2021 fue un año nefasto para los vinos generosos en Japón, entre ellos el jerez, que tiene el país asiático uno de sus mercados estratégicos en el que el Consejo Regulador realiza un considerable esfuerzo promocional pese a que su cuota de mercado es ínfima en comparación con el volumen total de vinos españoles que llegan al país asiático.

Las exportaciones de vinos generosos a Japón apenas superaron el medio millón de litros en el ejercicio de 2021, que cerraron con un valor aproximado de 3,7 millones de euros, lo que supone un descenso del 16% en volumen y del 8,7% en valor respecto al año anterior. El precio medio del litro, eso sí, se situó en 7,5 euros, el 9,6% más que en 2020.

El jerez, que viene a representar un 25% de las exportaciones totales de vinos generosos a Japón, acusó especialmente la caída generalizada del consumo en el bienio 2020-2021, en gran parte motivada por las restricciones del Covid-19 en el canal Horeca, y que en el segundo año de la fase aguda de la pandemia provocaron un descenso del 44,9%, hasta 71.664 litros, al que se suma la bajada del 17,9% de 2020, que se saldó con 130.204 litros.

Pese a la evolución desfavorable, que se prolonga por cuatro años consecutivos, todo apunta a que los vinos generosos han empezado a superar el bache e incluso los últimos estudios sitúan a los generosos, incluido el jerez, en punta de lanza de la recuperación del vino en el mercado japonés a medio plazo.

Evolución de las exportaciones de vino de Jerez a Japón.

Japón es un destino estratégico para el jerez pese a su ínfima cuota de mercado en el país

El ICEX se hace eco de las buenas perspectivas en la revisión de su informe sobre ‘El mercado del vino espumoso y generoso en Japón’, que de acuerdo con la predicción del estudio ‘Wine in Japan’ de Euromonitor International, apunta a incrementos en los próximos cinco años del 25% para los vinos generosos y del 22% para los espumosos frente a la caída del 2% prevista para los vinos tranquilos españoles.

A modo de conclusión, el informe de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Tokio señala que, "si bien los vinos de Jerez se han visto afectados por la pandemia global en 2020 y 2021, se espera que los resultados se vayan recuperando en los próximos años, a medida que el sector Horeca, y especialmente los bares y restaurantes españoles, retoman su actividad”.

Precisamente, las estadísticas del Consejo Regulador confirman el cambio de tendencia iniciado en 2022, en el que las exportaciones del jerez a Japón acumulan hasta noviembre un aumento del 87,9%, con un volumen de 130.326 litros, es decir, en niveles de las ventas de 2020.

El lastre de las importaciones paralelas

La inmensa mayoría del consumo de Jerez en Japón se concentra en el canal hostelería, pero estos vinos no suelen distribuirse en las tiendas minoristas, como supermercados, tiendas de descuento o grandes almacenes.

Uno de los pocos vinos jerez que pueden encontrarse en este tipo de establecimientos, señala la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España, es Tío Pepe. Sin embargo, la distribución de la popular marca de fino de González Byass, como la de los vinos generosos en general, se enfrenta al problema de la importación paralela, muy extendida en Japón.

Este tipo de importación consiste en introducir el producto en el mercado japonés sin hacerlo a través del importador autorizado. Y aunque es una operación legal, en ocasiones presenta consecuencias negativas para los productos debido a la pérdida de control sobre el producto, señala el informe.

El fino Tío Pepe, entre los vinos generosos más afectados por la importación paralela

Tío Pepe es uno de los productos más afectados por estas importaciones, prosigue el estudio, que pueden reconocerse fácilmente por el tamaño de la contraetiqueta de la botella.

Mercian es la única firma que importa este fino en medias botellas, pero algunas tiendas online han llegado a copiar su página web para vender la mercancía paralela como si fuera el propio importador ‘oficial’.

Según el informe, también se encuentran grandes diferencias en el precio: el fino importado por Mercian tiene un precio de 2.100 yenes la botella –unos 15 euros al cambio actual–, mientras los productos importados paralelamente se venden desde 1.500 yenes –por debajo de 11 euros–.

El importador japonés del fino de González Byass estima que la importación paralela supera 2,4 veces la importación directa, situación que recuerda al escenario al que se enfrentaron el whisky y el coñac en su periodo de mayor consumo. Y aunque las reformas de impuestos limitaron el diferencial de precios y provocaron la desaparición de muchas importaciones paralelas, el caso del Tío Pepe es una de las excepciones que aún persisten, de ahí que su entrada por esta vía en el país supere al número de importaciones oficiales, con concluye el informe.

Por otra parte, el control de la calidad también se ve afectado por la importación paralela, ya que mientras que "Mercian intenta mantener la frescura de su Tío Pepe, otros importadores paralelos no ponen énfasis en la calidad porque creen que los vinos de Jerez tienen un largo periodo de vida", creencia que puede aplicarse a otros tipos de jereces, no así a los vinos de crianza biológica como el fino.

Cuestión de precios

El Tío Pepe se vende habitualmente por debajo de 2.000 yenes, rango que junto al segmento superior a los 5.000 yenes se sitúan los vinos de consumo en el hogar. En esta categoría de precios también se encuentran los oportos portugueses como Sandeman, Dalva y Messias.

Sin embargo, el informe del ICEX detalla que muchos vinos generosos destinados al consumo en el hogar, como los Madeira, superan los 2.000 yenes y están dirigidos a un público que ya conoce el producto y lo consigue a través de tiendas especializadas o del canal online. Del mismo modo, apostilla el informe, en el canal Horeca es habitual que los precios de los vinos generosos, entre ellos algunos jereces, oscilen entre los 1.500 y los 10.000 yenes en locales muy exclusivos.