Un muerto y un bombero herido en un incendio en calle Doctrina

Un incendio declarado ayer sobre las cuatro y media de la tarde en una casa de vecinos de la calle Doctrina se cobró la vida de un hombre de 48 años de edad, identificado como Javier P.G., al que los bomberos encontraron ya muerto, tumbado en el suelo del cuarto de baño del bajo en el que se originó el fuego, posiblemente por un fallo eléctrico.

El oficial de bomberos al mando, Francisco Herruzo, apuntó a la inhalación de humos como la causa probable del fallecimiento al término de las labores de extinción, que se prolongaron durante cerca de tres horas y en las que resultó herido uno de los efectivos del 085, quien sufrió un golpe en el pecho tras rebotarle la herramienta con la que forzaban la puerta de acceso a la vivienda.

El fallecido quedó atrapado en la vivienda, inundada de humo, refugiándose hacia el interior de la misma, ya que el fuego se originó en la entrada, relató el oficial al mando, quien hizo especial hincapié en la dificultad añadida de la "rara distribución" del inmueble. La abundancia de materiales plásticos de fácil combustión y que emiten gases tóxicos hizo el resto.

Numerosos vecinos y curiosos se agolparon en los alrededores hasta que la Policía acordonó la calle para facilitar las labores de los bomberos, que según Herruzo, encontraron grandes dificultades para derribar las puertas de acceso al patio de vecinos y a la vivienda, la primera bloqueada en el interior por una palanca de hierro y la segunda por el riesgo de hundimiento.

Precisamente, el oficial de bomberos explicó que el compañero herido se vio sorprendido al forzar la segunda puerta por el derrumbe parcial de la cubierta, que hizo saltar la cizalla que tenía en las manos golpeándole en el pecho. Al término de la intervención en calle Doctrina, el herido permanecía en el hospital fuera de peligro y a la espera de los resultados de las pruebas que se le practicaron para descartar posibles lesiones internas.

La casa de vecinos, localizada en el número 25 de la citada calle del barrio de San Pedro, se distribuye en cinco viviendas y un local comercial, ocupado por un taller de costura, cerrado ayer por descanso del personal. Junto al fallecido, sólo una de las otras cuatro viviendas está habitada por un inquilino, ausente en el momento que se declaró el incendio.

El resto de las viviendas de esta casa de vecinos centenaria, y que en su día albergó un colegio en la planta alta, están deshabitadas, entre ellas la situada encima del bajo calcinado cuyo techo, de vigas de madera, se vino abajo por efecto de las altas temperaturas.

La propietaria del taller de costura, de las primeras en llegar y vecina del fallecido desde la infancia, se lamentaba de la coincidencia del incendio con el día de cierre del negocio. "El taller está pared con pared con la casa de Javi -el fallecido- y si hubiera estado abierto me habría dado cuenta".

Después de asumir lo ocurrido, esta mujer junto al resto de propietarios eran persuadidos por la Policía Nacional -que participaron en el dispositivo junto a Policía Local y el 061- para que desistieran de su intento de recuperar algunos enseres del interior del inmueble, precintado por el riesgo de derrumbe. Los agentes policiales sí accedieron, no obstante, a rescatar a un perro de una vivienda, al fondo del patio, que no se vio afectada por el incendio.

La noticia corrió como la pólvora por el vecindario, donde Javier P.G., que cumplía 49 años justo dentro de un mes, era muy conocido, también en la Parroquia de San Pedro, cuyo titular se acercó a interesarse por lo ocurrido momentos después del levantamiento del cadáver, sobre las siete de la tarde.