Una lucha de 173 escalones

Los bomberos de Jerez celebran su primera cronoescalada a 'Jerez 74' con profesionales procedentes de media España El ganador subió las 16 plantas en apenas 1:42 minutos

Una voluntaria de Cruz Roja mide las pulsaciones a uno de los bomberos antes de comenzar la cronoescalada de 16 plantas.
Una voluntaria de Cruz Roja mide las pulsaciones a uno de los bomberos antes de comenzar la cronoescalada de 16 plantas.
Manuel Moure Jerez

14 de marzo 2015 - 01:00

Unos 70 bomberos procedentes de media España se dieron cita ayer al pie del edificio más alto de la ciudad, 'Jerez 74', para participar en la primera cronoescalada organizada por la Asociación de Bomberos de Jerez. La procedencia de los bomberos fue de lo más diversa. Fueron mayoría los especialistas que trabajan en organismos públicos, aunque también hubo representantes de empresas privadas o semiprivadas así como de los destacamentos antiincendio de los aeropuertos nacionales. Hubo bomberos de Airbus y de Aena, además de profesionales que llegaron a Jerez procedentes de capitales tan dispares como Madrid, Toledo, Sevilla, Málaga, Granada, así como de la práctica totalidad de las localidades con parque de la provincia. No en vano, los representantes de la zona fueron una treintena.

Las cronoescaladas se erigen, explicaron a este medio los bomberos Carlos Altar y Juan Miguel López, en un homenaje a los bomberos de Nueva York que fallecieron en 11-S subiendo las escaleras de las Torres Gemelas con el objetivo de rescatar al mayor número posible de personas.

El evento se organizó con la colaboración del Ayuntamiento de Jerez y del área de Deportes de la Diputación Provincial de Cádiz. A pie del 'rascacielos', Los participantes, cada dos minutos, comenzaron a subir los 173 peldaños que llegaban hasta la azotea de 'Jerez 74', que ofrece unas vistas tan maravillosas como la dosis de vértigo que es capaz de imbuir en el ánimo más templado.

Antes de emprender la prueba -que contó con la presencia de agentes de la Policía Local controlando el tráfico como de miembros de Protección Civil- unos voluntarios de Cruz Roja Española medían el pulso y la saturación de oxígeno en sangre de los participantes. Cuando llegaban arriba (algo que todos lograron al borde de la extenuación) se les volvían a medir los referidos parámetros. Que a los 30 segundos de llegar la mayor parte de ellos tuvieran entre 160 y 170 pulsaciones por minuto dice mucho del nivel de estos profesionales.

Arriba, en el 'cielo de Jerez', los bomberos respiraban como buenamente podían, recuperaban el pulso y eran refrescados con agua o refrescos isotónicos.

Juan Carlos Cordones, otro miembro del comité organizador, destacaba que "este reto es un esfuerzo de carácter anaeróbico, pues se lleva a cabo en un corto espacio de tiempo y desarrollando una gran fuerza".

Para acometer la prueba los bomberos portaban 30 kilos de material encima, consistentes en el peso del traje ignífugo, las botas ("al llegar arriba parece que pesaran mil kilos", relataba uno de ellos tras el tremendo esfuerzo), el casco y el equipo de respiración autónoma. Es decir, la misma dotación que portarían en caso de que se tratase de una subida a pie para extinguir un fuego real.

Según explicó a este medio el responsable de la organización, Juan Miguel López, "si algo nos gusta de esta prueba es su similitud con el trabajo que debemos realizar. Muchas veces la gente nos ve entrar en un edificio en llamas y se sorprenden de que en apenas en unos segundos estemos en un sexto piso abriendo las ventanas". La dureza de la prueba es tal, apunta López, que "mantener el corazón a 210 pulsaciones durante minuto y medio y con el ácido láctico diciéndote en los músculoa que pares, que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado no es precisamente fácil".

En lo que se refiere a las marcas, es reseñable que el primer puesto de la general se lo llevó el bombero Juan Carlos Plata, del Ayuntamiento de Sevilla, que fue capaz de colarse en la azotea de 'Jerez 74' en 1:42 minutos. A modo de anécdota, destacar que la peor marca fue para un bombero de Jerez que aprovechó la ocasión para grabarse con un palo de selfie mientras subía las escaleras, "más que nada para ver la cara que pongo", dijo entre risas. Al final hizo 3:32 minutos.

El más veterano en tomar parte fue el profesional antiincendios Paco del Águila que se metió la cronoescalada entre pecho y espalda con 56 años. "Es meritorio -apuntó un compañero- pero en Sevilla disfrutamos del caso de un bombero que hizo lo propio rozando los 65, es decir, la edad de jubilación".

Una convivencia en la Sala Paúl y la entrega de premios de las diferentes categorías terminó de conformar una jornada en la que el espíritu de sacrificio y mejora estuvo siempre presente. "Lo mejor de esto -dijo Juan Miguel López- es que mañana estás deseando mejorar tu tiempo".

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