Los moteros 'rugen' con fuerza en las avenidas de Europa y Álvaro Domecq

Llegó el fin de semana, llegaron las motos. El Gran Premio empezó a vivirse con intensidad durante la jornada de ayer, cuando el tradicional ambiente motero se respiró con mayor fuerza que en jornadas anteriores. Avenidas como la de Europa o alcalde Álvaro Domecq fueron los principales puntos de concentración del día, aunque los acelerones, el olor a gasolina y el ruido de motores de gran cilindrada se dejaron notar, con mayor o menor magnitud, por todo Jerez.

Y todo ello a pesar de la lluviosa mañana que vivió la ciudad, cuando cayeron unos litros que persuadieron a muchos moteros, pero fue con la llegada de la tarde, con la finalización de las sesiones clasificatorias en el circuito y el cese temporal de las precipitaciones, cuando los vehículos de dos ruedas se dejaron ver en masa, dejando incluso algún que otro derrape para disfrute de los aficionados que se concentraron en distintos puntos de la ciudad.

El punto fuerte del día se vivió en la avenida de Europa, donde el buen ambiente vivido el viernes se vio superado con creces. Grandes cantidades de aficionados se congregaron, por momentos, alrededor de moteros con afán de protagonismo que no dudaron en quemar neumáticos, para deleite de todos los presentes. Una imagen ya tradicional año tras año cada fin de semana de Gran Premio.

En el centro, la apertura a los moteros obtuvo ayer mejores resultados que el viernes, gracias en parte a las actividades programadas, que congregó público en el casco histórico de la ciudad, aunque comenzaron más tarde de lo previsto por la lluvia.

La avenida de Arcos, por su parte, presentó un aspecto más bien discreto en lo que afluencia de moteros se refiere, ya que la instalación de badenes en esta vía persuade a muchos a la hora de discurrir por esta zona, ya que estas pequeñas infraestructuras les impiden realizar las tradicionales acrobacias que tanto le gustan hacer a muchos imprudentes. Pero es que de eso se trata, de concluir el fin de semana sin altercados graves que pudieran deslucir la celebración del Gran Premio.

La tregua meteorológica concluyó pasadas las siete y media de la tarde, cuando retornaron las lluvias, que amargaron la fiesta a los aficionados del motor, aunque tan sólo temporalmente, ya que remitieron poco después. Ésa fue la tónica de este sábado, en las que los chaparrones se sucedieron de manera intermitente, circunstancia que no mermó las ganas de diversión de los moteros. Para hoy queda la cita más esperada: la celebración de las carreras. Al margen de los ganadores, la mejor noticia sería concluir el fin de semana sin accidentes graves.