José Loreto 'Caraoscura': "Siempre he tenido libertad para hacer lo que he querido"
El músico jerezano, que afronta una nueva etapa de su vida tras perder una pierna y estar casi año y medio hospitalizado, se prepara para volver a los escenarios y recaudar fondos para una prótesis
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José Loreto Suárez ‘Caraoscura’ (Jerez, 1964) no pierde nunca la sonrisa, ni siquiera cuando la situación se complica. Nunca le importó el qué dirán (que le pregunten a Risto Mejide al que le dedicó una canción en Got Talent), y como cuenta su pareja Mhijea, al pie del cañón en las buenas y en las malas, siempre ha vivido intensamente, una filosofía que le hace ser feliz con lo que tiene. Quizás por ello ha salido victorioso de un momento complicado que le mantuvo casi año y medio en el hospital y que se agravó hace un mes con la amputación de su pierna derecha. A sus 61 años, tiene ante sí su mayor reto, recuperar la movilidad aunque para ello necesita una prótesis para cuya financiación recoge fondos en internet.
Pregunta.–Antes que nada, ¿cómo se encuentra?
Respuesta.–Ahora mismo muy bien, estoy contento, porque cada día me veo mejor. Los avances son buenos y aunque hay que hacer mucha rehabilitación, vamos avanzando. Hace dos o tres días, en las paralelas, me han puesto de pie y he logrado aguantar con la pierna. Quizás lo que peor llevo es no poderme valer por mí mismo, necesito una persona que me siente, que me levante, y eso es lo que no asumo, el verme inválido. Pero bueno, cada tengo más movilidad.
P.–Ha tenido una racha mala de salud...
R.–Sí. Yo llevo arrastrando problemas vasculares desde hace 15 años. De hecho, me llegaron a quitar unos cuantos dedos del pie y todo el lateral. Luego, porque me asfixiaba mucho, me detectaron que tenía el pericardio calcificado, y me tuvieron que operar del corazón para ponerme un par de stents. Y claro, en la operación cogí infección y he estado más de un año ingresado. Lo último fue que se me necrosó el hueso de la pierna, y al final la tuvieron que amputar.
P.–Y el siguiente paso será una prótesis para volver a andar...
R.–Eso es, me ha dicho el médico que lo mejor es una prótesis de esas que se ponen los atletas pero claro, cuesta 65.000 euros, y hemos empezado a recoger fondos por internet para ello. También, para febrero, queremos hacer un festival benéfico en Chiclana, que es donde vivo ahora, y en Sevilla.
“Me considero un artista ecléctico, sin ningún tipo de etiquetas ni denominación”
P.–Me sorprende cómo normaliza usted todo...
R.–(Risas) Me gusta tomarme la vida así.
P.–Para el que no le conozca, ¿quién es José Loreto ‘Caraoscura’?
R.–Bueno, José Loreto Suárez ‘Caraoscura’ es un jerezano hijo de Manuel Fernández Molina ‘Parrilla de Jerez’ y de Luisa Loreto Suárez.
P.–¿Y si tuviera que definirse como artista?
R.–Pues me definiría como un artista ecléctico, sin ningún tipo de denominación. Sin ningún tipo, porque pienso que las etiquetas no hacen a una persona. Al contrario, las fija. Y lo que hay es tener la libertad de poder hacer lo que tú quieras, cuando quieras, como quieras. Y a quien le guste, que le guste, y al que no, pues no.
P.–¿Es usted un artista versátil?
R.–Puede ser, yo lo mismo puedo cantar por bulería, por soleá, que puedo cantar un blues o un funky. Entonces, tengo un amplio abanico de posibilidades para poder expresarme.
“Tuve la suerte de coincidir con una generación de artistas que cambió la música andaluza”
P.–Ha dicho antes que nació en Jerez pero gran parte de su vida la ha pasado en Sevilla...
R.–Sí, yo nací en Jerez y me crié entre la Asunción y Las Torres, pero luego me fui a Sevilla. De hecho, fue allí donde empecé a cantar cuando tenía doce o catorce años. Mi tía, Antonia Suárez ‘La Chiva’, me llevaba a las fiestas para que cantara por bulerías. Recuerdo que venía El Torrito, Diego Vargas, La Macanita, El Poeta, como guitarrista...
P.–¿Y cómo fue aquella época?
R.–Muy bonita. Nosotros vivíamos en la calle Sinaí, en el barrio de Nervión, y por allí pasaban muchos artistas. Venía el Beni de Cádiz, Luisa Ortega, Maleni Loreto, Lola Flores.... Luego mi tía se fue a la calle Pedro del Toro y por allí iban los gitanos y las gitanillas. Se ponían abajo y le decían, ‘Antonia, ¿qué hay de comer?’ Anda, sube, que hay puchero. Y subían a comer a todos los gitanos del elenco (risas).
P.–Hubo un tiempo en el que usted se dedicó al flamenco ortodoxo...
R.–Sí, fue con mi tía Ana Parrilla, que me adentró en los cantes como la soleá, el martinete. Ella tenía que ir a bailar a Suiza, y los cantaores que llevaba, les pedían un dineral, así que me dijo, ‘vente conmigo José’. Fue ella quien me enseñó a apuntar los cantes, se quedaba conmigo por las noches después de actuar. También un día llamó a Gaspar (el de la Zaranda) que me ayudó con los martinetes. No es que cantara por martinete como Agujetas, pero lo saqué adelante. Fue una etapa muy bonita.
P.–Sin embargo, siempre se ha moviendo con otras músicas, ¿por qué?
R.–Yo eso lo achaco a un primo mío, Manuel Naranjo Loreto, que cuando iba a su casa, tenía discos que no tenía todo el mundo, ni se escuchaban en las radios. Tenía discos de Yes, Camel, Deep Purple...y eso despertó en mí una inquietud, porque hasta entonces nosotros, como ahora hacen los niños de hoy con el regaetton, escuchábamos a Los Chichos.
P.–Usted coincidió en Sevilla con una generación de músicos que marcó una época, ¿qué recuerda de aquello?
R.–Sí, tuve la suerte de coincidir con los músicos de Silvio, Antoñito Smash, Manuel Imán, Kiko Veneno, los Pata Negra...Metí la cabeza ahí, aunque siempre estuve en segundo plano porque en aquella época no era fácil encontrar una productora que me sacara a flote.
“Tengo el compás muy interiorizado, escucho ruidos y me pongo a ver si va por soleá, por bulerías o tientos”
P.–¿Fueron ellos quienes cambiaron el concepto de música andaluza?
R.–Sí, hombre, ellos influyeron porque cambiaron la forma de ver lo que dicen ahora fusión, que en aquel tiempo le decían música y se acabó. Vieron una forma distinta de ver la música, se dieron cuenta que se podía hacer música con orígenes anglosajones, pero de Andalucía o de España. En aquello influyeron también los discos que llegaron por la base de Rota.
P.–¿Se siente partícipe de aquel movimiento?
R.–En cierto modo sí, porque por ejemplo, el blues como yo lo canto, no lo había cantado hasta entonces nadie. Todos se dedicaban a hacer fusion, pero yo intenté el verdadero blues, lo que pasa es que con la voz rajá que tengo, le daba un toque. Me pasó igual con el funky, que a mí me atraía, porque el riff de guitarra que lleva, me encanta. Es algo parecido a las falsetas flamencas que se han hecho famosas, como las de Moraíto, que tiene una falseta que la tocan todos los guitarristas.
P.–Ya que habla de guitarra, usted no heredó el gen guitarrístico de su padre...
R.–(Risas) La verdad es que nunca se me dio bien. Estando en Sevilla, mi tía Antonia me compró una guitarra de cadete en Casa Damas y empecé a dar clases con Luis Amador, el padre de Raimundo. Y, claro, yo lo intentaba. De la mano derecha estaba bien, pero con la izquierda era muy torpe. Y, total, acabé por dejarlo.
P.–Es que Parrilla es mucho Parrilla...
R.–Mi padre era un guitarrista diferente, lo escuchabas y sabías que era él. Siempre digo que hay artistas que son inestudiables, tanto en el cante, como en la guitarra y en el baile y él era uno de ellos. Con mi tía Ana Parrilla pasaba igual, tenía un baile muy singular, que tú coges ahora a todas las bailaoras que hay y las que ha habido y ninguna se le parece ni bailaba como ella.
P.–Hay gente que no sabe que usted creó ‘Mártires del compás’...
R.–Sí, yo era el vocalista de Mártires del compás junto a Chico Ocaña y KikoVeneno. Hubo una serie de discrepancias y se deshizo el grupo, pero decidimos que ninguno utilizaríamos ese nombre. Pero claro, uno se lo saltó a la torera y lo utilizó. ¿Por qué? Porque en una revista de Estados Unidos hablaron del grupo y claro, vio que ahí había futuro.
P.–En su canal de you tube le hemos visto haciendo compás con una manguera y un cubo, con un ventilador o una lavadora...
R.–Sí, son cosas que se me ocurren, algunas serias, otras de cachondeo, pero siempre relacionadas con el compás, porque es algo que tengo muy interiorizado. Muchas veces voy por la calle y escucho ruidos y lo que pienso es, mira, va por bulería, va por solea, va por tientos...Y son ruidos comunes.
P.Hasta el semáforo de los ciegos. Porque mira, el semáforo de los ciegos es así. Va por bulerías, aunque cuando se acelera, se va de compás (risas).
R.–En uno de esos vídeos resulta curioso lo que forma con Manuel Molina, que se viste de monje...
R.–(Risas) Sí, a Manuel le gustaba mucho el cachondeo y le iba la marcha. Él era pariente nuestro, y lo conocía desde que era chaval, pero fue ya de mayor cuando nuestra unión fue más grande. Se reía conmigo una jartá y venía mucho a mi casa. Mhijea tuvo una anécdota muy buena con él, porque fuimos a actuar a la Feria de Sevilla, y se le ocurrió decirle, ‘si quieres te llevo yo el traje’. Vale, dijo. Cuando lo cogió pesaba que no veas. ‘¿Qué llevas aquí Manuel? ¿Qué tiene el traje?’ Y es que llevaba dos trajes y una plancha de hierro, porque se los planchaba antes de salir (risas).
P.–Antes ha hablado de aquella Sevilla creativa musicalmente hablando, ¿qué echa de menos de aquello?
R.–Recuerdo con cariño aquellas noches en El Mantoncillo, un sitio donde de flamenco underground. Trabajaba mucho allí y muchos artistas iban a ver mis cosas. Una noche el padre del Potito se acercó a mí y me dijo ‘sobrino, hace años que no me gustaba nadie cantando como tú’. Fue una época muy bonita.
P.–Para ir terminando, lo de Caraoscura...
R.–Eso surgió cuando grabé mi primer disco en 1994, Qué es lo que quieres de mí’. Estábamos buscando el nombre y yo propuse Caraoscura, porque en uno de los temas hablaba de un indio y a Kiko Veneno y Raúl Rodríguez, el hijo de Martirio, que me ayudaron con la producción, les pareció guay. Yo entonces estaba muy negro de darme el sol, todo el día andando por Sevilla para arriba y para abajo. El otro disco que tengo, aunque ya una autoproducción, es ‘Oro molío’.
P.–¿Le veremos pronto en los escenarios?
R.–Bueno, el día 23 de julio a Moguer a hacer una pincelada, y estoy muy ilusionado. También queremos recuperar los títeres que hago con Mhijea, ‘Titirigypsy’, con los que los niños se lo pasan de lujo, es algo muy bonito.
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