Pablo A. Fernández en Jerez: "No podemos exigir a EEUU que gaste dinero en nuestra defensa mientras nosotros crecemos económicamente"
El catedrático en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Sevilla abrirá el 19 de septiembre el curso 2025-26 del Ateneo Siglo XXI con la conferencia 'Lo que nos enseñan las nuevas guerras de las viejas reglas'
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El Ateneo Siglo XXI de Jerez celebrará este viernes, 19 de septiembre, a las 19,00 horas, en el Palacio Villapanés, la apertura del curso 2025-26 con la conferencia inaugural del catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Sevilla (US) y director del Instituto de Estudios sobre América Latina, Pablo Antonio Fernández Sánchez, que lleva por título 'Lo que nos enseñan las nuevas guerras de las viejas reglas'. El acto lo cerrará la viola de Silvia Martín y un jerez de honor.
El profesor ofrecerá, para comenzar, un breve, pero imprescindible recorrido por el orden histórico para situar al espectador, "porque las normas jurídicas que regulan hoy día los conflictos armados son la mayoría de 1949, e incluso muy anteriores, cuando los Estados, mayoritariamente europeos, las elaboraron pensando en ejércitos regulares, con caballeros de honor. Por lo tanto, muy lejos de las contiendas de hoy día, donde hay armas de destrucción masiva, con implicaciones crecientes de la población civil como víctimas indirectas, con teatros de operaciones con señores de la guerra o con medios de comunicación que televisan en directo las consecuencias de los actos más cruentos".
"No hay más que observar -añade- los conflictos armados en Ucrania y en Gaza para darnos cuenta de ello, o el debate existente sobre si es un genocidio o no lo de Gaza, como si la limpieza étnica, el exterminio masivo, los crímenes contra la humanidad o los gravísimos crímenes de guerra no tuvieran la misma fuerza e incluso más que el genocidio. La alta tecnología permitiría hoy día cumplir con muchas de las reglas del derecho de los conflictos armados, aunque sus consecuencias sean masivamente destructivas. Hoy hay armas, por ejemplo, que permiten cegar la vista de poblaciones humanas completas con láser, hay armas que detectan y permiten acabar con ciertos grupos humanos porque se dirigen solo a personas que tengan un específico ADN, como ser negro o tener los ojos oscuros; hay armas invisibles cuyos efectos son mortíferos, aunque no sea por el medio usado sino por el método, como estrellar un avión contra un objetivo; hay armas como los biobots, y otras muchísimas más. En fin, hablamos de privatización de la guerra, hablamos de guerra santa, de niños combatientes, de guerra de ciudades, de guerra electrónica, de drones, y para ello no se pueden utilizar las viejas reglas, aunque siempre nos quedarían los principios de proporcionalidad, los principios elementales de humanidad, el principio de distinción, el principio de necesidad militar. Pero, desgraciadamente, con principios tan solo va a ser difícil construir un corpus iuris que dé respuesta a los retos actuales. Y ese será mi desafío en esta conferencia, mostrar, señalar, detectar e identificar aquellas lagunas que permiten la inaplicación del derecho de los conflictos armados".
El catedrático centrará su ponencia en el ius in bello, es decir, el derecho que regula los conflictos armados una vez que se han producido. Sin embargo, no descarta entrar en el asunto ius ad bellum, el derecho a entrar en guerra o usar la fuerza armada, si surgen cuestiones o dudas de los asistentes al respecto por la preocupación del ciudadano con el actual contexto internacional. "Sí, el ciudadano medio puede tener una cierta preocupación hoy día, lo que ocurre es que el análisis que hacemos cada uno de nosotros va a diferenciarse en función del conocimiento y sensibilidad que tengamos. Por ejemplo, casi ningún ciudadano reflexiona sobre si hay un discurso interno y un discurso internacional, y eso los líderes de los Estados lo conocen y dependiendo a qué se dirige su discurso cambia el enfoque".
Fernández explica al respecto que ahora mismo, la necesidad que tenemos los españoles como Gobierno es "convencer a la gente de que el gasto en Defensa es bueno y entonces pues se engorda un poco la situación: la posibilidad de que un misil salga de Moscú y llegue a Madrid o que necesitamos defender las fronteras de la OTAN, algo que es lógico. Pero en un contexto internacional, esto es más difícil de lo que parece. Lo que tenemos que justificar es por qué se hace el incremento presupuestario en Defensa. No podemos estar exigiéndole a los EEUU que se gaste dinero en nuestra defensa mientras nosotros crecemos económicamente. Hay que ser solidarios en este aspecto y, es más, soy partidario de tener una autonomía estratégica en materia de Defensa y es, por tanto, la propia UE la que debería asumir la Defensa y no sólo la OTAN. Así que sí, estoy de acuerdo, el gasto en Defensa es necesario, aunque no tengamos una presión inmediata de ningún país, tal como pasó con el conflicto de Perejil, que EEUU resolvió rápidamente. Estamos muy lejos, por ejemplo, de las fronteras con Rusia como para ocuparnos o preocuparnos de esto, pero la solidaridad europea tiene que funcionar porque está en juego todo y para que uno pueda acudir en tu defensa, también tienes que acudir tú a la suya".
Recuerda que en un conflicto armado, "hasta los propios combatientes, todos, tenemos derecho a la vida, a no ser torturados y a tener un mundo justo desde el punto de vista judicial. En un conflicto armado, todas las personas civiles tienen que estar protegidas, son crímenes de guerra. Todo lo que está sucediendo, muy a pesar de la insistente presión de genocidio, desde el punto de vista jurídico no es un genocidio. Los únicos crímenes que en este momento tienen jurisdicción universal, es decir, que cualquier país sin tener ningún vínculo de nacionalidad, ni con la víctima ni con el lugar de comisión ni con el que lo ha cometido, que pueda enjuiciarlo son los crímenes contra la humanidad, los crímenes de guerra". El conferenciante subraya, respecto a la denominación de genocidio o no en Gaza, "hay que identificar si es un genocidio del señor Netanyahu, del general en jefe que comanda, del que da la orden, etc., es decir, eso es para atribuirle una responsabilidad individual. Y luego, la atribución de la responsabilidad estatal a Israel, que sigue su curso en la Corte Internacional de Justicia, porque España, entre otros países, tiene denunciado a Israel como Estado, como violatorio de un tratado de sanción del delito de genocidio, pues hay que demostrar, además, la intencionalidad, lo que no es fácil porque es un elemento un poco etéreo. Y ya le digo, como si la limpieza étnica, el exterminio masivo, los crímenes contra la humanidad o los gravísimos crímenes de guerra no tuvieran la misma fuerza e incluso más que el genocidio".
El profesor insiste en el ius in bellum, porque "incluso en esas circunstancias hay reglas: no se puede hacer pasar hambre a la población, como se está haciendo; no se pueden destruir los lugares de atención médica, de atención escolar. Son crímenes claramente tipificados en las convenciones de Ginebra, que además se han constituido en costumbres internacionales. Es decir, hechos reiterados que todos los Estados del mundo reconocen como derecho, incluido Israel. Y, por lo tanto, estos sí que son crímenes de guerra claros que se están viendo su comisión. Se deberían, y no le quepa la menor duda que se van a enjuiciar. Lo que pasa es que el derecho siempre viene detrás de la realidad. Y hay veces que se tardan años a nivel interno en determinar una sentencia de culpabilidad, pero el derecho llega, eso no me cabe la menor duda, porque estoy muy acostumbrado a que llegue, tarde y mal seguramente, pero termina llegando. Y esto llegará también, claro que sí".
"Ahora mismo -prosigue- es que es muy difícil. ¿Quién mete a Israel en la cárcel? A ver, ¿qué hacemos? ¿Una guerra contra Israel y, por lo tanto, contra los Estados Unidos, con la inmiscusión de China y de Rusia en una guerra mundial? En Yugoslavia se prefirió, por ejemplo, digamos, 'encapsular' el conflicto para que no estallara. En fin, esto podría haber sido, podría haber estallado en una guerra europea mucho más cruenta, así que se concentró, pero en este momento hay miles de ciudadanos que están encarcelados por la Comisión de Crímenes de Guerra, incluyendo, por supuesto, hasta generales holandeses que no cumplieron con sus obligaciones. Entonces, ¿que el Derecho termina llegando? Claro que sí, pero es muy frustrante mientras está ocurriendo".
"Hay que salvaguardarse -concluye- de la guerra total, de la tercera guerra mundial, sea como sea, porque las guerras de hoy no son ni siquiera como las de la Segunda Guerra Mundial, que ya fue destructiva. Un tema que desarrollaré en la conferencia, de cómo tenemos unas reglas que no se corresponden con las guerras actuales, los conflictos actuales. No me gusta hablar de guerra porque esta expresión está prohibida ya en el Derecho Internacional porque la guerra está prohibida. Lo que es verdad es que puede haber conflictos armados. Si usted decide contravenir el Derecho y hacer un acto de agresión, como ha hecho Rusia en Ucrania, ya veremos a ver quién y cómo paga eso".
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