El azud móvil de El Portal se une a la prevención de inundaciones en Jerez
La Junta culmina las obras una década después de su inicio por parte del Gobierno central La nueva infraestructura no evitará las riadas, pero sí mejora el desagüe y el riego a 3.500 agricultores
Las imágenes de la zona rural de Jerez inundada recorrieron el país a finales de 1996, cuando la entonces ministra de Agricultura, ya fallecida, Loyola de Palacio, recorrió en helicóptero la vega del Guadalete para comprobar el alcance de la riada. A raíz de aquellas graves inundaciones se empezó a hablar de la necesidad de construir el azud móvil de El Portal, cuya primera piedra se puso en 2004, antes de la transferencia de las competencias de agua a la Junta de Andalucía (2006), que tras muchos avatares cerró ayer este capítulo con la inauguración oficial de la nueva infraestructura por parte de la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano. Del presupuesto inicial de 10,4 millones (1.724 millones de pesetas) se ha pasado a más de 14 millones, si bien a medio camino hubo que modificar por completo el proyecto para reconstruir el azud prácticamente de cero.
El nuevo azud móvil, del tipo mixto ya que incorpora seis compuertas automáticas además una lámina fija con un ancho total de 120 metros, facilitará la evacuación del agua en caso de crecida del río y multiplica las prestaciones del antiguo dique, construido en 1979 para garantizar el suministro a los regantes de Costa Noroeste sin riesgo a que el agua salda contaminase la de riego en pleamar.
En 1996 y en posteriores avenidas de agua, el azud obstaculizó la salida natural del río hacia el mar antes de ceder a la presión del agua, roturas que luego tardaban en repararse para desgracia de los regantes, que sufrieron la pérdida de varias cosechas por la alta salinidad del agua de la que disponían para sus riegos.
Vaya por delante que el azud móvil no evitará las inundaciones, pero si impedirá que las tierras de labor y barriadas de las márgenes del río queden anegadas durante días al aumentar notablemente la capacidad de desagüe. Y así lo reconoce la Junta en el folleto que describe la actuación.
La consejera, a la que acompañaron en el acto de culminación de las obras la alcaldesa, María José García-Pelayo, el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, Fernando López Gil, su homólogo en Agricultura, Federico Fernández, responsables de las organizaciones agrarias Asaja y Coag, así como representantes de los regantes, manifestó que "al fin se ha terminado esta obra, que contribuye a reducir el riesgo de inundaciones en el Guadalete, algo en lo que vamos a seguir trabajando, y que beneficia a más de 3.600 regantes", al tiempo que destacó el diálogo y consenso que han presidido la elaboración del proyecto desde que lo asumió la Junta, pues "hemos tenido oportunidad de debatirlo con los regantes, con los ecologistas...". "En definitiva -prosiguió Serrano-, hemos culminado una obra que va a generar actividad económica y empleo en la comarca".
Por su parte, la alcaldesa recordó que en su anterior etapa de regidora, y tras las inundaciones de 2003, arrancó al Ministerio de Medio Ambiente el compromiso de iniciar la obra, que se licitó en 2004 con un plazo de ejecución de 27 meses. "Ha tardado diez años, pero más vale tarde que nunca y lo cierto es que esa demanda ampliamente reclamada por los vecinos es ya una realidad", significó Pelayo, quien expresó su confianza en que "no queden las cosas aquí y se siga apostando por las infraestructuras hidráulicas, que son fundamentales en una tierra que vive de la agricultura y en la que se ha hecho un esfuerzo importante por modernizar los regadíos".
A juicio de Cristóbal Cantos, secretario de Asaja-Cádiz, el azud móvil "es una garantía para las inversiones", por lo que confía en que, tras la culminación de las obras, "no se hable más de zona inundable ya que ahuyenta esas inversiones".
Y para seguir luchando en la prevención de inundaciones, el responsable agrario apuntó a la necesidad de "realizar una limpieza en condiciones en las márgenes del río y del cauce aguas arriba".
Para el presidente de Coag-Cádiz, Miguel Pérez, este proyecto "es una reivindicación histórica que beneficia a la población al eliminarse el tapón de salida y al regadío de Costa Noroeste, Monte Algaida y Doña Blanca, donde se han perdido muchas parcelas por la salinidad".
Según Pérez, lo más urgente ahora es "una obra que sería buena y barata para que el vertido de la depuradora se prolongara más allá del azud y evitar así la contaminación del agua del regadío".
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