Jerez

Álvaro Domecq recibe este sábado el título de Hijo Predilecto de Jerez

  • El pleno se celebra a partir de las 12 de la mañana en Los Claustros de Santo Domingo

Álvaro Domecq, en días pasados en la Real Escuela.

Álvaro Domecq, en días pasados en la Real Escuela. / Manuel Aranda

Los Claustros de Santo Domingo acogen este sábado, a partir de las doce de la mañana, un pleno extraordinario donde se le entregará el título de Hijo Predilecto a Álvaro Domecq Romero, rejoneador, ganadero, empresario vinatero y fundador de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Tal y como marca el protocolo en este acto, la sesión comenzará con la lectura de la resolución de la convocatoria por parte de la oficial mayor de Ayuntamiento. Tras él tomará la palabra el concejal de Cultura, Francisco Camas, ya que ha sido el instructor del expediente del nombramiento.

Seguidamente, hará una semblanza de Álvaro Domecq Romero el hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Jerez, Joaquín Vallejo Cabrera, corporación que promovió la concesión de este título de Hijo Predilecto. El homenajeado y la alcaldesa, Mamen Sánchez, serán los encargados de cerrar esta sesión solemne que se celebrará en el salón del refectorio.

Álvaro Domecq Romero es rejoneador, ganadero y empresario vinatero. Nacido en Jerez de la Frontera, fue fundador de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, con la que se ha promocionado internacionalmente Andalucía gracias al espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces" del que fue impulsor y creador.

Tomó la alternativa como rejoneador a los 20 años de mano de su padre en la Plaza de Toros de El Puerto. Fue un innovador en el rejoneo pues introdujo en España la corrida de cuatro rejoneadores, celebrada en Jerez por primera vez. Ha recibido numerosas distinciones y premios, tanto en rejoneo como participando en pruebas de acoso y derribo donde llegó a ser dos veces campeón nacional, e igualmente, en pruebas de doma vaquera, logrando ser igualmente en 1973 campeón de España.

En 1972 recibió el premio Caballo de Oro’, galardón que recibió de manos del entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, ofreciendo en su honor una exhibición ecuestre que se convirtió en el germen de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre. En esta institución, que dirigió durante 25 años, consiguió llevarlos a los campeonatos de doma de Europa, consiguiéndose primeros premios en Bélgica, Dinamarca, Sevilla o Alemania, e igualmente logró el sueño de ver estos caballos compitiendo en los Juegos Olímpicos de Barcelona, Atlanta, Sidney o Atenas.

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