EStimados amigos, empezamos un año más esta andadura que iniciamos hace unos años ya. Mi intención es acompañaros a lo largo de todo el curso académico con la finalidad de aportar algunos de los datos y conocimientos que la psicología viene adquiriendo y acumulando a través de sus distintas áreas de investigación, para facilitar el afrontamiento de todas las dificultades y exigencias que el día a día del curso escolar conlleva.

Cervantes, proporcionando ese característico y peculiar ingenio a nuestro querido Don Quijote, escribió esa célebre frase, que incluso el actual monarca de España utilizó recientemente en el discurso ofrecido con motivo de su coronación: "Sábete Sancho que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro". En cierta forma, este frase recoge uno de los principios fundamentales de la educación, intentar que nuestros menores sean mejores, haciendo, construyendo, aprendiendo y tratando de conseguir una vida plena y gratificante.

La familia, los profesores, psicólogos y demás profesionales implicados en la educación, tenemos que intentar hacer. Hacer todo lo posible para que la vida del alumno a nivel personal sea satisfactoria, para que sus relaciones con los compañeros sean enriquecedoras, para que el rendimiento académico sea motivo de orgullo y para que las relaciones con el profesorado sean de admiración, de respeto y de afecto. Esta frase de Cervantes refleja además, la idea o principio de igualdad entre las personas. Principio que también persiguen todos los centros educativos a través de sus directivos y profesores, tratando de garantizar la igualdad de oportunidades para todos los miembros del equipo clase. Pero, cada alumno es un alumno único y distinto a los demás, y así conviene valorarlo a pesar de las dificultades que ello implica, porque es precisamente de esta forma como se le pueden facilitar los recursos necesarios para llegar a donde llegan todos los demás miembros del equipo clase.

Recientemente, en unas jornadas celebradas en Madrid, las V Jornadas sobre Emociones y Bienestar, organizadas por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, a las que el equipo de Psicología Diez asistió para presentar un trabajo sobre inteligencia emocional, muchos de los trabajos presentados trataron sobre educación, salud y emociones. Muchos de ellos, hacían numerosas referencias a la necesidad de aprender a reconocer las distintas emociones, a expresarlas y a regularlas para que resulten de ayuda para conseguir objetivos y metas personales. Una adecuada educación en emociones se ha relacionado con mayores éxitos tanto académicos como profesionales, relaciones sociales y familiares más estables y satisfactorias y por supuesto, con mejores niveles de salud, tanto física como psicológica. Precisamente en estas jornadas una de las ponencias a la que asistimos concluía con una significativa reflexión en mayúsculas: la infancia es para toda la vida. La infancia que vivan ahora los menores es la que les va acompañar durante toda su vida, ya sea aumentando la posibilidad de cumplir sus expectativas o por el contrario disminuyendo estas posibilidades. Por ello, estoy seguro de que merece la pena empezar el nuevo curso académico apostando por ella.