Podría abrirse un debate sobre cuál es la construcción más alta de Jerez, honor que se disputan la torre de San Miguel y Jerez 74, ambos con una altura aproximada de 70 metros. Pero no cabe duda de que la torre de la iglesia es el punto más alto de la ciudad al estar enclavada sobre una cota más elevada, que la hacen visible desde kilómetros y kilómetros en los accesos al municipio desde las zonas sur y oeste.

La torre de San Miguel descolla, impetuosa, sobre el resto de construcciones del casco histórico, jalonado por campanarios que dibujan el skyline de Jerez, el mismo que amenazan con romper los descomunales aerogeneradores que han empezado a instalarse en el viñedo histórico de Jerez, en concreto entre los pagos de Añina y Macharnudo.

La construcción del parque eólico El Barroso en lo más sagrado del viñedo protegido del Marco, que choca frontalmente con la preservación del patrimonio vitícola y su idílico paisaje, avanza a toda prisa con la idea de que pueda estar en funcionamiento a finales de año.

Por esas fechas, los molinos de viento perturbarán el skyline jerezano, que se verá salpicado por las siluetas de los cinco molinos de viento cuyos mástiles se elevan unos 200 metros sobre el terreno, hasta alcanzar los 240 metros de altura con las aspas, cuya envergadura ronda los 150 metros.

Las dimensiones de estos gigantes de acero, con una altura que equivale a 3,5 veces la torre de San Miguel o a tres edificios y medio como Jerez 74 superpuestos, asustan a los moradores de viñas y núcleos rurales cercanos, que mantienen su lucha con ayuda del Consejo Regulador para tratar de revertir las consecuencias para el paisaje, pero también para el sector del vino de Jerez y la actividad económica que lleva aparejada, incluido el enoturismo, antes de que sean irreparables.

Las empresas renovables sacrifican cantidad por potencia con los aerogeneradores de última generación, que ofrecen mayores rendimientos gracias al aumento exponencial del tamaño de estas turbinas. Los nuevos modelos nada tienen que ver con los ya instalados en muchas zonas de la campiña jerezana, a los que duplican y triplican en altura, para asimilarse casi a la Torre Eiffel, entre los monumentos más visitados de Europa, si no el que más, con 300 metros de alto.

Dentro de la provincia, ni siquiera las torres de Hërcules de Los Barrios, que rondan el centenar de metros de altitud, se acercan a los nuevos modelos de los molinos de viento, que una vez instalados, tendrán una altura casi idéntica que la Torre de Cristal de Madrid, el rascacielos más alto de España con 249 metros de altura, seguido de lejos por el edificio Intempo, en Benidorm, que baja de los 190 metros.

Los números del Barroso 

El parque eólico El Barroso contará con una potencia instalada de 27,5 megavatios (MV) repartida en cinco generadores del modelo General Electric Cypress, el más potente de la industria onshore (eólica terrestre)  con capacidad para suministrar 65.000 MW/hora anuales, el equivalente a la demanda energética de unos 25.000 hogares. Capital Energy, promotora El Barroso, estima que esta producción evitará la emisión a la atmósfera de unas 24.000 toneladas de CO2.

Las obras de construcción de este parque eólico cuentan con una inversión de unos 34 millones euros y están propiciando la creación de unos 115 empleos directos en los periodos punta, para lo que se está contando con la participación de trabajadores locales.

Una vez entre en funcionamiento, El Barroso precisará únicamente cuatro profesionales para su operatividad y mantenimiento, según los datos de la empresa, que cifra en cerca de 90.000 euros anuales la contribución fiscal a las arcas locales de este proyecto, principalmente en concepto de IBI e IEA.