"Ya lo dijo mi 'pare' , la única verdad del cante es cantar"
La cantaora nos acerca a su particular visión del flamenco y expresa sin tapujos su realidad El próximo día 24 estará en el Alcázar de Jerez
En una zona rural, a diez minutos de Jerez, vive Dolores Agujetas. Fiel al modo de vida de los gitanos de antaño, Dolores y su familia se rodean de un sinfín de plantas medicinales, su propio huerto y algunos que otros animales de compañía. Allí se mantiene alejada de la cotidianidad y el bullicio de la ciudad. Nos ofrece un vaso de agua con limón, algo tan natural como su cante, sin colorantes ni conservantes.
-Por lo que veo prefiere vivir lejos del ruido de la ciudad...
-Sí. A mí me encanta rodearme de naturaleza, de campo, de flores y plantas… Aquí se vive muy tranquilo. No quiero decir que no me guste Jerez, pero aquí disfruto del silencio y eso me relaja bastante. En este lugar nadie se mete en la vida de nadie, todo el mundo en su casa y Dios en la de todos.
-¿Hay mucho ruido en el flamenco de hoy día?
-El mío no tiene ruido y no me gusta meterme en el ruido de los demás. A lo mío no se le puede llamar flamenco, lo mío es cantar gitano. Yo me considero principiante en esto del cante, el enfrentarme a un público para mí es nuevo. Desde bien pequeña lo he sentido, lo he llorado y lo he mamado, por lo que yo de ruido entiendo poco.
-Pero usted no acaba de empezar, sólo que se ha llevado una época sin aparecer en los escenarios...
-No sé lo que me ocurría. En este mundo hay muchos rumores, hay gente a la que no le gusta que otros canten tan bien. En ese momento había personas que decían que yo aún no estaba preparada para cantar o incluso que yo no quería. Antes como había tantas cantaoras buenas pasaba desapercibida y no apreciaban mi metal, ahora es distinto, ya no quedan tantas.
-¿Qué representa llevar el nombre de 'Agujetas'?
-'Agujetas' tiene peso, 'Agujetas' no es cualquiera. Hoy hay muchos cantaores que porque saben hacer dos letras de mi 'pare' se creen que saben cantar como él. A pesar de que los cantes sean o no populares, mi familia tiene una forma de hacerlos, unos estilos que nos diferencian y hoy está de moda copiárnoslo. Manuel Agujetas siempre ha sido el mejor y lo será hasta que se muera, aunque haya gente que aún no lo reconozca. Él ha dejado su herencia cantaora en nosotros, sus hijos y sus nietos.
-¿Por qué los Agujetas son tan diferentes?
-Nuestro sello está en la pureza y en el cante gitano, porque el cante es de los gitanos. El cante de nosotros es único y el hombre no está preparado para aprenderlo como se hace en el colegio.
-¿Quiere decir que el cante sigue siendo cosa de hombres?
-No por favor. Antiguamente podría ser así, pero hoy día nada tiene que ver ser hombre o mujer para cantar bien. Con la democracia los derechos son iguales para los dos. Además, si las mujeres llevamos el sueldo a casa, quién te va a reñir por eso (risas).
-Hablando de mujeres, vuelve de nuevo con el espectáculo 'Mujerez Cantaoras' en Jerez....
-Ya era hora que se retomara este proyecto. El 24 de julio estaré de nuevo junto a Juana la del Pipa y a 'La Macanita' sobre un escenario, en esta ocasión en el Alcázar de Jerez. La mayor novedad es que es otra productora la que lleva a cabo el espectáculo, tenemos ilusiones renovadas y muchas ganas de que sea un éxito. El cante de nosotras es distinto pero es gitano. Ellas son grandes artistas, sienten el cante de otra forma y tienen muchas tablas.
-¿Y cómo es vuestra relación?
-Estupenda, hasta ahora no hemos tenido ningún problema. Tanto Juana como Tomasa, cuando me oyen cantar se vuelven locas porque hacía tiempo que no se encontraban con una mujer como yo. Me pasa lo mismo a mí cuando las escucho a ellas. Este espectáculo está bien para festivales y teatros de todo el mundo. En Japón triunfaría…
-En Japón es todo un ídolo de masas, ¿vuelve a ir este año?
-Allí me quieren demasiado. Ese respeto que me tienen, que me hacen la reverencia mil veces, se tiran al suelo cuando me escuchan… Encima que han pagado una entrada, te dan las gracias. En Japón hay una afición muy grande, tanto al cante como al baile y la guitarra. A mí me da gusto ir allí, me hacen regalos, me paran por las calles y nada más que quieren fotos. Tienen mucho respeto por el flamenco, lo que aquí a veces no.
-¿No pagar por disfrutar del flamenco perjudica a ese respeto?
-Yo creo que el problema no es ni el dinero, ni la crisis, ni tampoco esa mala costumbre no de pagar por escuchar cante. Me parece que el problema está en que los carteles de los festivales o incluso de las peñas, cada vez son menos atractivos, siempre están los mismos y por eso la gente no quiere pagar. La afición no quiere volver a pagar por escuchar a los de siempre. Yo recuerdo aquellas fiestas de la bulería que la gente se gastaba el dinero, pero porque había calidad. La crisis afecta pero si hay calidad, no afecta tanto.
-¿Le gustaría grabar algo a corto plazo?
-Claro que me gustaría, pero hoy día no apuestan por nada. No se arriesgan a poner un dinero para que no se venda nada. Como decía el otro día 'La Macanita', "el cante nuestro es para minorías", y eso no conviene a las discográficas. La soleá, la seguiriya o el martinete no están vendiendo mucho.
-Esos son sus palos habituales en sus recitales. ¿Diferencia usted entre cantes chicos y grandes?
-A mí me da igual el palo que sea, no importa si es caña, mimbre o enea (risas). Yo no diferencio si hay cantes más difíciles que otros, mientras que lo hagas sabiendo lo que haces es lo mismo hacer una seguiriya que una rumba, o una malagueña que una guajira. Lo que no me gusta es la petenera.
-Y el flamenco fusión, ¿le gusta?
-Aunque parezca raro, me encanta. Hay que darle la libertad a que los jóvenes, tú no puedes obligarlos a que canten por soleá si no quieren. No lo cantarían como se debe cantar, no te trasmitiría. Mi propio hijo, viniendo de la raza que viene, es uno de los jóvenes que hacen fusión y por eso lo defiendo.
-¿Han cambiado mucho las cosas en el flamenco?
-Todo ha cambiado. Ahora cualquiera que sepa cantar tres letras ya se cree artista. El respeto a los grandes, el cantar en el momento justo se está perdiendo. Mi 'pare' dijo una vez que "la única verdad del cante es saber cantar", y es así de claro. La verdad del cante es abrir la boca con sentido.
-¿Se le ha reconocido la labor a Manuel Agujetas?
-Siempre se le ha reconocido. Los grandes aficionados y los propios artistas siempre han sabido dar valor a mi 'pare'. Ahora sobre todo, ya que sólo queda él, según la gente. A él no le hace falta morirse para que se le reconozca como uno de los mejores artistas de la historia.
-Sin embargo su relación con la sociedad es algo distante...
-La sociedad no es tan buena como parece. Yo he puesto 'bombas' con mi cante, y el paso del tiempo demuestra que siguen teniendo valor. La experiencia te hace ver que es mejor vivir tranquila, no saber tanto de la gente y no salir demasiado a la calle. Por eso vivo aquí. Yo he sufrido mucho en mi vida y por eso canto así (mientras tararea una letra por seguiriyas: 'Toito el cementerio yo lo tengo andao/ y la sepultura de mi pare/ yo no la encontrao'.
-¿De qué forma se plantea entonces su vida?
-Si te digo la verdad, ni tengo ganas de discos, ni quiero tanto trabajo. Ahora la ilusión que tengo es que me traten por esta zona tan bien como en Japón. La ilusión mía es recibir el cariño de la gente por mi cante. Yo aconsejaría a la juventud a que hagan lo que mejor sepan hacer, pero que si no saben, no lo hagan. Los que no sepan hacer los cantes de los 'Agujetas' que no los hagan, porque no nos conoce nadie. Para conocernos tienen que venir a nuestra casa, a la mía o a la de mi padre, que son muy parecidas. La gente habla de puertas para fuera, pero nadie sabe cómo somos de puertas para adentro.
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