Obituario

María Pemán, “el mejor regalo de la vida” de Ramón Guerrero

María Pemán junto a su hijo Manuel Guerrero, con el Caballo de Oro que le concedieron a su esposo, Ramón Guerrero, en la Feria del Caballo de 2012.

María Pemán junto a su hijo Manuel Guerrero, con el Caballo de Oro que le concedieron a su esposo, Ramón Guerrero, en la Feria del Caballo de 2012. / Miguel Angel González

María del Dulce Nombre Pemán Domecq, hija del escritor y dramaturgo gaditano José María Pemán, falleció en Jerez el pasado lunes Día de Difuntos. Fue la cuarta descendiente de los nueve hijos que tuvo el poeta gaditano. Estuvo casada con el conocido empresario, ganadero y Caballo de Oro de Jerez en su edición de 2011, Ramón Guerrero González. Fue precisamente ella, en una de sus últimas comparecencias públicas que se recuerdan, la encargada de recoger el referido Caballo de Oro en el Depósito de Sementales en la Feria del Caballo de 2012.

Acudió a la recepción de dicho premio apenas 20 semanas después de que su marido falleciese a los 88 años, lo que llenó el acto de un profundo sentimiento por el hecho de que el hombre con el que compartió su vida no pudiese recibir en vida dicho galardón, que es considerado el ‘Oscar de los Caballos’. Con él, con Ramón Guerrero, construyó una amplia familia de nueve hijos, José María, Mercedes, Esmeralda, Manuel (presidente del Consejo Asesor de Diario de Jerez), Ramón, Pedro, Juan, Pablo y Ángela, que a su vez le dieron más de 30 nietos y biznietos.

Estuvo muy vinculada a la viña ‘El Cerro’, donde Pemán escribió muchas de sus obras

María del Dulce Nombre Pemán Domecq nació el 2 de marzo de 1927. Hija de José María Pemán (1897-1981) y María del Carmen Domecq Rivero (1897-1969) pasó largas temporadas en la viña ‘Cerro Nuevo’ en la enorme zona de viñas que rodea Jerez.

La vinculación de la familia con esta viña, construida en 1839 y atribuida al arquitecto francés Garnier, autor de la Opera de París, y considerada una de las más señoriales de todo el Marco de Jerez, siempre ha sido muy estrecha, pues en la misma José María Pemán alumbró muchas de sus obras. No en vano era en ‘El Cerro’, como siempre ha sido conocida en el ámbito familiar, donde pasaban los miembros de la familia largas temporadas en primavera y otoño, junto con las estancias en las playas de Cádiz y en la casa familiar de la plaza de San Antonio, esquina con la calle Veedor y actual sede de la Fundación Cajasol.

Junto a su esposo y la exalcaldesa de Jerez García-Pelayo en 2011. Junto a su esposo y la exalcaldesa de Jerez García-Pelayo en 2011.

Junto a su esposo y la exalcaldesa de Jerez García-Pelayo en 2011. / Pascual

Siempre estuvo muy vinculada, como la familia de su esposo, a la tradición agrícola y ganadera de Jerez. No en vano Ramón Guerrero cultivó otras muchas facetas y responsabilidades sociales lejos de las tierras y los caballos, como, por ejemplo, ser cónsul honorario de Bolivia en Jerez, fundador de las hermandades del Amor y Sacrificio y las Cinco Llagas, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre en 1974 (con el hematólogo Ángel León y el periodista Andrés Luis Cañadas Machado), consejero de la cadena hotelera Meliá y presidente del consejo de administración de Hoteles Agrupados SA (Hotasa), años antes de la expropiación a la que fue sometido el Grupo Rumasa, e incluso consejero de la aerolínea Aviaco. No en vano, Ramón Guerrero fue uno de los principales impulsores del primer vuelo Jerez-Madrid desde el antiguo aeródromo de La Parra. Ese vuelo provocó que los rectores de las industrias y empresas jerezanas pudieran solventar problemas en Madrid en una sola jornada.

Pero si algo ha caracterizado a la familia Guerrero Pemán ha sido su amor por el caballo. María del Dulce Nombre, ‘Maruchi’, fue toda su vida el apoyo firme de Ramón, quien en ‘La Mariscala’ continuó con la cría caballar, recibiendo numerosos reconocimientos por el hierro de los Guerrero. Ramón Guerrero siempre dijo de ella que “consideraba que su mujer había sido el mejor regalo de la vida”.

Acompañó a su padre a la boda de Don Juan Carlos y Doña Sofía en Grecia

‘Maruchi’ vivió parte de su infancia y etapa escolar en Cádiz, la ciudad natal de su padre, pero cuando contaba con 13 años de edad, en el año 1940, su progenitor se puso al frente de la Real Academia Española y la familia se trasladó a Madrid.

Unos hermanos se quedaron allí, como su hermana María José, y otros muchos volvieron como ella, muy unida a la tierra jerezana de sus antepasados.

Junto a su padre tuvo la oportunidad de acudir a la boda del por entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, con Doña Sofía de Grecia. Lo hizo de la mano de su padre, José María Pemán, por entonces presidente del consejo privado de Don Juan de Borbón, abuelo de Felipe VI.

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