Jerez

"No me puedo quejar de nada; estoy muy agradecido a la vida"

-¿Cuántas anécdotas y recuerdos en estos 50 años?

- Muchas, muchas… (Ríe) Y muy graciosas. Pero no tengo ninguna favorita… pero sí tengo alguna que otra curiosidad: Yo tenía muy buena relación con el maestro Matías Prats; di el pregón del Carranza del 93 y en el 94 volvió él para leer el pregón del Torneo. Y cogió él y me llamó para pedirme mi pregón. Se lo envié, citó muchas cosas de las que yo dije pero me nombró en el pregón cinco o seis veces. Un grandísimo detalle. Y ha sido una autoridad, quiera la gente o no. Y otra cosa me pasó con Distéfano, que venía en el 82 de entrenador. Lo supe y me fui al hotel Atlántico a hacerle una entrevista y esta allí jugando a las cartas con unos amigos. Le dije 'Distéfano, yo quería…' Y soltó: '¡Un minuto!' Se levantó, dejó la partida y me atendió. Y decían que era arisco. Son detalles que yo agradezco. Y si te refieres a los toros, lo que hizo José Tomás, eso tiene para mí… Porque José Tomás no hablaba con nadie y yo me lo llevé a un coloquio en El Puerto en el 2000.

- Como en política, ¿hay periodistas corruptos?

- Los ha habido, en tiempos… Ahora habrá otras formas, no sé... Se ve que hay algunas fórmulas tendenciosas. A mí me han contado que, hace mucho tiempo, había espacios deportivos o taurinos que estaban bajo el salario de los clubes, de los toreros o de los apoderados.

-¿Por qué los periodistas tenemos tanta fama de hambrientos?

-No voy a acusar a nadie. Porque algunos han abusado. Han abusado de lo que se llama 'de pescuezo'. Yo no sé, quizás porque no he tenido necesidad… A mí me pasó una cosa con Tomás Osborne. Haciendo información en El Puerto, por lo visto lo tendrían bregao, acosao de mangarle, que cogió y me dio una cajita y me dijo: 'Toma, que tú nunca me has pedido nada'. Es de las cosas que tengo yo clavadas. No le había pedido nunca a Tomás, ni a él ni a nadie, aunque hay gente que tampoco le hace mucha falta pero para mangar quitan el sentido.

-El no contar con una familia le ha permitido volcarse más en el trabajo. Ha sido libre.

- Es verdad, es verdad. Pero he pasado por momentos sentimentales que los he tenido que dejar por atender a mi trabajo antes que nada. Eso está claro. Son circunstancias de la vida. En mi caso, las aventuras sentimentales no han tenido solución de continuidad. Y te digo una cosa: los últimos años he estado yo muy pendiente de mi madre y, te lo digo con sinceridad, acababa el trabajo y me hacía ilusión volverme a casa. ¡Y mira que yo he trasnochado! Y conocía todas las discotecas de Jerez, El Puerto, Chiclana… Vamos, que yo lo he pasado muy bien, que yo no me quejo de nada y estoy agradecido a la vida.

-Y la carambola: Homenaje y próximo Hijo Predilecto.

- Yo te digo una cosa: yo pedí por favor, que no me hicieran el homenaje, pero ya lo tenían andando. Y soy sincero. La verdad es que aquella noche me acordé de mi padre. En La Atalaya, él dirigió las obras de la casa familiar de los Ruiz-Mateos y la Gran Bodega. Pero en fin, después de cómo ha sido, yo me siento feliz y además estoy muy agradecido a todos los miembros de la organización porque han trabajado con mucha intensidad, una comisión muy plural, de gente muy entusiasta. Yo conservo amigos desde la infancia y muchos de ellos están metidos en esa comisión y además se integraron de forma anónima. O sea, que yo no sé ni quiénes son algunos y me tienen que decir quiénes son para darles las gracias. Yo quiero darles las gracias a todos los que se han brindado, a todos... Y ahora ya están liados con el procedimiento de Hijo Predilecto… Que no sé cómo irá. Pero hoy, después de haber visto la reacción y de lo que ha sucedido, yo me siento muy feliz.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios