije que no lo sabía. No recuerdo cuándo comencé, ni el motivo, pero puede ser una reivindicación, un sentimiento de orgullo”, declara Claudia GR Moneo. La periodista e ilustradora añade que "en ningún momento nadie me criticó ni me faltó, y lo seguí haciendo porque la gente se sentía identificada y le gustaba. Al final el público reaccionó como ‘ay, esto es mi casa’. Fue una manera de conectar".
Sin embargo, Sandra Morales conoce bien el 'precio' de no esconder su identidad. Con casi 140.000 seguidores sólo en la plataforma de Instagram, los vídeos de la divulgadora jerezana se convierten en multitud de ocasiones en temas virales y ello le ha traído también el llamado hate. "Hay mucha gente que te aplaude que saques tu identidad, pero también es un recurso fácil para el insulto. Yo hablo así desde siempre, pero desde pequeñita te dicen que eso es hablar mal. Cuando se empieza en redes sin querer, o queriendo, suavizas el acento. Pero cuando me sentí más cómoda con la red empecé a mostrar mi esencia, mi forma de vestir, de ser, de hablar. Y aunque hay gente que lo respeta, también te das una hostia. Me entristece mucho que muchos andaluces y jerezanos que me dicen ‘aquí no se habla así’, ‘no nos representas’", comenta la jerezana.
"En Andalucía hay muchas formas de hablar, nosotros hacemos lo que somos", subraya Álvaro Rodríguez, de 'Gloria Vendimia'. "Nosotros estamos muy orgullosos de lo que somos, de quedarnos aquí y olvidar esa frase que nos han dicho toda la puñetera vida de que Jerez es un boquete. Yo quiero ser ese ‘cateto’ que dicen muchos que se queda en su tierra, no me quiero ir a Inglaterra a fregar platos. Para eso me quedo a fregar aquí", remarca Rodríguez.
"Es que a todos nos han dicho que nos fuéramos de Jerez. ‘Con lo que tú vales, vete fuera, que aquí no te van a dar a valer’. Y nosotras elegimos quedarnos porque nos gusta nuestra tierra, nuestras familias y queremos ser como somos", añade Claudia.
Lucía Franco estudió Filología Hispánica en Sevilla y se dio cuenta de que "en otros países los dialectos se aprenden y aquí en España no. Empecé a buscar mi identidad, porque el andaluz es mi lengua, aunque sea un dialecto, un habla de hablas. Comencé a coger todas las asignaturas de andaluz y hace seis años volví a Jerez buscando esa identidad sacando mi proyecto como galerista con 'Espacio Abierto Jerez'".
Belenish Moneo, Claudia Moneo y Lucía Franco lanzaron hace unos años el libro 'Lah letrah nuehtra Zambomba'. "Hicimos el libro como se habla porque la gente intenta decir ‘Manuel’ y así no rima, señores, Manuel no rima. Nosotros hablamos en poesía, hacemos la sinalefa, no nos comemos las palabras, sino que hacemos reducción silábica. Eso tiene mucho que ver para que todo rime, y si la gente se quiere aprender nuestros villancicos tiene que leerlos como se merecen. Está escrito como hablamos. Juan Ramón Jiménez escribía con ‘j’ las palabras en ‘ge’ y en ‘gi’ y era el más grande. Mi familia me dice que si no ceceo no me quedo tranquila, ¿pero por qué voy a hablar de otra forma?", lanza Franco.
"Se ha creado un efecto dominó que poco a poco se ha ido sumando proyectos de gente de Jerez que en lugar de seguir fuera o marcharse, se ha quedado. Ese tejido se ha ido haciendo cada vez más grande. La gente demanda ahora tu propio estilo. Es interesante", comenta Daniel Gareta, de Awa Creatives y la compañía 'Queahe'.
Franco había salido corriendo de la ciudad para estudiar la carrera, como tantos jóvenes que quieren irse de casa a los 18, pero justo viviendo fuera de Jerez se dio cuenta de que necesitaba volver. "Nosotros hemos visto que generaciones anteriores siempre han renegado de lo que aquí, ‘vete para fuera que es lo mejor’. Nosotros dimos el paso de quedarnos como rechazo a ese sentimiento de renegar de la ciudad. Y ya no sólo lo hacemos quedándonos, sino intentando sacar todas las cualidades y recursos que tenemos aquí", comenta Jaime Soto, también de Awa Creatives y 'Queahe' (casi 200.000 seguidores en Instagram y creciendo...). "No queremos perder nuestra identidad, eso es sagrado y lo llevamos por bandera, no olvidarnos de dónde venimos. No hace falta ponerse ‘finolis’ para que te respeten", remarca Soto. Su compañero Ángel Soler añade que "somos de los pocos que hacemos sketches aquí con esta calidad y se nota. Al final es tener un sello. Nosotros hacemos personajes de temática friki hablando nuestra jerga".
Aurora Muñoz, de Soleras y Criaderas, estudió Turismo y Empresariales en Jerez y reconoce que al principio sintió cierto rechazo hacia la ciudad porque "el resto de mis amigas se iban y yo me quedaba", hasta que le descubrieron los secretos del centro . A los años se fue a trabajar a un banco en Madrid y como "yo siempre he tenido mucho acento" se negó a hablar de otra forma para dar la impresión de que estuviera menos preparada: "No quise forzar un acento y hablar de una forma con la que no me siento identificada. No quise impostar mi forma de hablar y me lo tomé como un reto. Al final, muchos compañeros cuando yo me fui del banco terminaron diciendo ‘jí’ sin ser de aquí. No por tener nuestro acento estamos menos preparados. Hay que romper con eso". Aurora volvió a Jerez, se enamoró de su ciudad y levantó 'Soleras y Criaderas', un proyecto que recientemente se ha alzado con el IV Premio Pilar Plá Pechovierto al Emprendimiento convocado por las Bodegas El Maestro Sierra.
Amaro de la Calle, Alejandro Guerrero y José García no pudieron dejar morir el antiguo Mesón de Paco, hoy La Gloria Taberna. "Éramos parroquianos de Paco y cuando dijo que cerraba, empecé a buscar socios. Esto no podía ni cerrarse ni convertirse en un chuchipanda, sería una pena. Mis dos socios son dos amigos que vienen de la alta gastronomía dando vueltas por toda España, un poco el cliché del andaluz que se busca la vida por Madrid, y después de tantas vueltas han vuelto a Jerez y hemos podido montar esto", declara De la Calle, que es socio también de Gloria Vendimia.
"La manera que tenemos de proteger lo nuestro y que no se convierta todo en Disneyland es echándote la manta a la cabeza y apostar. Puede salir bien o mal, pero como todo", añade Amaro. "No decimos que Jerez no haya sido alguna vez un boquete, pero aquí estamos nosotros para taparlo y sembrar", remata Rodríguez.
Nueve voces, nueve historias y a todas les une su apuesta por Jerez.
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