El anuncio de la venta del convento del Espíritu Santo publicado en el portal Milanuncios ha disparado el interés de inversores privados, la mayoría interesados en convertir en un geriátrico el histórico inmueble propiedad de la Orden de las Dominicas ubicado en la cuesta del mismo nombre, en el Arroyo.

La operación está a cargo de un agente inmobiliario en colaboración con una inmobiliaria de renombre de Jerez, con los que las dominicas firmaron en una visita reciente a la ciudad un contrato de exclusividad para la venta de esta singular edificación del patrimonio inmobiliario jerezano, abandonado por la Orden en 2017.

El convento ha sido tasado en 2,2 millones de euros, el precio que se anuncia para su venta, que cuenta con todos los permisos necesarios, incluido el de la Santa Sede, imprescindible para la enajenación de un inmueble que ocupa una parcela de 5.000 metros cuadrados, con una superficie construida de algo más de 4.000 metros, en la que se incluye la iglesia. 

Aunque la Junta de Andalucía inició en su día el expediente para la declaración del convento como Bien de Interés Cultural (BIC), finalmente nunca llegó a resolverse, lo que allana la venta a manos privadas, que habría sido muy complicada en caso de que el inmueble contara con la protección de esta figura 

La estructura del inmueble se conserva en buen estado, asegura el agente inmobiliario, quien detalla que la iglesia, con una superficie construida de 258 metros, está en perfecto estado de revista mientras que el resto de la edificación (de unos 3.800 metros construidos, de los que 2.280 corresponden a la planta baja y 1.511 a la planta primera) necesita algunas reformas, sobre todo en el interior.

Anuncio de la venta del convento publicado en un conocido portal.

En la venta, que se anuncia como una "oportunidad para inversores", se detalla que se trata del convento más antiguo de la ciudad, construido en el siglo XIV a escasos cien metros de la Catedral.  

Según el agente inmobilario que gestiona la venta en exclusiva, desde la publicación días atrás del anuncio han recibido llamadas de multitud de curiosos y ocho inversores, de los que seis se han mostrado muy interesados. La mayoría de los posibles compradores quieren convertir el convento en una residencia de ancianos, si bien hay un inversor con intención de construir una residencia de estudiantes.  

Pese a que el convento lleva casi década y media a la venta, el agente confía en cerrar la operación en pocas semanas ahora que tienen la exclusividad e incluso ya ha reservado fecha la próxima semana para la visita de uno de los inversores interesados. Para facilitar la venta, con anterioridad en manos de muchos corredores y con precios en algunos casos desorbitados -hasta tres millones de euros-, los intermediarios que ostentan la exclusiva han realizado una tasación con Tinsa, sociedad líder del ramo y homologada por el Banco de España, y ha encargado un dossier a un estudio de arquitectura de Jerez con toda la información técnica.

Del mismo modo, los agentes inmobiliarios están a la espera de la documentación municipal que certifique los usos permitidos por la normativa urbanística para garantizar a los posibles compradores la viabilidad de sus inversiones.

Las Madres Dominicas abandonaron el convento por la falta de devoción en el año 2007 para trasladarse a Córdoba, dejando el inmueble completamente vacío de obras de artes y mobiliario, entre ellos los altares de la iglesia, posiblemente las propiedades de mayor valor y que fueron trasladados a otras instalaciones propiedad de la misma orden.

El Obispado de Jerez barajó tras el abandono la posibilidad de adquirir el convento para habilitar en sus dependencias el asilo para los sacerdotes, opción que finalmente fue descartada por la falta de acuerdo con las dominicas sobre el precio del inmueble. 

En su día se especuló con el supuesto interés del propietario de Bodegas Fundador, Andrew Tan, por adquirir el convento del Espíritu Santo, anexo a las instalaciones de la firma bodeguera en la calle San Ildefonso, para la construcción de un hotel, extremo que nunca fue confirmado por el interesado.